Greta Thunberg cambia de opinión sobre la energía nuclear mientras Europa enfrenta una crisis energética histórica

En una entrevista con la periodista y presentadora de televisión alemana Sandra Maischberger, se le preguntó a la pseudo activista climática de 19 años si cerrar las plantas nucleares restantes de Alemania era una mala idea. «Eso depende. Si ya los tenemos funcionando, creo que es un error cerrarlos para centrarnos en el carbón”, respondió Thunberg.

«¿Pero luego cerrarlos lo antes posible?» preguntó Maischberger.

“Personalmente, estoy en contra de la energía nuclear”, dijo Thunberg en 2019. Las cosas han cambiado desde 2019. A medida que se acerca el invierno, Europa se enfrenta a una crisis energética histórica que ha provocado turbulencias económicas, malestar social y miedo.

Solo esta semana, 100.000 personas salieron a las calles de Francia exigiendo salarios más altos para cubrir los costos de las crecientes facturas de energía, lo que provocó enfrentamientos con la policía y escaparates rotos. Las protestas siguieron a escenas similares de disturbios en Berlín, Leipzig y Potsdam organizadas por sindicatos y ambientalistas bajo el lema “Ya es suficiente. No congelaremos las ganancias”.

Sin embargo, las ganancias no tienen la culpa. La falta de suministro es el problema.

En los últimos años, los países europeos se han alejado de la producción de energía y se han vuelto dependientes de la energía importada, particularmente de Rusia, que suministraba el 40 por ciento del gas natural de Europa antes de la invasión de Ucrania, principalmente por gasoducto. Los envíos de gas natural han caído aproximadamente un 90 por ciento, en gran parte debido a las maquinaciones comerciales rusas y la interrupción del suministro del gasoducto Nord Stream 1.

Incremento de los precios por 1o

Sin embargo, los controles de precios no pueden resolver el problema subyacente (la escasez de energía) y casi con certeza empeorarán la escasez porque aumentarán la demanda y desalentarán la oferta. Aquí es donde entra el miedo.

Ante la escasez de energía, el aumento de los precios y el espectro de los controles de precios, la perspectiva de una catástrofe invernal es una posibilidad real. Solo en Inglaterra y Gales, se produce un exceso estimado de 28.300 muertes invernales en una temporada determinada; para toda Europa, son más de 220.000 . Esto es en inviernos sin crisis energética.

Lo que nos lleva de vuelta a Greta. Puede que no sea una coincidencia que Thunberg de repente cante las alabanzas de la energía nuclear. Los esfuerzos de Europa para reemplazar los combustibles fósiles y las plantas nucleares con las energías «verdes» que Thunberg ha defendido han resultado desastrosos , y no solo económicamente.

En su prisa por “abandonar” los combustibles fósiles y alejarse de la energía nuclear, los líderes europeos se atiborraron de combustibles fósiles de Rusia, colocándose a merced de Vladimir Putin y poniendo en peligro el bienestar de su propio pueblo.

Afortunadamente, al igual que Thunberg, muchos países del mundo se están dando cuenta. Desde Francia hasta Japón, pasando por la progresista California y más allá, la energía nuclear está regresando .

(Jonathan Miltimore)