En las leyes totalitarias de memoria, en las leyes antijurídicas de género y trans contra la familia, en el reparto del poder judicial, en el apoyo y financiación a los separatismos, en la complicidad con Marruecos, en la entrega de la soberanía a la burocracia de Bruselas, en la agenda totalitaria 2030, en la promoción del despotismo LGTBI, en la promoción del aborto masivo y de la inmigración masiva…. ¡Casi nada! Difieren principalmente en quién debe estar en la Moncloa. El PSOE dice que Sánchez, el PP que Feijóo. Por el bien de España, aseguran. O del progreso.
Cualquiera que piense en frío se percata de dos cosas: del carácter grotesco, chabacano y cargado de odio de los aquelarres feministas y LGTBI; y de la corrupción antidemocrática con que usan fondos de todos para imponer sus ideas. La pregunta es: ¿por qué no hay una reacción clara y firme en la sociedad contra esas peligrosas derivas que son al mismo tiempo mamarrachadas envilecedoras? Es asombroso que hayan logrado instilar en la sociedad un auténtico miedo a sus estupideces. ¿No es hora ya de replicar, empezando por negarles fondos públicos y denunciando el uso de sus banderas como si fueran oficiales?
Si Feijóo fuera demócrata, exigiría que en la TV pública se diera a VOX el espacio que le corresponde en función de su representatividad. Y aceptaría un debate público con él.
Si Feijóo fuera demócrata hablaría en Galicia también en español, y no solo en su mal gallego. Porque el español común es la lengua constitucional y unificadora.
Si Feijóo se sintiera español no trataría se desplazar la lengua común por lenguas regionales, y la lengua nacional por el inglés.
Observen esta diferencia: cualquier expresión contraria a LGTBI y similares provoca un alud de protestas, insultos e intimidaciones en las redes sociales y en los medios. Cuando ocurre lo contrario, como en la profanación de la tumba de Franco o los ataques a la unidad de España, lo que salen son quejitas sollozantes por parte de cuatro gatos.
Observen con qué osadía ocupan el espacio público exhibiendo sus banderas y símbolos los LGTBI. Durante décadas casi nadie se atrevía a exhibir la bandera nacional, incluso la prohibían en los mítines del PP. Había un miedo que solo se superó a medias después del discurso del rey contra el golpismo separatista catalán.
Avance hacia el abismo. Evidencias
Indudablemente, la banda del Dotor está muy dispuesta a repetir el fraude electoral de 1936. Es preciso estar muy alerta. Él mismo ha invocado el extraño caso del más que improbable voto por correo casi unánime a favor de Biden. Y el conteo electrónico está en sus manos.
Lema electoral del PSOE: “España avanza”. Sí, hacia el abismo…, si no lo detenemos.
(Pío Moa | Escritor | https://www.piomoa.es/)