La política comercial que el Gobierno de Pedro Sánchez ha emprendido este 2022 tiene dos principales resultados: las importaciones que España hace de Rusia se han multiplicado desde que comenzó la guerra de Ucrania, hasta alcanzar un 32% de crecimiento en agosto de este año; mientras que el reconocimiento de la política de Marruecos en el Sáhara Occidental ha generado un veto que ha provocado un desplome del 80% en las exportaciones que nuestro país realiza a Argelia.
Dos hechos aparentemente aislados, pero que reflejan la deriva que el comercio exterior español está tomando de la mano de decisiones políticas del presidente de Gobierno. El pasado mes de febrero Rusia invadió Ucrania, generando la repulsa internacional y una serie de declaraciones de líderes europeos pidiendo que no se ayudara comercialmente a la «guerra de Putin», en referencia a Vladimir Putin, presidente ruso. Uno de los mandatarios más activos en pedir este veto ha sido el propio Pedro Sánchez que, sin embargo, no ha dudado tirar de las compras a Moscú para mantener el suministro de gas a España.
Los datos del Informe Mensual de Comercio Exterior publicado este martes por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, indican que solo en el mes de agosto las compras de España a Rusia se elevaron hasta los 939,4 millones de euros, lo que supuso un crecimiento del 31,6%. Un montante que se compone principalmente por compras de gas, carburantes y derivados de combustibles.
Veto de Argelia.
En términos del acumulado del año (enero a agosto) el crecimiento es aún más importante. Los datos del ministerio indican que las importaciones de Rusia llegaron a los 5.347,4 millones, lo que supone un 49,2% más respecto a los ocho primeros meses del año 2021. Dicho de otra manera, desde que empezó la guerra de Ucrania, España ha estado lejos de frenar sus relaciones comerciales con Rusia -como muchas veces ha pedido públicamente Sánchez- y, al contrario, las ha disparado y consolidado.
Cabe destacar que nunca se ha prohibido comprar gas a Rusia y los principales países de Europa lo siguen haciendo. Sin embargo, dentro de la Unión Europea se preparan planes de contingencia para prescindir de este insumo en los próximos años. En el caso de España, en el pasado verano batió todos los récords de compra de combustibles a Moscú.
Por otro lado, en Argelia se ha producido el efecto inverso que en Rusia. El 8 de junio el Gobierno argelino suspendió el Tratado de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación con España, firmado en octubre de 2002, e instó a sus agentes económicos a dejar de importar productos españoles. El bloqueo se justificó por el giro del Ejecutivo de Pedro Sánchez en su postura sobre el Sáhara Occidental, apoyando la soberanía marroquí frente a este territorio y abandonando la histórica neutralidad de España.
Empresas más afectadas
En estos tres meses, el desplome de las ventas de empresas españolas en Argelia ha sido evidente. Los datos del comercio exterior reflejan que en junio las exportaciones habían llegado a los 66,6 millones frente a los 174 millones de un año antes, un 61,8% menos. En esta línea, en julio se exportaron productos por valor de 28,6 millones de euros frente a los 155,6 millones que se enviaron en igual mes del año pasado, un 81% menos.
En cuanto a empresas afectadas por esta congelación de las cuentas bancarias encontramos a las energéticas con Naturgy, Repsol y Cepsa. También están expuestas agroalimentarias como Vicky Foods, tecnológicas como Indra o infraestructuras como Técnicas Reunidas, Abengoa o Sacyr. Por el momento, la situación no parece cambiar ya que Argelia sigue sin mover ficha y los empresarios españoles se siguen quejando de que, en la práctica, sus pares argelinos siguen sin poder establecer relaciones comerciales con España.
(Con información de The Objective)
