El sonido, la música y la notación musical | Albert Mesa Rey

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Las fiestas navideñas ya han pasado. Ha sido tiempo de villancicos y canciones. Los conciertos navideños estuvieron a la orden del día y los hubo por doquier. Aún resuenan los acordes del tradicional Concierto de Año Nuevo que, desde Viena, se retrasmite desde la Sala Dorada del Musikverein a 90 países. El Maestro Daniel Baremboim dirigió este concierto por tercera vez a la Orquesta Filarmónica de Viena magistralmente.

Pero ¿Has tenido en tus manos la partitura de una pieza musical? ¿Te has parado a pensar en la genialidad que tuvo quien inventó esa forma de transcribir sobre un papel, de una forma exacta la frecuencia, duración, el ritmo, la intensidad, etc. de una obra musical para que otro intérprete pueda ejecutarla tal y como la compuso su autor? Tanto si es así como si no lo habías pensado, te invito a seguir leyendo este artículo.

Permíteme amable lector que juntos buceemos sobre estos aspectos. No pretendo con estas líneas dar un tratado de solfeo, mis básicos estudios en esa materia no me lo permitirían. Solo quisiera compartir contigo una vez más ciertos aspectos de la vida cotidiana, que muchas veces por habituales, nos pasan desapercibidos y no paramos a pensar en su genialidad.

Comencemos por unas pocas definiciones:

El Sonido:

Desde el punto de vista puramente físico, el sonido es una onda mecánica producida por un elemento vibrante que se transmite por un medio material: sólido, líquido o gaseoso. Para que un sonido se produzca debe existir una fuente emisora y un medio de transmisión.

El oído humano es capaz de percibir sonidos entre 20 y 20.000 Hz. Por encima de esas frecuencias hablamos de ultrasonidos y por debajo hablamos de infrasonidos. Otros animales son capaces de percibir sonidos en un rango distinto de los que los humanos podemos percibir.

Cualquier sonido sencillo, como una nota musical, puede describirse en su totalidad especificando tres características de su percepción: el tono, la intensidad y el timbre. Estas características corresponden exactamente a tres características físicas: la frecuencia, la amplitud y la composición armónica o forma de onda.

El tono (o frecuencia) es la cantidad de veces que vibra por segundo, es decir, su frecuencia. La frecuencia se mide en Hertz (Hz) o número de oscilaciones o ciclos por segundo. Esta propiedad se percibe como lo grave o agudo que es un sonido.

La Intensidad (amplitud) es el flujo medio de energía por unidad de área perpendicular a la dirección de propagación. Lo percibimos como un sonido fuerte o débil.

El timbre (o forma de la onda) es la característica que nos permitirá distinguir una nota de la misma frecuencia e intensidad producida por instrumentos diferentes. La forma de onda viene determinada por los armónicos, que son una serie de vibraciones subsidiarias que acompañan a una vibración primaria o fundamental del movimiento ondulatorio (especialmente en los instrumentos musicales).

La Música:

La RAE en su 4ª acepción define la Música como: “Arte de combinar los sonidos de la voz humana o de los instrumentos, o de unos y otros a la vez, de suerte que produzcan deleite, conmoviendo la sensibilidad, ya sea alegre, ya tristemente”. (sic). Ciertamente la música tiene la capacidad de evocar respuestas emocionales. En programas de televisión, películas e incluso comerciales, la música provoca risas, tristeza o miedo.

Ampliando la definición, podríamos decir que: La música es un conjunto de sonidos y silencios, organizados de manera lógica, que se rige por una serie de leyes como la armonía, el ritmo y la melodía, haciendo uso de la sensibilidad que caracteriza al ser humano con respecto a la emoción y percepción de elementos artísticos.

Ciertamente, la música tiene una connotación mayormente espiritual y emocional, por lo que su complejidad sólo ha ido aumentando a lo largo de la historia, pues, no se ha logrado definir lo que realmente representa, más allá del uso corriente que se le da.

Armonía musical. Es la relación y orden de notas musicales que hace referencia a la combinación de diferentes sonidos o notas que se emiten al mismo tiempo, aunque el término también se utiliza para referirse a la sucesión de estos sonidos emitidos a la vez.

La armonía funciona como acompañamiento de las melodías o como una base sobre la que se desarrollan varias melodías simultáneas. Con esto, podemos decir que melodía y armonía son términos muy relacionados entre sí, pudiendo considerar la melodía como un conjunto de sonidos armónicos que se suceden en el tiempo y están en relación con los acordes en los que se basa esa melodía.

Ritmo: Para la música el ritmo musical implica la frecuencia de repeticiones, en intervalos regulares e irregulares, según se trate, de sonidos débiles, cortos, largos, altos y bajos, en una composición musical.

El ritmo musical estará conformado por la combinación de diversos elementos tales como el tempo que indica velocidad, por el pulso que es la unidad de percepción, por el acento que se genera a partir de los pulsos, y el compás que mezcla a los pulsos y a los acentos.

Melodía: La melodía como elemento abstracto debe ser entendida como un conjunto de sonidos graves o agudos que están ordenados de un modo específico de acuerdo con la intención del compositor.

La Notación Musical

La “notación musical​” es un sistema de escritura utilizado para representar gráficamente una pieza musical, permitiendo a un intérprete que la ejecute de la manera deseada por el compositor.

El nombre de las notas musicales

El italiano Guido de Arezzo, (995-1050), en plena Edad Media, – en el año 1026 -introdujo el pentagrama e inventó la escritura de las notas, (do, re, mi, fa, sol, la). Arezzo, para crear su escala musical, utilizó la primera sílaba de cada verso de un himno dedicado a San Juan, que se atribuye a Paulo Diácono y que decía:

 

Ut queant laxis
Resonare libris
Mira gestorum
Famuli tuorum
Solve polluti
Labii reatum
Sancte Joannes

Más tarde, por las dificultades para cantar, la ut se cambió por do.

Pero debieron transcurrir cinco siglos, hasta el XVI, para que se completara la escala musical, tal como hoy la conocemos. Se recurrió al mismo himno que Arezzo había utilizado en el siglo XI, y con las iniciales de San Juan que, por entonces, se escribía Sante Ioanes, y se formó la séptima nota – SI – y la octava fue la repetición del Do.

Estas son las 7 notas de la escala diatónica. De cualquier forma, en una octava se utilizan 12 notas (las de la escala cromática). Las 5 notas restantes se simbolizan añadiendo a la derecha el carácter # (sostenido) o b (bemol).

Otra forma de representar las notas musicales es por letras. Es lo que se llama “cifrado americano” que se usa habitualmente en el mundo anglosajón y en Alemania. Las letras que se usan y sus equivalencias son:

A =La, B = Si, C=Do, D=Re, E=Mi, F=Fa y G=Sol

La partitura:

En música la representación gráfica de los sonidos se hace por medio de unos símbolos (las notas), que se escriben sobre una pauta llamada Pentagrama. El pentagrama es una manera de realizar una notación musical de tal modo que la misma sea fácilmente transmisible a otras personas. Esto significa que, así como las letras del alfabeto se juntan para formar una frase, de la misma manera los símbolos musicales se juntan en el pentagrama para formar una canción que puede ser interpretada por un instrumento musical o cantada por la voz del ser humano.

Un típico pentagrama en clave de Sol

Básicamente los pentagramas están formados por un conjunto de cinco líneas dispuestas de forma paralela. A la izquierda del conjunto de líneas aparece un símbolo distintivo llamado «clave». Esta clave es la que determinará a qué nota musical corresponde cada uno de los símbolos musicales que aparecen en el pentagrama. En el gráfico anterior encontramos un símbolo que identifica a la «clave de Sol»: Existe una variedad considerable de claves en otras notas como Do y Fa, por ejemplo.

Un pentagrama en clave de Fa

El “Compás”. Llamamos “compás” a la figura compuesta de dos números (uno encima de otro) que aparece al principio del pentagrama generalmente justo después de la “clave” y en unas líneas verticales que encontramos a lo largo de toda la partitura. este sirve para acentuar la melodía, es como unas “tildes” ortográficas invisibles en la música.

Divide en partes iguales la música durante todo el pentagrama. Por un lado, facilita la lectura de esta porque se nos agruparían todas las notas, son como las comas y los puntos y los cambios de renglón. Por otro lado, indica qué partes son las acentuadas y cuáles no.

El compás indica la característica de dónde acentuar a cada tipo de música. Por ejemplo, un Vals tiene un compás de ¾ (tres por cuatro) con gran acento en el primer “paso” y menos en los otros dos (1,2,3 y 1,2,3). En cambio, un bolero o música de salsa tendrá un compás 4/4.

Las Notas Musicales que aparecen dentro del pentagrama pueden colocarse justo encima de alguna de las líneas o en los espacios entre las mismas. Según la clave que corresponda (Sol, Do, Fa, etc.) y la ubicación específica entre las líneas, cada símbolo musical nos brindará información sobre una única nota. La duración en el tiempo de esta vendrá dada por las características del símbolo musical utilizado.

La nota, gracias a su aspecto y su posición, permite definir simultáneamente tres parámetros:

  • La posición vertical de la nota define su altura (aguda o grave). Cuanto más arriba se sitúe la nota sobre las líneas o los espacios del pentagrama, más aguda será.
  • La posición horizontal de la nota define cuando es emitida. Así, el eje horizontal del pentagrama define una escala de tiempo creciente desde la izquierda hacia la derecha. Si existiesen dos notas en la misma columna, estarían emitidas simultáneamente.
  • La forma de la nota define su duración. Duraciones estándar de notas están definidas en solfeo; cada una es dos veces más corta que la siguiente. Así, se tiene:

Así, una blanca es dos veces más corta que una redonda, una negra dos veces más corta que una blanca, etc.

En muchas obras aparece la “Armadura”. La armadura no es más que el conjunto de alteraciones que se escriben al principio del pentagrama y tienen efecto durante toda la pieza o movimiento, o hasta que haya algún cambio de armadura. Se le llama también Armadura de Clave.

Se escribe justo después de la clave, y antes de la indicación de compás, y siempre en el orden correspondiente, que recordemos es, para los sostenidos: fa-do-sol-re-la-mi-si, y para los bemoles, el orden inverso si-mi-la-re-sol-do-fa.

He intentado amable lector, mostrarte los signos más importantes y/o frecuentes (que aparecen en la notación musical; hay más: silencios, calderones, ligaduras, trinos, etc., para que te maravilles del ingenio humano como yo lo hice cuando era un niño y recibía mis primeras clases de solfeo.

Espero haber podido y sabido acercarte toda la sabiduría que hay detrás de la música y la forma en que desde hace tantos siglos se registra. Gracias por leerme.

Albert Mesa Rey | Escritor

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