Feministas: víctimas o culpables | Alicia Beatriz Montes Ferrer

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Cada año observamos, algunos impasibles, otros pasmados e incluso los hay que maravillados, las manifestaciones que convocan las feministas por el día de la Mujer. Podríamos hablar de algunos puntos concretos sobre el origen del feminismo actual que provoca que muchas mujeres salgan a las calles el 8M, como enloquecidas por fuerzas internas que les hacen gritar a los cuatro vientos soltando bocanadas, no de un aire puro, como parecen afirmar en el manifiesto de este año[1], sino más bien putrefacto y lleno de veneno.

Sin entrar en que el día 8M es infinitamente absurdo que se siga celebrando, pues el origen que dio pie a esa celebración está harto logrado, me detendré en hacer unas consideraciones acerca de estas feministas.

Aunque ciertamente, gran parte de la población ni se para a pensar sobre lo que estas mujeres reivindican en el manifiesto que año tras año publican, es más, ni conocen sus existencia, no somos pocas las mujeres que sabemos de sobra, que son un colectivo movido por intereses partidistas y económicos. Son mujeres subvencionadas y organizadas por ese sistema, que dicen le mira desde arriba, y que curiosamente son hombres en su mayoría, y que, sin su apoyo, no llegarían a ser más que cuatro locas soltando incongruencias por sus bocas.

Durante las décadas que se han sucedido desde los siglos XVIII y XIX, hemos pasado de un feminismo que pedía la igualdad en relación al hombre en la vida pública, respetando las diferencias de ambos, a otro bien distinto. Ahora lo que se estila es el machaqueo constante y cruel al varón, la persecución a la familia y al matrimonio natural y el ataque al no nacido, sin olvidar el homosexualismo. Esto es en resumen el feminismo actual.

Y si bien es cierto que el feminismo ha tenido una clara ruptura interna, tal y como hemos apreciado por la Ley Trans, en las que se han puesto las cartas sobre la mesa sobre el feminismo de un bando y del otro, cuya diferencia está en el apoyo o no de la diversidad de género, y, por tanto, del cambio de sexo en los menores, el feminismo está totalmente corrompido. De ahí, que la Asociación AMANDA[2], haya tenido tanto peso en los medios de comunicación alertando sobre el aumento de la disforia de género en adolescentes, feministas en contra de la transexualidad, pero a favor del aborto, el lesbianismo y en contra del hombre.

Sin entrar en muchos detalles, podemos citar algunos de los antecedentes que dieron pie a estas feministas radicales de género que toman las calles con sus pañuelos verdes cual bandera.

La clásica y bien conocida Simone de Beauvoir (1908-1986, en cuya obra “El segundo sexo” nos anticipa la idea de que la mujer es un constructo social, explicitada en su frase: “no se nace mujer, se llega a serlo”. Y, por cierto, defensora de la pedofilia, tal y como Alicia Rubio nos relata en sus dos últimos libros: «Feminismo sin complejos” y “…y os utilizaron por ser niños. Adoctrinamiento y desprotección para legalizar la pedofilia”.  La también comunista Shulamith Firestone (1944-2012), en cuyo libro “La dialéctica del sexo” (1970) expone su tesis marxista de la lucha de clases extrapolada a los sexos, con la peculiaridad de que, al igual que la anterior, quería eliminar todas las diferencias entre hombre y mujer. Que es precisamente lo que ahora estamos viviendo con el género. Éstas y otras muchas figuras feministas, mamaron de las ideologías marxistas comunistas de la época, especialmente de personas cuyas ideas fueron muy influentes, tal podría ser Antonio Gramsci (1891-1937). La lucha marxista ahora sería ideológica, contra ciertas instituciones que debían de ser colonizadas por sus depravadas ideas.

Como comentaba, estas mujeres, salen a la calle orgullosas con sus pañuelos verdes, puños alzados, pancartas con frases impactantes, que claman al cielo reivindicando sus derechos, esos nuevos derechos que se han inventado y nos quieren colar. Tales como el derecho al aborto libre y gratuito. Lo cual, ellas repiten como un mantra, ellas que no dejan de ser unas pobres víctimas del sistema, presas de un pensamiento que les han inducido a pensar a algunas, y que les supone una generosa cantidad de dinero o puesto de trabajo a otras. Ya sabemos que a ellas no les importa ese ser indefenso que llevan dentro las embarazadas que piden matarlo, porque, hablemos claro, el aborto no es una interrupción voluntaria del embarazo, sino un asesinato. Les han hecho creer que eso es un derecho, pero no les hablan de que existen otras salidas a esa situación que les hace sufrir ante lo que podrían buscar una solución mucho más feliz. La mujer, tras un aborto, es la que siempre saldrá perdiendo, (aparte de su hijo muerto), porque matar a un hijo en el propio seno deja unas secuelas, más visibles o menos en el tiempo, prácticamente imposibles de borrar, sin hablar de las consecuencias físicas que puede suponer.

Les han hecho creer que el hombre es malo por naturaleza y que ellas son las oprimidas por su gen dominante y violento. Pero no les hablan del amor tierno y entregado de muchos hombres que aman y respetan a sus esposas, hijos y madres.

Quizás, estas chicas, han sido sometidas a un lavado de cabeza en los centros educativos o en las RRSS, mientras gran parte de la sociedad miraba a otra parte. Quizás ellas, no han vivido el amor de un padre a una madre e incluso han podido haber sufrido algún tipo de abusos, discriminaciones o malos tratos. Cada mujer es un mundo, cada una tiene una historia detrás que sostiene cada uno de los movimientos que realiza.

Esta realidad está ahí y debe ser conocida y denunciada. Actualmente estamos observando a nuestro alrededor los frutos del adoctrinamiento tan terrible que se está llevando de un modo más o menos sutil, comenzando desde los centros escolares.

Esas feministas que salen con rabia y odio el 8M para vengar a todas las mujeres que en un pasado fueron asesinadas o violadas, que se han quedado ancladas en el pasado y en el rencor sin poder ver más allá de sus ojos ensangrentados de venganza, son las mismas que, junto a los lobbies LGTBI, elaboran los programas educativos con perspectiva de género que introducen en los colegios e institutos a donde asisten miles de niños todos los días durante muchas horas a la semana. Y éstos son el futuro esperanzador de los colectivos, que gritarán las mismas palabras, el mismo pensamiento que se les han inducido, sin saber en muchas ocasiones si eso que afirman y reivindican tiene una base sólida, pues nadie les ha enseñado a tener capacidad crítica y de reflexión. Estas niñas, que todavía juegan con sus amigas, pero cuya mente está siendo embotada con perversas ideas, son claramente víctimas de una sociedad que, en lugar de ayudarlas, de defenderlas de este verdadero ataque a su dignidad y desarrollo integral, que, en lugar de ofrecerles cobijo ante estas lobas sin escrúpulos, y levantarse para luchar por ellas, mira el panorama como quien está viendo una película ajena a ellos.

Esto, lo vamos a pagar todos como sociedad. Porque son nuestros hijos, nietos, sobrinos, porque son nuestros futuros abogados, maestros, policías y médicos. Porque esta sociedad caerá en el odio, el victimismo, la violencia ejercida por estas mujeres que buscan a toda costa un libertinaje que daña a la propia mujer y rompe con las relaciones amistosas entre las personas.

Este 8M saldréis a las calles como un tornado feminista que dejará a su paso dolor como todo lo que tocáis con vuestras ideologías.

Nosotras, las mujeres a quienes no nos representáis, no necesitamos salir a las calles a gritar para que se nos oiga, porque sabemos que es en el día a día, con las cosas cotidianas que se hacen con amor, es como se logra el verdadero cambio social. Porque nosotras trabajamos al igual que nuestros maridos o nuestros padres sin sentirnos discriminadas por nuestros compañeros o jefes a los que apreciamos y con los que nos vamos a tomar cervezas si viene al caso. Nosotras tenemos hijos, los cuidamos y damos la vida por ellos desde el momento de  la concepción, porque somos conscientes de que no hay nada más maravilloso que tener un hijo de tus entrañas, notar como día a día va creciendo, y sentir cómo ese amor que te une te da fuerzas para amarlo a pesar de que hay ocasiones que las circunstancias se ponen muy cuesta arriba. Porque no nos importa tener que reducir la jornada o dejar el trabajo de un modo voluntario, porque trabajar en casa por amor a la familia es mucho más gratificante de lo que muchas de las mujeres que deciden no tener hijos, creen. Nosotras somos mujeres y madres que educamos a nuestros hijos en el respeto a todos, sin poner etiquetas, les enseñamos a amar, a ser fieles y comprometidas, a no ser interesadas y egoístas en las relaciones. Les enseñamos auténticos valores que les ayudan a enriquecerse y crecer como personas hacia el bien. Nosotras no estamos explotadas por nuestros maridos, porque nos une una alianza de amor que puede vencer todas las tormentas que se presenten y porque tras cada bache, nuestro amor se hace más fuerte. No estamos explotadas por cocinar o poner lavadoras, porque nuestros maridos mano a mano, trabajan incesantemente por levantar entre todos la familia.

No necesitamos salir a la calle porque la igualdad hacia el hombre que buscamos la tenemos más que conseguida, y que, gracias a nuestro trabajo diario, nuestra dedicación y constancia, estamos construyendo un mundo donde nos complementamos de un modo inigualable.

Nuestra sociedad tan sólo se podrá sostener gracias al amor no por vuestros gritos y manifiestos cargados de odio.

Quitad vuestras sucias manos de nuestros hijos, vosotras sois unas víctimas del sistema que os maneja para sus intereses, pero también culpables de la deriva que están tomando nuestros jóvenes.

Alicia Beatriz Montes Ferrer | Master en Ciencias para la Familia | Orientadora Familiar 

[1] https://hacialahuelgafeminista.org/manifiesto-8m-madrid-2023/

[2] https://www.amandafamilias.org/

1 comentario en «Feministas: víctimas o culpables | Alicia Beatriz Montes Ferrer»

  1. Totalmente de acurerdo con este fabuloso articulo!!!! es ridiculo seguir celebrando una cosa que no tiene sentido. Y el Dia del Hombre? etc etc es risorio todo esto que ha hecho tanto tanto tanto dano! felicitaciones Alicia Beatriz por plazmar mi pensar en tu articulo.

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