Multados hasta el exterminio | José Antonio Ruiz de la Hermosa

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Esta semana el Desgobierno de la mayor parte de la Península Ibérica ha decidido apretarnos un poquito más las clavijas. Como no era ya bastante, han decidido que sería conveniente eliminar toda oposición a su mentira histórica y crear una propia verdad a golpe de multa, más bien multazo y tentetieso.

Concretamente han publicado en el Boletín Oficial del Estado una Ley que algunos critican hasta que haya sido refrendada por el Rey, nuestro señor, algo que podía haber esquivado, igual que otros reyes de menor fuste han realizado en sus países, cuando los enemigos de la Fe y del Honor se han propuesto matar niños o ancianos. Algo muy de moda en esta vieja Europa de nuestros pecados.

Pero no, nuestro actual Rey, hace o deshace según le indican y, por mucho que le zahieran, traga con todo lo que le echen estos insignes demócratas y según reza en sus idearios políticos: obreros y trabajadores. Aunque la realidad es que apenas sumando el tiempo trabajado, que figura en sus vidas laborales, me refiero fundamentalmente a los del Partido Podemos, no conseguirán entre ministros, secretarios de estado y demás cargos rimbombantes, la cantidad mínima de años y meses trabajados para conseguir una pensión mínima. Algo que tampoco está muy al alcance de los que proceden del Partido Nacional Socialista de los Trabajadores Alemanes, perdón por el error, del Partido Socialista Obrero Español.

Pero volviendo a nuestra Ley de esta semana, porque rara es la semana en que no nos amenazan con una nueva, en este caso es un refrito arreglado y actualizado de una anterior, que ya tenía lo suyo, pero que no ha sabido mantenerse en el tiempo. Y eso que el desgobierno del Partido Popular Socialista le perdonó la vida, teniendo en cuenta que tenía una mayoría más que holgada para enviarla al cesto de los papeles. No obstante, la Ley antecesora de “Desmemoria Democrática” carecía de muchas atribuciones y adecuados desarrollos.

Por todo lo anterior, los cerebros de la ideología pijo-progre en su labor de ocultación de las cosas que pasaron en España en época de la República y desde 1936, 18 de julio, hasta el año de gracia de 1983, decidieron dar un “retoquito”, que impidiese que esos atajos, agujeros y despropósitos legales que habitualmente se estaban utilizando para escapar lo que ocurrió realmente, fuesen dignos de utilizarse. Para lo cual un grupo de expertos, de esos que tiene el Excelentísimo Jefe del Desgobierno, se pusieron manos a la obra. La cosa está clara. Nada, absolutamente nada que se haya producido entre el 18 de julio de 1936 y el final de 1983 puede ser escrito, hablado, vídeo-visionado, etc., etc.…, salvo pena de factura gorda a pagar.

Para que se hagan una idea de qué va esto les adjunto sendos links, como se dice ahora, o enlaces que les llevaran a una tertulia y a una entrevista en la que se habla de este tema de una manera seria y comprometida.


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Y porque gorda, porque así el encausado en este tema, o sea el que se atreva a llevar la contraria a la versión oficial de lo que pasó en esas fecha se va a comer un “marrón” y no glasé precisamente, consistente en muchos miles de euros, y no se va a perder el tiempo en andarse con zarandajas judiciales, no sea que como la Ley, en cuestión, bordea peligrosamente los límites de esa Constitución que es papel mojado hace ya mucho tiempo, pues que el maléfico escribiente pague, cual multa de tráfico, y luego si quiere recurrir recurra, que teniendo en cuenta cómo funciona esto, le pueden dar las del alba.

En fin un escándalo, si esto fuese un estado de derecho, pero con una Constitución incumplida de forma constante, papel mojado del que todos hablan, pero que salvo los funcionarios que se la tuvieron que estudiar por mor de su cargo, no conoce nadie, por lo cual tirios, troyanos y políticos mediocres, es decir casi todos, la utilizan de parapeto, aunque desconozcan que pone y que indudablemente les vendría muy mal si tuviesen que cumplirla, pues como casi nadie la conoce, no hay problema, basta con esgrimir y así callar al contrario.

No obstante, y teniendo en cuenta la inutilidad y falta de conocimientos de quien ha redactado, ya tenemos a buenos juristas viendo cómo sortearla y tirarla abajo, pero mientras, habrá que tener cuidado con lo que se dice o escribe. También, veremos cómo estos lerdos aprovechan para eliminar todo lo que puedan de la historia de España. Especialmente las cruces, algo que les pone especialmente nerviosos, como si de Drácula se tratase.

En fin, con mucho cuidado y hasta que veamos la luz al final del túnel, buscaremos cómo sortearla y, sobre todo, cómo evitar que destruyan lo más posible de nuestro patrimonio artístico e histórico. Eso sí, tentándonos la cartera, porque nos van a multar hasta el exterminio. Y por desgracia, ahí lo dejo.

 

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