El putero se amohína y los chulos de putas sonríen | Juan Hernández Hortigüela

El "putero" Ábalos se amohína

         En este país, que se llamaba España antes de que aterrizaran los socialcomunistas en Moncloa, se ha empezado a hablar a calzón caído desde que se ha abandonado la vergüenza. Como el propio gobierno, desde su presidencia, es el primero en perder la vergüenza, ya estamos todos autorizados a incluir en nuestras conversaciones las palabras malsonantes como caca, pedo, pis, putero y demás lindezas idiomáticas, autorizadas por aquello de la libertad de expresión. Sirva esto de aviso por lo que sigue, que nadie se nos escandalice, y sonría mientras pueda.

         Ajustándonos a la vileza actual del empleo de palabras de feo significado, no tenemos más remedio que referirnos a alguna de ellas para que nos entendamos todos.

         Resulta que el excelentísimo huésped del hotel de Soto del Real, José Luis Ábalos, se ha amohinado porque sus correligionarios se refocilan llamándole putero. ¿Qué puede esperar el excelentísimo imputado por robarnos los dineros de nuestra pensión, para pagar a sus putas? Debe tener en cuenta el Sr. Ábalos que sus “coleguis” del gobierno están, en general, ayunos de educación y vergüenza. Digo yo que podrían haber suavizado algo esa insidiosa palabra, putero, llamándole putañero que quiere decir lo mismo, pero con mejor estilo y enjundia.

         Peor hubiera sido que le hubieran llamado rufián, es decir lo contrario de putero, que esa palabra sí que es vergonzosa y de amplio espectro: proxeneta, gancho, lenón, macarra, baladrón, bastardo etc…Entonces sí que hubiera tenido motivos el excelentísimo para enfadarse para siempre.

         Peor aún, habría sido más grave que le hubieran llamado chulo de putas, (frase que en nuestro castizo barrio de Madrid, suprimíamos la preposición“de” de la frase para decir, simplemente, chulo putas, que es más bonita y chulesca) Usted, excelentísimo, nunca ha sido un chulo putas, todo lo contrario, son las putas las que le han chuleado a usted, uséase a nosotros, los contribuyentes. Nosotros, de insultarle con entusiasmo, le hubiéramos llamado tonto putas que querrá decir lo mismo, pero más amable.

         Pensamos que chulos putas cercanos habrá conocido usted durante su excelentísima vida gubernamental, y durante su pertenencia al partido socialista. Porque habrá habido alguno que se haya atrevido a vivir de un negocio tan antiguo y lucrativo como es el de chulear a las inocentes putas. Claro es que esos chulos putas ahora se estarán desternillando las muelas, al ver como un tonto putas paga y calla, dispuesto a comer rancho hasta que le salgan canas, si el dios indulto no lo remedia.

         ¡No se enfade usted, excelentísimo! Como buen feminista socialista, usted ha elegido el mejor de los caminos: putañero gratis total; es decir, ha sido usted tan listo que, en lugar de pagar a las putas de su bolsillo, se ha portado usted como un auténtico chulo, pero no de putas, como otros, sino chuleándonos a los contribuyentes.

         ¡Señor, Señor! ¡Cuánta incomprensión manifiestan los gobernantes  socialcomunistas con los inocentes contribuyentes! Entre puteros, chulos putas, rufianes, babosos pasamaneros y guarros, se han cargado todos el sagrado chiringuito del feminismo, del que han vivido muy bien los mencionados puteros, chulos putas, rufianes, babosos pasamaneros y guarros.

         ¡Cabrones!

Madrid, tiemblan los socialcomunistas, volverá Morante de la Puebla, fumándose un puro, a 13 de diciembre de 2025.

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