Y hace 11 años que se aprobó la Ley Aído que permite el aborto al antojo. La cifra anual de fallecidos por aborto es 35 veces superior a los accidentes de tráfico.
El lunes 5 de julio se cumplieron 36 años desde que aprobara en España el aborto. La primera ley era una ley de plazos que despenalizaba en aborto en los casos de violación, malformación del feto y peligro para la salud de la madre.
Los informes sobre el aborto del ministerio de Sanidad revelan año tras año que los abortos por violación eran marginales. Los abortos por malformación del feto eran cerca del 3%. Una verdadera eugenesia que provocó la eliminación prácticamente total de los síndrome de Down y de otras patologías muy menores como el labio leporino.
Pero el grueso de la práctica del aborto se concentró en el peligro para la salud de la madre. Y no se trataba de salvar los casos en los que había que elegir entre la vida de la madre o del hijo. Tales casos en realidad no eran considerados aborto. Si por practicar quimioterapia por ejemplo, el niño corría riesgo de morir, se trata de un mal no deseado, de un efecto colateral.
Si el embarazo es ectópico y el niño tiene cero posibilidades de prosperar pero amenaza la integridad de la madre, tampoco es aborto.
Así que cuando se aducía “peligro para la madre” se estaba apelando en realidad al aborto libre. Bastaba con que la madre alegara ansiedad o angustia como consecuencia del embarazo para que afectase a su “bienestar”, criterio utilizado por la OMS para definir la salud.
Así que en realidad la práctica totalidad de los abortos que se practicaron en España desde 1985 hasta la Ley Aído de 2010 fueron abortos libres, sin causa.
Una aberración moral contraria además al art. 15 de nuestra Constitución -”todos tienen derecho a la vida”- y contraria además a la sentencia del Constitucional que bendijo los tres supuestos siempre que fueran interpretados de manera muy restrictiva porque el ‘nascituruis’ era un “bien jurídico protegible”.
En medio de este abuso de ley generalizado, el gobierno Zapatero decidió llevar a ley lo que ya ocurría en la calle -al peor estilo Suárez- contra legem y contra sentencia. Decidió dar la ‘absolución laica’ al millón largo de mujeres que habían pasado por un aborto provocado. Así que lo que hasta entonces era un delito despenalizado en determinados supuestos pasa a ser prácticamente un derecho hasta la semana 14, período en el que se producen la práctica totalidad de los abortos.
El PP de entonces llevó la ‘Ley Aído’ al Constitucional colocando al Alto Tribunal en un brete: ¿Cómo iba a ‘bendecir’ el aborto libre cuando habían afirmando que el ‘nasciturus’ era un bien jurídico protegible?
Once años llevan pasándose la patata caliente de unos a otros. Así que algunos de los que presentaron el recurso han decidido denunciar el retraso indebido del Constitucional ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo.
Y algunas organizaciones sociales -entre ellas AmbulanciaVida.com– se manifestarán el próximo 23 de julio frente al Constitucional para mostrar su rechazo por no proteger adecuadamente el primero de los derechos: el derecho a la vida.
Porque -como denuncia el Instituto de Política Social- cada año fallecen por aborto cerca de 100.000 bebés, una cifra 311 veces superior a los homicidios, 217 superior a los fallecidos por SIDA, 53 veces más que por accidentes de tráfico y 26 veces más que por suicidio. Un drama al que la sociedad se empeña en dar la espalda.
(Luis Losada. Actuall.com)
