Dicen: “que la codicia rompe el saco”. Roguémosle al Cielo que sea verdad, porque seguramente es la única manera de acabar con este “sin Dios” en el que nos ha tocado vivir. Pues los “wokes” cutres de esta España están rizando el rizo de lo difícil y, es precisamente a raíz del tema de Venezuela cuando más se les está viendo el plumero.
He escuchado esta mañana a Cake Minuesa en una entrevista en una radio de calado, casi nacional. Y me ha llamado la atención lo crudo de su relato, sin alharacas, sin aspavientos, solo contando lo que pasó, de una manera totalmente desapasionada y casi como si estuviese hablando de otro. Un profesional como la copa de un pino. Haciéndolo bien hasta el último momento.
Yo conozco personalmente a Cake, De hecho, le hice una entrevista, no hace mucho, sobre su último libro, que no puedo indicarles dónde verla, porque YouTube, en sus manías woke, me cerró ayer el canal, dando un ejemplo de democracia y cordura. Mejor dicho, dando un ejemplo de “codicia” por esos dinerillos que le han perdonado desde el desgobierno español.
Como decía, conozco a Cake. Le hice una de las entrevistas más interesantes que he hecho, más por el personaje y sus valores, que por el propio libro del que hablábamos y, sobre todo, conozco a Cake por los fines de semana anteriores a Navidad, pues, ese fin de semana, nuestra amiga Margarita de la Pisa organiza en Madrid unas jornadas internacionales sobre la vida, es decir contra el aborto. A esas jornadas que empiezan a las 09.00 horas, le precede una misa católica en la parroquia de Santa Elena, a la cual asistimos unas quince o veinte personas. En ella Cake se suele situar en la penúltima fila en lado derecho y yo a mitad en la izquierda. Al final, siempre nos saludamos y tenemos buenos deseos, pero la agenda los impide. No obstante, algún día volveré a entrevistarlo, pero tengo una cosa segura: es una buena persona y, el madrugón de ese sábado lo atestigua.
Decía Cake en la entrevista radiofónica que no había pasado miedo durante su secuestro, que el miedo se pasa antes o después, nunca durante, porque si lo tienes acabas en pánico. Y eso es malo, muy malo, cuando estas en manos de gente como la que le detuvo. Y lleva razón. Cuarenta años y varias guerras a mis espaldas me han enseñado de que no puedes tener miedo en medio del desastre, sino en reforzar tus valores, incluido el valor como tal, y pensar en cómo sobrellevar el problema y en lo que pasará después, porque tarde o temprano aquello termina y lo más probable es que vuelvas a la normalidad y como hayas llevado la situación, te va a marcar de por vida.
Cake cayó en manos de unos cobardes, pero no piensen que son los únicos cobardes. Mi experiencia me dice que gente sin personalidad ni valores personales son los que constituyen esos cuerpos policiales o parapoliciales que existen en cualquier dictadura comunista, sobre todo. Estos tipos saben que cuentan con mano libre para sus tropelías y que, además, van a ser premiados por ello, y muy bien, contra más mezquinos y arrastrados sean. Las dictaduras del proletariado son así, y por eso sobreviven, porque indeseables se apuntan a cubrir los puestos, por ejemplo, policiales, que en un país serio serán cubiertos por personas que como está escrito en los coches patrulla norteamericanos, el servir y proteger es su principal fin y motivo.
Sin embargo, los camaradas de Zapatero, Monedero y demás amiguetes de Podemos, prefieren otra cosa muy diferente y, más cercana a ellos: la tortura, la muerte y la desaparición de quien les expone en el candelero de la ignominia que representan. Para Montero, como declaró el otro día, Maduro es un ejemplo de dirigente, se le olvidó decir de dirigente que quiere destruir a su pueblo mientras le expolia y exprime como a un limón. Porque eso es lo que hacen estos maravillosos defensores del pueblo, pero sin el pueblo: Expoliar, saquear, rapiñar, llevar a la pobreza más absoluta a los miembros de su comunidad, para vivir ellos como reyes, pero elevados a ni se sabe, tanto, que ni quemando los papelitos que emiten los bancos centrales, se les acabaría nunca la posibilidad de vivir bien, ellos, sus hijos y demás…, por eso nunca paran, nunca tiene bastante, su codicia les hace llegar a estos extremos que denuncian hombre buenos como Cake.
Lo cierto es que la gentuza que se coloca un uniforme o una placa para tapar sus carencias personales, son imprescindibles para la codicia de sus dirigentes, los cuales, cuando comprendan que ya no pueden saquear más, huirán a Turquía, donde han acumulado lo robado. Y entonces, cuando no se vean protegidos por los grandes ladrones, tratarán de huir, no sin antes rematar la faena, para que desaparezcan incómodos testigos. Eso es seguramente lo próximo a ver en la Venezuela chavista. Huyen como ratas y algunos caerán como ratas. Otros sabrán vender su manera de ser a los nuevos amos y volver a empezar. Eso es lo que he visto en estos más de cuarenta años de servir a un Estado que era de los españoles y ahora lo es de los amigos de Maduro.
He podido recuperar el vídeo y lo he colgado en LAS AVENTURAS DE LA ESPADA, este es el enlace: https://youtu.be/igjwOK4n8Wo
Gracias Cake por tu testimonio. Y ahí lo dejo.
José Antonio Ruiz de la Hermosa es, de primera formación, Sanitario y Capitán retirado de Sanidad Militar. Después, historiador, escritor y divulgador. Actualmente dirige en Decisión Radio varios programas de divulgación histórica y “La Cortina de Humo” sobre la actualidad nacional. |
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1 comentario en «Gracias Cake por tu testimonio | José Antonio Ruiz de la Hermosa»