Ningún país ha fijado apagones ni termostatos para ahorrar energía. El toque de queda lumínico es ‘made in Spain’.
‘Spain is different’. Fue el slogan turístico de los 60. Pero es más que un slogan. Somos diferentes. A veces, lamentablemente diferentes. Porque cuando los países de nuestro entorno apuestan por la sensatez, España se empeña en las ocurrencias. Sólo nos salvan las brasas… Así lo dijo supuestamente Bismark: «España es el país más fuerte del mundo: los españoles llevan siglos intentado destruirlo y no lo han conseguido»…
La guerra de Ucrania ha obligado a poner todas las cartas sobre el tapete. ¿Qué hace Francia? Apostar de manera clara y contundente por la energía nuclear. ¿Qué hace Italia? Aprovechar nuestros errores diplomáticos para robarnos la silla y afianzar la relación con Argelia. ¿Qué hace Alemania? Hasta los verdes apuestan por el carbón y la nuclear siquiera sea temporal. Y ahora, sí, ahora, apuestan por la interconexión gasística de España y Portugal con la Europa central…
¿Y España?, ¿qué hace nuestro gobierno? Es el único gobierno del mundo que se jacta que haber dinamitado antesdeayer las centrales de ciclo combinado. ¿Había prisa para suicidarse? Y también somos el único país del mundo en no plantearse la moratoria nuclear. ¡El único! Eso nos condena a la dependencia energética y a la no competitividad de nuestra industria. ¡Gracias!
Más. China acaba de encontrar petróleo “para asar una vaca” en expresión del socialismo andaluz. Lo ha encontrado porque lo ha buscado. Pero España renuncia a las exploraciones. Y eso que es bastante probable que haya petróleo o gas o ambos en aguas canarias. Todos los políticos canarios se mantienen unánime en su negativa a las prospecciones. Dañaría el turismo, dicen. Más cornadas da el hambre…
Sigamos. Ante la crisis de inflación, la mayoría de los países de nuestro entorno han optado por rebajas fiscales. La socialista Alemania plantea una deflactación del impuesto sobre la renta, una especie de ‘plan Feijóo’. Sánchez se niega. Mucho mejor meter la mano en nuestra cartera para tener tesorería para repartir y estómagos agradecidos. Venezuela.
Más. Se plantea el ahorro energético. Y las ocurrencias de Sánchez pasan por el confinamiento lumínico, el toque de queda para la luz a las 10 de la noche. Nadie de nuestro entorno ha planteado una medida tan restrictiva porque atenta contra la libertad, el bienestar, la seguridad y el turismo. La buena noticia es que la rebelión ha sido casi universal y el primer día del toque de queda el consumo se había incrementado en un 10%. ¡Fuenteovejuna, señor!
La otra ocurrencia del racionamiento energético es el termostato, también una ocurrencia autóctona, ‘made in Spain’. Incompatible con la salud laboral, la actividad de la restauración y el turismo. Y aunque las multas son millonarias, es tan difícil de probar con suficiente seguridad jurídica, que -de nuevo- casi nadie se apunta al termostato. ¿Quién mató al comendador?
Esta es España. Un país repleto de contradicciones que sufre la condena de un gobierno ajeno al pueblo, incompetente y con pulsión totalitaria. ¡Qué buen vasallo si hubiera buen señor!
Luis Losada Pescador es Economista de formación, periodista de vocación. Actualmente dirigiendo el programa «7 al día» en 7NN |