España pierde población por primera vez en cinco años

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El mayor número de muertes que de nacimientos arroja un saldo negativo de 70.736 personas 

El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha publicado los datos sobre población y migraciones a 1 de julio del presente año, en el que se señala que en los primeros seis meses se registraron 157.184 nacimientos, frente a 227.920 defunciones, lo que supone un saldo negativo de 70.736 personas. A ello se une el hecho de que apenas hubo diferencia –366 personas– entre las personas que se emigraron al extranjero –202.004– y las que llegaron a España –201.638–, por lo que el balance migratorio fue casi nulo.
Para Mariano Martínez-Aedo – Vicepresidente del Instituto de Política Familiar «estos nuevos datos muestran como la población española sigue deteriorándose. España está en franca quiebra demográfica, y sólo el alargamiento de la esperanza de vida y la inmigración ocultan la enorme brecha entre nacimientos y muertes. El principal problema no sería tanto la bajada de población como la profundización en la baja natalidad y en la ausencia de cualquier cambio político o social para cambiar esa situación».
La última vez que se registró un descenso poblacional fue en el segundo semestre de 2015, con una bajada de 0,02 %, mientras que el contabilizado a 1 de julio de este año ha sido del 0,06 %.
Los datos facilitados por el INE invierten la tendencia positiva, que el pasado año se justificó en el notable aumento de la población extranjera, que compensó la caída de la natalidad y el elevado número de muertes por la pandemia.

Causas
El Vicepresidente de IPF considera que las causas son de tipo social, cultural, laboral o de vivienda; por lo que habría que actuar en todos esos campos para facilitar a las familias a tener los hijos que deseen. Por ello, no es alguna medida concreta aislada lo que hace falta sino crear una auténtica política familiar que sea asumida y desarrollada a nivel nacional con una prioridad política fundamental, con organismos y presupuestos importantes.
Desarrollando así, de una vez, el artículo 39 de la Constitución, que hasta ahora no se ha cumplido adecuadamente. Ni siquiera ha contado hasta ahora con un desarrollo legislativo.

Por comunidades autónomas

En 13 comunidades autónomas se experimentó una reducción de población, encabezadas por Aragón, con un 1,3 %, Asturias (0,39 %) y País Vasco (0,38%). En el lado contrario, Murcia la vio incrementada en un 0,2 %, al igual que Canarias (0,09 %) y Comunidad Valenciana (0,08 %), las únicas regiones con saldo positivo junto con Cantabria.
Por nacionalidades
En los primeros seis meses del año, el número de habitantes extranjeros descendió en 42.364 personas, hasta quedar en 5,32 millones de personas, en mayor medida que el de personas con nacionalidad española (29.643).
Por nacionalidades, fue la comunidad rumana la que más se redujo, (18.579 personas), seguida de la marroquí (8.113) y la ecuatoriana (4.248). En el polo opuesto, el mayor incremento fue el de número italianos, con 6.742 personas más, por delante de los procedentes del Reino Unido (6.302) y de Francia (2.499).

Inmigrantes

Los 201.638 migrantes que fijaron su residencia en España en el primer semestre de 2021 representan un 18,7 por ciento menos respecto al mismo periodo del pasado año. De este grupo, 173.170 tenían nacionalidad extranjera y 28.468 eran españoles.

En cuanto a los que emigraron, un total de 202.004, el incremento se eleva al 54,9 %, de los que en su mayoría, el 81,6 por ciento, fueron salidas de personas extranjeras (164.794), mientras que los otros 37.210 eran españoles.
Las principales nacionalidades de los inmigrantes extranjeros fueron la marroquí, con 23.686 llegadas a España, por delante de la británica (16.036) y la italiana (11.763). En cuanto a los emigrantes, el grupo principal fue el de los rumanos (con 27.301 salidas), seguidos de los marroquíes (17.316) y los colombianos (8.601).

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