Explorando el alma a través del Camino de Santiago: Un viaje inolvidable | Albert Mesa Rey

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El Camino de Santiago, una red de rutas de peregrinación que convergen en la majestuosa Catedral de Santiago de Compostela en Galicia, ha sido un destino emblemático para los buscadores espirituales y los aventureros por igual.

Estos días, mi mujer y yo acabamos de volver de la última etapa del llamado Camino Francés. Hemos tenido la oportunidad de emprender esta extraordinaria travesía que nos ha llevado a través de paisajes impresionantes, encuentros inolvidables y una verdadera transformación personal. A continuación, compartiré nuestra experiencia en el Camino de Santiago.

Los primeros pasos: Un comienzo lleno de expectativas. Primera jornada. Sarria-Portomarín.

Distancia: 23.71 Km; desnivel acumulado: 438 mts. Tiempo en movimiento: 5 horas 19 minutos.

El viaje comenzó con la emoción palpable en el aire. Salimos al despuntar el día con una intensa niebla que cala los huesos. El aire matinal es fresco e invitaba a la caminata. Somos muchos los peregrinos que comenzamos nuestra andadura, otros llevan ya muchas leguas en sus botas.

A medida que nos adentramos en el Camino, nos vamos encontrando rodeados de peregrinos de diversas culturas y trasfondos, cada uno con su propia historia y motivo para emprender este viaje. Sientes que formas parte de una comunidad que tiene un fin, llegar al Sepulcro del Apóstol.

Gentes de todas las condiciones físicas: jóvenes con unas condiciones físicas envidiable, pero también personas de edad avanzada, cada uno a su ritmo avanzaban hacia la meta final. En el camino hemos oído muchas lenguas: español por supuesto, pero también inglés, alemán, francés, italiano, chino, coreano… Porque nos hemos cruzado con: australianos, franceses, norteamericanos, alemanes, ingleses, franceses, portugueses, italianos, sudamericanos… Las conversaciones efímeras y las amistades instantáneas se convirtieron en una parte integral de nuestra experiencia, mostrándonos la belleza de la conexión humana en su forma más pura, y siempre el saludo del Camino: “¡BUEN CAMINO!”. Lo hemos escuchado con todo tipo de acentos… “¡Buen Camino!” con todo el que nos hemos cruzado.

Los mojones nos fueron indicando el Camino y la distancia restante. En esta jornada pasamos por Iglesia de San Salvador del siglo XIII de estructura gótica, Hospital San Antón Abade, la antigua Cárcel Preventiva y el Mirador de la Cárcel, Monasterio de Santa María Magdalena, Iglesia de Barbadelo templo románico del siglo XII, la Iglesia de Santa María de Ferreiros, ligada a los caballeros de la Orden de San Juan, en el siglo XVIII y pasamos por pequeños núcleos urbanos como Peruscallo, Cortiñas, Lavandeira, O Casal, A Brea y Morgade. En la entrada de Portomarín cruzamos el rio Miño y en esta población finalizamos la jornada descansando para la siguiente.

Segunda jornada, Portomarín-Palas de Rei

Distancia: 26.64 Km; desnivel acumulado: 560 mts. Tiempo en movimiento: 6 horas 6 minutos.

Estamos ante la etapa más dura de las seis que habíamos programado. El Camino Francés en esta parte discurre entre el Monte de San Antonio a la derecha y el Monte de S. Roque a nuestra izquierda, los robles, pinares y eucaliptos nos flanquean. Visitamos la Iglesia de Gonzar, nave a dos aguas con cubierta de pizarra, con arco de medio punto.

Continuamos por Castromayor donde encontramos la Iglesia del mismo nombre, de la época del románico. En Vendas de Narón encontramos la Capilla de la Magdalena. Pasamos por Ligonde y Airexe, donde visitamos la Iglesia de Santiago de Ligonde con cubierta de pizarra a dos aguas.

En Portos encontramos algunos albergues y bares, continuamos y pasamos Lestedo y a las afueras la Iglesia de Santiago de Lestedo. Seguimos y pasamos por el área de A Brea, ya estamos muy cerca de Palas de Rei, entramos en la población y a la izquierda tenemos la Iglesia de San Tirso.

Tercera jornada, Palas de Rei-Melide

Distancia: 16.89 Km; desnivel acumulado: 272 mts. Tiempo en movimiento: 3 horas 48 minutos.

 Salimos por el Oeste de la población de Palas de Rei. Seguimos paralelos a la N-547, y de vez en cuando nos hace una U para salvar la carretera, aunque finalmente nos devuelve a ella, hasta el área de O Carballal de Abaixo, donde cogemos pista de tierra y retirado de la carretera principal, hasta O Coto, entre tanto pasaremos por el Lago de Xanxao, más adelante encontramos la Iglesia parroquial de San Xiao do Camiño, románica del siglo XII, en su interior se encuentra la imagen de San Xián patrón de los peregrinos.

Continuamos hasta O Coto, donde está la Casa de los Somoza, acabamos de pasar de la provincia de Lugo a la de Coruña, coincidente con el paso del municipio de Palas de Rei a Melide. Pasamos por O Leboreiro donde visitamos la Iglesia de Santa María de Leboreiro que, aun teniendo perfiles románicos, es de estilo gótico, con nave rectangular y ábside circular, en el interior la imagen de la Virgen con data del siglo XVI.

Unos cientos de metros más adelante el Puente de Leboreiro de un solo arco de medio punto y época medieval del siglo XIV sobre el río. Pasamos por el parque empresarial de la Magdalena donde encontramos varias fuentes con agua, seguimos y llegamos a la Parroquia de Furelos, para acceder a la población pasamos por el Puente de San Xoán de Furelos, medieval sobre el río del mismo nombre, en siglo XVIII fue restaurado parcialmente, con cuatro arcos desiguales de medio punto, es posiblemente el más impresionante del recorrido del Camino Francés.

Cuarta jornada. Melide-Arzúa

Distancia: 15.71 Km; desnivel acumulado: 310 mts. Tiempo en movimiento: 3 horas 43 minutos.

Amanece el día y tenemos por delante la etapa de Melide a Arzúa y como siempre vamos hacia el Oeste. Nuestra “Credencial de Peregrino” va llenándose de sellos de aquellos lugares por donde vamos pasando. Para obtener la “Compostela” en la Catedral de Santiago, se exigen por lo menos dos sellos en cada una de las jornadas.

Caminan con nosotros alegres grupos de jóvenes, padres junto a hijos, abuelos junto a sus nietos, peregrinos solitarios u otros como nosotros en pareja. Nos encontramos también con quien hace el camino con su mascota. Efectivamente en el Camino también hay “Perrigrinos” que andan alegres con sus dueños, Los canes tienen también su propia Credencial.

Justo cuando dejamos el núcleo urbano dirección a O Carballal, encontramos la joya de la corona, la Iglesia de Santa María de Melide, monumento nacional románico, templo de una sola nave con bóveda de cascarón y decorada con pinturas renacentistas, el arco triunfal cerrado por una reja de hierro del siglo XIII, en su interior de los pocos altares románicos gallegos que se conservan. Desde aquí paralelos pero distanciados de la carretera nacional hacia Boente de Abajo.

Llegamos a Boente de Arriba con varias fuentes, a destacar la fuente de Saleta con cuatro caños en cruz emanando agua, inaugurada por Manuel Fraga cuando era presidente de la Xunta en 1999.

Continuamos hacia Boente de Abajo donde encontramos la Iglesia de Santiago Boente, del primer tercio del siglo XIX construida con restos de la iglesia románica del siglo XII que aquí mismo existía, destacando la curiosidad de un reloj solar en el lateral sur de la iglesia.

El siguiente núcleo urbano Ribadiso, antes de entrar en el pasaremos por el Puente de Ribadiso medieval del siglo XIII. Ya solamente faltan unos escasos 2 km para completar el camino de Melide a Arzúa.

Quinta jornada. Arzúa-O Pedrouso

Distancia: 21.19 Km; desnivel acumulado: 346 mts. Tiempo en movimiento: 5 horas 4 minutos.

Comenzamos la penúltima etapa por la empedrada rúa do Carmen, sus soportales y fachadas revestidas de madera despiden nuestro paso por Arzúa. Entre Arzúa y la catedral de Santiago median ya solamente casi 40 kilómetros.

Por un entorno más rural bajamos hasta la fuente os Franceses, cruzamos el río Vello y llegamos de seguido a As Barrosas y su capilla de San Lázaro. Bajamos hasta el río Brandeso, afluente a su vez del Iso , y subimos hasta Preguntoño, aldea de la parroquia de Burres con su ermita de San Paio del siglo XVIII.

En un descanso, volvemos a encontrar a una adorable anciana francesa que hacía el Camino acompañada de su hija. Nos cuenta que es la 5ª vez que peregrina. Nosotros con sana envidia, alabamos su valor y deseamos ser como ella a sus años si el Misericordioso nos da vida y salud.

Los eucaliptos pueblan, cada vez más, el paisaje gallego y los prados, necesarios para la supervivencia del ganado y del mundo rural. Se suceden uno tras otro con sus coladas familiares secándose al sol. Burres es el último núcleo habitado del Concello de Arzúa, dejamos la población cruzando una carretera de enlace y continuamos para entrar en el Concello de O Pino, el último antes de Santiago. En Ras salvamos la N-547 por debajo. En este punto enlazan los peregrinos procedentes del Camino del Norte que hayan tomado la variante de O Pino.

Tras pasar A Brea (Albergue) sale al paso A Rabiña y en paralelo a la Nacional superamos con facilidad la subida a O Empalme, de la parroquia de San Lourenzo de Pastor. Un par de casas y un aserradero y más eucaliptos conducen hasta A Rúa. Por pista asfaltada llegamos al borde de la N-547 y subimos junto a ella hasta O Pedrouzo donde damos por finalizada la jornada.

Sexta jornada. O Pedrouso-Santiago de Compostela. La llegada a Santiago de Compostela

Distancia: 23.30 Km; desnivel acumulado: 345 mts. Tiempo en movimiento: 5 horas 35 minutos.

Salimos de O Pedrouzo a Santiago de Compostela con las primeras luces sobre de mañana. Pasamos sobre el 3,8 km por O Amenal, seguimos y de frente tenemos el aeropuerto internacional de Santiago de Compostela, que tendremos que rodear haciendo una U por el Norte, hasta que entramos en San Paio, parroquia de Sabugueira, aquí encontramos la Capilla de Santa Lucia, templo de nave única con fachada de sillarejo de piedra, en el exterior ya siguiendo nuestro camino tenemos una fuente de agua. Llegamos a Lavacolla, y a izquierdas subimos a visitar la Iglesia de San Paio de Sabugueira, de estilo clasicista con data de mediados del siglo XIX.

Nos cruzamos en este punto con una familia jerezana. Una adorable princesita de 5 añitos animaba a su “tata” (tía) a seguir su vivo paso peregrino. Ella y su familia estaban a punto de terminar su peregrinación. Ella era sin duda la benjamina del Camino.

Buscamos la pista de Coto dos Olmos y la dejamos casi al final para coger la calle de San Marcos, llegamos a la pequeña ermita de San Marcos de una sola planta rectangular que da la apertura al Monte do Gozo. Iniciamos la ascensión. Las piernas pesan cada vez más a cada paso. Parece que el Camino nos quiere retener y dice “¡quédate, no sigas!” , pero el corazón dice «¡sigue, el Sepulcro del Apóstol te espera!«

Desde la cima del Monte del Gozo se ven a lo lejos las torres de la Catedral, nuestro punto de destino. Es un momento agridulce. El destino está ya cerca, pero apena dejar el Camino donde hemos convivido con tanta gente buena que has ido encontrando peregrinando donde la ni competición ni las diferencias tienen sentido y abunda la solidaridad, la cordialidad, la cortesía… y tantas virtudes que escasean en la vida normal. Al final, respiras hondo y sigues.

Finalmente, después de jornadas caminando, llegamos a nuestro destino: la impresionante Catedral de Santiago de Compostela. La emoción que sentimos al ver las icónicas torres de la catedral fue indescriptible. Cada paso valió la pena en ese momento. La sensación de logro y la paz que llenaron nuestros corazones fueron inigualables. Ya dentro de la Catedral, visitamos el sepulcro del apóstol y abrazamos su imagen.

 

Encendimos una vela y rezamos un Padrenuestro por todos nosotros, los que estamos y los que ya partieron; por todos aquellos que dieron su vida por la Patria y por los que la aman y la defienden;  y también por España, que el Apóstol la proteja en estos tiempos de zozobra.

Después, una foto de rigor en la Plaza del Obradoiro al frente del Pórtico de la Gloria y… ¡Habíamos completado la peregrinación! El Premio y constatación de la peregrinación fue la obtención de la Compostela que dice:

“APITULUM hujus Almae Apostolicae et Metropolitanae Ecclesiae Compostellanae sigilli Altaris Beati Jacobi Apostoli custos, ut omnibus Fidelibus et Perigrinis ex toto terrarum Orbe, devotionis affectu vel voti cosa, ad limina Apostoli Nostri Hispaniarum Patroni ac Tutelaris SANCTI JACOBI convenientibus, authenticas visitationis litteras expediat, omni- bus et singulis praesentes inspecturis, notum facit : Dnum/Dnam (Versión latina del nombre del peregrino) Hoc sacratissimum Templum pietatis causa devote visitasse. In quorum fidem praesentes litteras, sigillo ejusdem Sanctae Ecclesiae munitas, ei confero. Datum Compostellae die (dia) mensis (mes) anno Dni (año) Canonicus Deputatus pro Peregrinis.”

“El Cabildo de esta Santa Apostólica y Metropolitana Iglesia Catedral Compostelana custodio del sello del Altar de Santiago Apóstol, a todos los Fieles y peregrinos que llegan desde cualquier parte del Orbe de la Tierra con actitud de devoción o por causa de voto o promesa peregrinen hasta la Tumba del Apóstol, Nuestro Patrón y Protector de las Españas, acredita ante todos los que observen este documento que: «NOMBRE» ha visitado devotamente este sacratísimo Templo con sentido cristiano (pietatis causa). En fe de lo cual le entrego el presente documento refrendado con el sello de esta misma Santa Iglesia. Dado en Santiago de Compostela el día «X» mes «Y» año del Señor «ZZZZ». El Canónigo Diputado para los Peregrinos.”

La Riqueza Cultural del Camino

A medida que caminábamos, descubrimos la riqueza cultural de los «concellos» que atravesábamos. Los encantadores pueblos, las iglesias antiguas y los paisajes deslumbrantes se convirtieron en un recordatorio constante de la historia rica y variada de España. Cada paso nos llevaba más cerca de la comprensión de las tradiciones locales y del legado del Camino, que se remonta a siglos atrás.

La reflexión personal en la soledad del Camino

A pesar de la compañía constante de otros peregrinos, el Camino también proporcionó momentos de soledad inestimables. Fue en estos momentos de silenciosa contemplación que pude profundizar en mi propia alma. Las largas caminatas ofrecían una oportunidad para reflexionar sobre la vida, los sueños y los desafíos. La simplicidad de la vida en el Camino, con sus únicas preocupaciones: encontrar alojamiento y comida, permitió que la mente se despejara y se enfocara en lo esencial.

Los desafíos del Camino y la fortaleza del espíritu humano

El Camino no estuvo exento de desafíos. Las ampollas en los pies, el calor del mediodía y las subidas empinadas pusieron a prueba nuestra resistencia física y mental. Sin embargo, cada obstáculo superado se convirtió en una lección de resistencia. Aprendimos a escuchar a nuestro cuerpo, a apreciar su fortaleza y a entender la importancia de la perseverancia incluso en las circunstancias más difíciles.

Conclusiones: Un viaje que perdura en el alma

Nuestro viaje por el Camino de Santiago no terminó en la catedral; más bien, se convirtió en una parte eterna de nosotros. Las lecciones aprendidas, el compañerismo y complicidades entre nosotros como pareja y la conexión espiritual obtenida a lo largo de este viaje perdurarán en nosotros para siempre.

El Camino no es solo un sendero físico; es un viaje interno que transforma a los peregrinos en su camino hacia el autodescubrimiento y la renovación espiritual. Como dicen otros que también lo han hecho, “EL CAMINO ENGANCHA”. Hay quien lo ha hecho varias veces. Nosotros ya estamos planeando para el año próximo completarlo haciendo la ruta desde Santiago, comenzando en la Plaza del Obradoiro hasta Finisterre.

En última instancia, el Camino de Santiago no es solo una ruta de peregrinación; es una metáfora de la vida misma. Está lleno de altibajos, desafíos y encuentros inesperados. Cada paso nos acerca un poco más a nuestro destino, pero es el viaje en sí mismo lo que nos enriquece y nos transforma profundamente. Nuestro viaje por el Camino de Santiago ha sido una experiencia que nunca olvidaremos, un viaje que nos recordó la belleza de la humanidad, la fuerza del espíritu humano y la importancia de seguir adelante, paso a paso, en nuestro viaje por la vida.

Recomendaríamos a cualquiera que busque un viaje de autodescubrimiento y aventura que emprenda el Camino de Santiago. Es una experiencia que desafía el cuerpo, nutre el alma y enriquece la vida de una manera que solo puede entenderse plenamente una vez que uno ha caminado esos kilómetros, paso a paso, en dirección a Santiago de Compostela. Gracias una vez más por leerme.

Albert Mesa Rey es de formación Diplomado en Enfermería y Diplomado Executive por C1b3rwall Academy en 2022 y en 2023. Soldado Enfermero de 1ª (rvh) y Clinical Research Associate (jubilado). Escritor y divulgador. Actualmente director del diario digital «Benemérita al día» del Círculo Ahumada – Amigos de la Guardia Civil .

 

1 comentario en «Explorando el alma a través del Camino de Santiago: Un viaje inolvidable | Albert Mesa Rey»

  1. Hermoso relato del mítico camino de Santiago.
    Una familia colombiana que son como mi familia aquí en Australia donde la vida me hizo recalar, dos de sus hijos una mujer y un varón este último con su mujer y dos jóvenes hijos recorrieron ya dos veces este camino. Me encantaría poder hacerlo pero mis condiciones físicas no son las mejores y tampoco mis años.
    Leerlo ha sido un gran placer porque he sentido en cada tramo de la lectura el tramo del Camino y he sentido la paz, el descubrimiento de mi ser interior, como si realmente estuviera allí.
    Muchas gracias por compartir esta aventura maravillosa. Dios los siga acompañando siempre y ojalá puedan hacer de nuevo desde la otra ruta nuevamente la peregrinación. Un abrazo de una argentina que no se resigna a vivir en Brisbane, Australia y ama España porque allí he ido mas de cuatro veces y me he sentido siempre como en casa.

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