El Supremo de EE.UU. se inclina a respaldar la prohibición de hormonas a menores
Debate el Tribunal Supremo de EEUU
La Corte Suprema está debatiendo sobre la constitucionalidad de las leyes estatales que prohíben el acceso a terapias hormonales para menores. Los jueces lo están analizando tras una denuncia que considera que una ley de Tennessee que prohíbe la hormonación de menores es una forma de discriminación sexual.
El estado argumenta que la ley no constituye discriminación sexual, diciendo que es simplemente una forma de regulación médica que se aplica por igual a todos.
El juez Samuel Alito citó «evidencias abrumadoras» de algunos estudios médicos de Europa y Reino Unido sobre las consecuencias negativas de los bloqueadores de la pubertad y los tratamientos hormonales en los adolescentes. Todo hace suponer que el Tribunal Supremo aprobará que los estados prohíban la hormonación de menores.
Un cambio en Estados Unidos: protección frente a la precipitación
En varios estados de Estados Unidos, los legisladores han comenzado a restringir el acceso de menores a tratamientos médicos como bloqueadores de la pubertad y terapias hormonales cruzadas. Este cambio responde a estudios y testimonios que subrayan los riesgos físicos y psicológicos de estas intervenciones.
Los bloqueadores de la pubertad, en principio concebidos para tratar casos específicos como la pubertad precoz, han sido utilizados en menores como paso previo a la transición. Sin embargo, cada vez más estudios cuestionan su seguridad y efectos a largo plazo, especialmente en adolescentes cuyo desarrollo físico y emocional aún está en curso.
Un ejemplo reciente de esta reconsideración es el estado de Florida, donde los legisladores han aprobado leyes que limitan el acceso a estos tratamientos en menores. «Nuestro deber es proteger a los niños de decisiones médicas irreversibles que puedan lamentar en el futuro», afirmó el senador Ron DeSantis, quien ha liderado estas medidas en su estado.
La situación en España: una ideología sin base científica
En contraste, España parece aferrarse a una postura sectaria e ideológica que ignora las advertencias científicas. La Ley Trans, impulsada por el actual gobierno socialista-comunista de Sánchez, permite que menores de 16 años puedan acceder a tratamientos hormonales y modificar su sexo registral sin necesidad de un diagnóstico médico.
Organizaciones médicas y psicológicas han expresado su preocupación por la falta de rigor de estas políticas. «Las decisiones precipitadas y la ausencia de evaluaciones psicológicas rigurosas pueden causar más daño que beneficio», ha señalado José Luis Molina, psiquiatra infantil y crítico de la legislación.
El gobierno español, dominado por un sectarismo ideológico, ha ignorado estas advertencias. En palabras de varios expertos, se está utilizando a los menores como campo de experimentación ideológica, dejando de lado el bienestar de quienes se encuentran en una etapa especialmente vulnerable de su desarrollo.
Efectos irreversibles: una realidad ignorada
Uno de los mayores problemas de la hormonación en menores es su carácter irreversible. Los bloqueadores de la pubertad pueden afectar la densidad ósea, el desarrollo cerebral y la fertilidad, mientras que las terapias hormonales cruzadas generan cambios físicos permanentes.
Además, estudios recientes señalan que un porcentaje significativo de menores con disforia de género finalmente se identifica con su sexo biológico tras atravesar la pubertad. Sin embargo, las políticas actuales en España no contemplan este dato. «Estamos viendo cómo se toma una decisión permanente para un problema que, en muchos casos, es transitorio,» advierte el endocrinólogo Pedro Sánchez-Robles.
El modelo internacional: la ciencia como guía
El cambio en países como Suecia, Finlandia y el Reino Unido es significativo. Estos países han revisado sus protocolos y han restringido la hormonación a menores, priorizando el acompañamiento psicológico como primera línea de acción.
En 2021, el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido limitó el uso de bloqueadores de la pubertad a ensayos clínicos debido a la falta de evidencia sobre su seguridad. Del mismo modo, en Suecia, el Hospital Karolinska prohibió estos tratamientos fuera de contextos experimentales.
¿Por qué España sigue ignorando las alarmas?
La respuesta está en la agenda ideológica del actual gobierno. Mientras en otros países prevalece un enfoque basado en la evidencia científica, en España se fomenta la ideología lgtbi sin considerar alternativas ni riesgos.
Esta postura ha llevado a España a convertirse en uno de los países más permisivos de Europa en la hormonación de menores, lo que para muchos es motivo de alarma. «Es una aberración que ignora la ciencia y los derechos de los menores a un desarrollo pleno y saludable,» denuncia Marta Gómez, portavoz de una plataforma de familias afectadas.
El giro que están dando países como Estados Unidos no es casualidad. Responde a la creciente evidencia de que la hormonación a menores es un camino lleno de riesgos, tanto médicos como psicológicos. España, sin embargo, sigue atrapada en una narrativa ideológica que ignora las consecuencias.
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