Cambio climático ha existido siempre, ocho glaciaciones en los últimos 800.000 años. Hace 120.000 años hacía tanto calor en las cuencas del Rin y del Támesis, que allí vivían hipopótamos. Todo antes de que el hombre existiera.
¿Se está calentando el planeta en la actualidad?, sabemos que el mayor glaciar de América del Sur, el Pio XI está creciendo, lo mismo ocurre con los glaciares interiores de Groenlandia y la capa de hielo antártica está aumentando, el invierno del 2009 fue uno de los más fríos de los últimos 100 años. Los inviernos del 2012 y 2013 también fueron muy largos y fríos y en ese año, se incrementó de forma impresionante el hielo del Ártico.
¿Es el hombre responsable del calor que padecemos este verano y el año pasado?. No hay un acuerdo unánime de los científicos, es más, muchos niegan esa relación. La erupción submarina del volcán Hunga Tonga, en el Pacífico, que se inició en diciembre del 2021 y tuvo su principal explosión en enero del 2022, mandó al espacio 146.000 millones de litros de vapor de agua, que podrían calentar el clima durante 5 años, así se publicó en National Geographic. Pero, ¿conocías esa erupción?, en los telediarios se habla poco de ese tema. Se sabe que el vapor de agua produce mucho más calentamiento atmosférico que el CO2.
Los maltusianos y científicos agoreros del clima han fallado siempre en sus predicciones. La tecnología disponible es la que hay y el clima es multifactorial y complejo. No podemos hacer predicciones a tres semanas y pretenden que nos arruinemos y renunciemos a los logros de la civilización por “supuestos cambios” no bien demostrados, dentro de 100-150 años.
Veamos algunas predicciones:
A) Se predijeron hambrunas, inundaciones, sequías y enfriamiento global para la década de 1980, que llegaría en el 2000 a una disminución de la temperatura media de 11 grados, algo que nunca ocurrió.
B) Nos asustaron con que los gases y la polución harían a las ciudades irrespirables y habría que llevar máscaras faciales con filtros para poder sobrevivir a mediados de la década de los 80 del pasado siglo.
C) Nos profetizaron que para el 1995, al menos el 75% de las especies animales habrían desaparecido.
D) Se anunció el hundimiento de las islas Maldivas antes del año 2010. En mayo del 1989, se predijo que la Amazonía no existiría en 20 años: La ONU nos amenazó con que en el 2020, el Mediterráneo se quedaría sin playas.
E) Al Gore se hizo famoso con su película “Una verdad incómoda” que anunciaba una inminente catástrofe climática.
Ninguna de esas profecías se cumplieron, todas ampliamente publicitadas en los más importantes medios de comunicación.
Incluso el célebre palo de jockey del IPCC (Intergovernmental Panel on Climate Change), dependiente de la ONU, está muy cuestionado, ya que omite los datos que no le interesan. En 2009, un ataque informático jaqueó el correo electrónico del profesor Phil Jones, demostrando la falsificación de las temperaturas para confeccionar el famoso palo. Las mediciones de CO2 en el pasado son ignoradas por el IPCC, según el profesor de química Hans Eberhard Heyke. Hemos tenido concentraciones de CO2 hasta tres veces superiores a las actuales en fechas bastante próximas, en 1825, 1857 y 1942, según el libro de Ernst-Georg Beck titulado “History of CO2 Gas Analysis of Air by Chemical Methods.
Es un hecho que hay serias y fundadas discrepancias y no existe una prueba definitiva del efecto devastador que se le pretende dar al CO2 y a la intervención humana. Existen sospechas de que todo pueda ser un constructo ideológico. La realidad es que no conocemos bien todos los factores que influyen en el clima. Para muchos científicos, como el danés Henrik Svenmark, el sol y su actividad es el factor primordial, pero también influyen los rayos cósmicos, la formación de nubes, actividad volcánica, etc. Factores en los que el hombre no puede intervenir. Son muchos los científicos, y premios Nobel de física, que se oponen a esta emergencia climática, un ejemplo es el laureado con el Nobel de física del 2022, el Dr. John F. Clauser, el cual no se anda con rodeos a la hora de criticar lo que él llama “la patraña de la crisis climática”.
Cuidemos al planeta y sigamos investigando pero no impongan dogmas que no están científicamente probados.
Mariano Urdiales Viedma | Escritor. Médico (r)