España bajo permanente agresión: ¿Estado fallido o fotut? | José María Manrique García

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Escribir días después de ocurrido un acontecimiento conlleva que la atención del posible lector haya decaído, pero tiene la inestimable ventaja de que se puede hablar del mismo con mayor conocimiento y verosimilitud. Espero que así sea.

A modo de premisa introductoria

¿Cuántos muertos son 2.500 desaparecidos en el momento de las riadas? (3.500 según otras estimaciones, por más que las autoridades nos tomen el pelo diciendo que no llegan a 100 «32 el 11-XI-2024 y 222 muertos»). ¿Cuántos muertos más habrá por sus consecuencias? ¿Por qué no hablan políticos y autoridades de ello? ¿Acaso repiten las autopsias los más de 100 forenses que trabajan a destajo? ¿Por qué el secretismo y los camiones frigoríficos que rodean a los grandes aparcamientos subterráneos? ¿Son muchos o pocos esos varios miles?

Pues, según, para una nación que soportó en 2022 más de 100.000 abortos quirúrgicos (a sumar los químicos y los embriones “desechados” en procesos de fertilización), es decir, más de 250 “interrupciones del embarazo” al día, en una semana se alcanzan. Y más pronto aún si sumamos las eutanasias, los suicidios, las muertes por sobredosis de droga y la sobremortalidad asociada a las “terapias genéticas” del covid.

Pero no quiero con esto reducir la importancia vital de la destrucción generalizada de viviendas, empresas, campos de cultivo e infraestructuras de todo tipo de un territorio donde viven bastantes más de 500.000 personas. Y todo ello asociado a las pérdidas económicas (¿decenas de miles de millones de euros?) y de todo orden (especialmente el agrícola) acarreadas por a la “gota fría” de la semana pasada). En Valencia se estiman afectadas 16.000 hectáreas, 130.000 viviendas y 120.000 vehículos (siniestro total). Por cierto, lo de DANA es un neologismo conexo con el terrorismo informativo asociado al cambio climático cuyo uso debería evitarse.

No, solo quiero resaltar que nuestros políticos están acostumbrados a esos miles de muertos, causados directamente por ellos o nó, y no les quita el sueño. Lo peor es que también han acostumbrado a la mayoría de los españoles.

En este contexto no les sorprenderá que se hayan presentado querellas contra diversas administraciones (Aquí y Aquí), centrales y autonómicas, por homicidio imprudente y lesiones, denegación de auxilio y prevaricación omisiva. 

Las causas

La mayoría de los políticos, pues hasta los cargos técnicos lo son en la actualidad, se escudan, a través de los medios de comunicación que manejan casi en exclusiva, en

Las excusas esgrimidas como causas:
  • Lo impredecible de la naturaleza
  • El cambio climático
  • La descoordinación entre administraciones del Estado (si son dirigidas por partidos políticos distintos).
  • Las flagrantes y criminales equivocaciones de los políticos nacionales y locales, según sus rivales políticos.
  • La incalificable actuación de un Gobierno Central, según las autonomías afectadas, acosado por la corrupción hasta niveles incomparables en el mundo (como lo es el caso de que el fiscal general del Estado sea imputado por el Tribunal Supremo, un auténtico Guinness), aprovechando la trágica oportunidad para tratar de desviar de él a la opinión pública.

Las causas profundas generalmente obviadas:
  • La ingobernable y suicida organización general del estado de las autonomías, mantenida por todos los partidos mayoritarios a pesar de las reiteradas comprobaciones de su ineficacia y peligrosidad.
  • Congruente con ella, la buscada gibarización de la antaño llamada Defensa Pasiva, desaparecida con el Régimen Liberal-Borbónico de 1975-78. A modo de cita rápida mentaremos la obsoleta y anquilosada Ley de Movilización (Ley 50/1969 de Movilización Nacional), con más de 50 años a sus espaldas, y en oposición con la Defensa Pasiva Nacional (1935-1960; contra riesgos de guerra fundamentalmente) y la Dirección General de Protección Civil (1960-67-79; ampliada a los riesgos de calamidades naturales, luego Subdirección General), la cual perdió al final prácticamente todo contenido castrense y se vio reducida casi al ámbito municipal. Entre medias, desapareció prácticamente la posibilidad de aplicación del Fuero Militar en caso de necesidad.

  • La existencia, desde los años 40 del pasado siglo, de un creciente número de tecnologías de manipulación del clima. Especialmente por medio de “siembra” de productos químicos en las nubes (“Chemtrails”; Marruecos tiene un poderoso programa al efecto; y Aquí). Pero también por ionización de las mismas desde radares terrestres, incluidos los que lo hacen a las más altas capas de la atmósfera (HAARP -High Frequency Advanced Auroral Research Project-), como los situados en medios aéreos y satélites (“armas de energía dirigida”, Directed Energy Weapons –DEW-). Las DEW supuestamente también estarían detrás de muchos incendios masivos (y “singulares”), los Mega-incendios ocurridos a lo largo del mundo, con fuegos “naturales” que incluso funden los bloques de motor de aluminio de los coches; otro de los pilares en los que se sustenta “el cambio climático”.

La hipotética utilización de ese conjunto de tecnologías fácilmente podría crear escenarios más que preocupantes, muy similares al ocurrido en nuestro Levante.

  • Hay una animosidad descarada contra España por parte de Marruecos, la UE, Usa e Israel (recuérdese la “premonitoria” portada de la revista Time del 2/9-XI-2020 dedicada al “Gran Reseteo”, en la que “se desmonta” precisamente la zona España-Marruecos). Quizá haya quien se escandalice de que nuestra Patria tenga enemigos, pero eso solo demostraría su desconocimiento de la historia, de la Leyenda Negra y de las realidades actuales en las relaciones internacionales. ¡Si incluso el hispano situado en la Silla de Pedro (sea como fuere) no puede disimular su enemiga hacia España eludiendo nombrarla!

Y, hablando del Gran Reseteo, es obligado mencionar del diabólico empeño de la élite plutocrática mundialista plasmado en “Agenda 2030”, que busca crear la histeria climática y cuyo objetivo 13 son las “medidas urgentes para combatir el cambio climático”. Esta muletilla saltó rápidamente a la boca de la sionista Von der Leyen con relación a las inundaciones.  Es más, Bruselas aprovechó los efectos de la gota fría para tratar de limitar la soberanía de los Estados (Aquí y Aquí).

  • No debe pasarse por alto la inmediatez de la Fiesta de Todos los Santos y el diabólico Halloween con que quieren sustituirla. No suele haber casualidades y hay muchos antecedentes en la historia, como el ataque yanqui a nuestras Filipinas la “Noche de Walpurgis” (opuesta a la de “Todos los Santos”) y el desfile inglés de la victoria de Malvinas el 12 de octubre de 1982. Tampoco son casuales las aberraciones de ciertas ceremonias, como la inauguración del túnel de San Gotardo (2016) y la de los juegos olímpicos de París (2024).

Las cosas objetivas: 

  • Las flagrantes y criminales “equivocaciones” de los políticos nacionales y locales.

La Confederación Hidrográfica del Júcar, del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, hasta la fecha del siniestro sólo había invertido el 2% de su presupuesto anual en construcciones para evitar desbordamientos. Aparentemente hubo artimañas de retrasar avisos y enfrentar a las mil Administraciones (ya ineficientes de por sí). La tragedia afectó a más de tres autonomías (Valencia, C.La-Mancha, Cataluña e incluso Aragón y Baleares), por lo que es de nivel 3 (ámbito nacional) según la normativa. Ribera (Mº. de Transición Ecológica etc) desactivó tres veces la alerta de desbordamiento del barranco que provocó la tragedia de Paiporta (solo a las 18:49H del 29 de octubre mandó un correo-e avisando del riesgo de desbordamiento)… en lo que se escuda Mazón, el presidente valenciano, quien dice para exculparse que pidió la intervención de la UME a las 15:21. Todos criminalmente fuera de juego (la alarma telefónica sonó a las 20:30. La agencia meteorológica francesa había avisado la madrugada anterior de riesgo grave –Aquí-, etc).

  • Como muy bien ha escrito Fernando del Pino Calvo-Sotelo, «Sánchez pudo haber activado desde el minuto uno el Plan Estatal General de Emergencias de Protección Civil (PLEGEM) que define el protocolo de actuación ante emergencias de interés nacional, definidas por la ley 17/2015 bajo tres supuestos: cuando exista un estado de alarma, excepción y sitio, cuando las emergencias afecten a varias CCAA, o cuando, “por sus dimensiones efectivas o previsibles, (las emergencias) requieran una dirección de carácter nacional” (Art. 28) aunque afecten sólo a una Comunidad Autónoma». Pues bien, quien sin que le temblara el pulso decretó inconstitucionalmente dos estados de excepción, que no de alarma en puridad, no lo hizo y sigue sin hacerlo. Quizás porque le salió gratis total frente a una justicia, y demás “poderes” de la nación, absolutamente inoperantes. De la institución militar, otro de los pilares de la nación, prefiero no hablar, pues quedó retratada en toda su actual decadencia y degeneración.

Conclusión

Para muchos es completamente incomprensible que el Gobierno, Central-Autonómico, no la haya prevenido y, una vez producida, no haya coordinado eficazmente, incluso a día de hoy, la ayuda. Es más, incluso ha obstaculizado, y sigue haciéndolo, el movimiento de solidaridad de todos los españoles, los voluntarios. ¿Este despropósito es mera ineficacia o estrategia inconfesable?

¿Alguien en conciencia puede escandalizarse, que no sea Monseñor Argüello, de la mínima reacción popular que suscitaron las impresentables autoridades que llegaron tarde y mal al lugar de la tragedia? ¿Nada justifica la violencia? ¿Ni siquiera mínima cómo fue? ¿En qué quedó la doctrina de Santo Tomás de Aquino? Desde luego no es proporcional lanzar un poco de barro, un cubo, un palo y un zapato, y golpear un coche blindado, frente a los miles de muertos y bienes perdidos. Y mucho menos con la Patria herida de muerte, pues en esas estamos.

No es que haya que hacer justicia, es que hay que derribar urgentemente el sistema borbónico-liberal si queremos seguir vivos y que no desaparezca España.

José María Manrique García | Escritor. Coronel de Artillería (r)

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