El PP de Castilla y León financia a Marruecos con ayudas al alquiler a los magrebíes, el colectivo más beneficiado

El PP apoya a Marruecos. Esa es la verdad que los medios del sistema intentan ocultar. Y no, no es una opinión. Son datos. Castilla y León, gobernada por el Partido Popular, ha aprobado una línea de ayudas al alquiler que ha beneficiado en su mayoría a inmigrantes magrebíes.

El presidente regional Alfonso Fernández Mañueco, del PP, lejos de defender los intereses de los españoles, impulsa medidas que favorecen abiertamente a ciudadanos procedentes del Magreb, mientras miles de jóvenes españoles no pueden emanciparse o acceder a una vivienda digna.

El PP apoya a Marruecos con dinero público

El pasado mes de julio, la Junta de Castilla y León anunciaba con orgullo que 21.006 familias se habían beneficiado de las ayudas al alquiler. Lo que Mañueco no gritó a los cuatro vientos es que el colectivo más beneficiado es el magrebí, tanto en número como en importe recibido.

La evidencia salta a la vista. El análisis de los datos revela una aplastante presencia de apellidos magrebíes entre los adjudicatarios. En otras palabras: el PP apoya a Marruecos destinando el dinero público de Castilla y León a financiar la estancia de inmigrantes del norte de África.

¿Y el PSOE? Exactamente igual. Pero lo preocupante es que esta entrega no viene solo del partido socialista. Lo escandaloso es ver al PP imitando la agenda migratoria de la izquierda con total descaro.

1 de cada 3 ayudas van a magrebíes

Según cifras internas, alrededor del 35 % de los beneficiarios son magrebíes. Esto quiere decir que uno de cada tres euros de esta partida va a parar a manos de personas procedentes del Magreb. A ellos se suman un 10 % de Europa del Este, un 5 % de África subsahariana y otro 5 % de Asia.

Es decir, más del 55 % de los fondos públicos de esta línea de ayudas va a extranjeros, no a españoles. Es imposible no concluir que el PP apoya a Marruecos, incluso más que a las familias españolas en riesgo de exclusión.

Mientras tanto, nuestros jóvenes siguen atrapados en casa de sus padres, sin acceso a una vivienda, sin futuro. Los mismos jóvenes que ven cómo sus impuestos financian el alquiler de recién llegados que, en muchos casos, ni siquiera respetan nuestra cultura, nuestra lengua ni nuestras leyes.

Fernández Mañueco: cómplice de una agenda globalista

Alfonso Fernández Mañueco se ha llenado la boca diciendo que su política es “útil, eficaz y responsable”. Pero, ¿responsable con quién? ¿Con el pueblo español? ¿O con los intereses de Marruecos?

Este tipo de ayudas, lejos de resolver los problemas sociales de Castilla y León, agravan la fractura social y aumentan el descontento entre los ciudadanos. Porque el PP apoya a Marruecos mientras a los españoles se les exige callar, trabajar y pagar impuestos.

Y lo peor: estas medidas no son casuales. Forman parte de una estrategia calculada para incentivar la inmigración masiva magrebí y alimentar la dependencia social. Exactamente el mismo modelo que promueve el PSOE y que ejecuta el Gobierno de Sánchez con fondos europeos y propaganda multicultural.

Una política diseñada para el desequilibrio demográfico

La Junta ha justificado esta convocatoria asegurando que busca “ayudar a familias en situación de vulnerabilidad” y “fomentar la emancipación juvenil”. Pero la realidad es otra.

Los datos revelan que los españoles que cumplen con los requisitos se ven desplazados por inmigrantes que acceden rápidamente al sistema gracias a redes comunitarias y asesoramiento subvencionado por ONGs afines a la izquierda. El PP apoya a Marruecos incluso en esto: facilitando el acceso a información, recursos y tramitación preferente para extranjeros.

El resultado es un desequilibrio demográfico que cambia radicalmente la composición social de nuestras ciudades y barrios. Familias que llevan generaciones en España quedan marginadas mientras los recién llegados acaparan las ayudas, la atención institucional y la cobertura mediática.

¿Dónde queda la defensa del interés nacional?

El discurso del Partido Popular sobre la “defensa de los intereses de los españoles” se cae a pedazos con este tipo de decisiones. Porque no basta con ponerse una pulsera con la bandera. Hay que defender con hechos a nuestra gente.

Y los hechos son claros: el PP apoya a Marruecos con millones de euros que deberían ir destinados a familias españolas, a jóvenes de nuestra tierra, a madres solteras, a ancianos abandonados.

Es inaceptable que un partido que dice estar en contra de la inmigración ilegal y que proclama “orden y ley” financie de forma masiva a quienes forman parte de un proceso de sustitución demográfica evidente.

PSOE y PP: socios del mismo proyecto globalista

Los socialistas no engañan a nadie. Siempre han defendido la agenda multicultural, el mestizaje ideológico y la subordinación de España a intereses extranjeros, especialmente los de Marruecos. Pero el PP hace exactamente lo mismo.

Ambos partidos actúan como agentes del mismo proyecto globalista, disfrazado de ayuda social. Ambos aceptan sin rechistar los dictados de Bruselas, de la Agenda 2030 y de los tratados internacionales que despojan a España de su soberanía.

Cuando un joven español ve que sus posibilidades de acceso a la vivienda son nulas, mientras un inmigrante recién llegado recibe hasta 300 euros mensuales en ayudas al alquiler, entiende que el sistema no trabaja para él. Que su país ha sido entregado.

Y que el PP apoya a Marruecos, como el PSOE, como los nacionalistas, como los burócratas europeos.

El PP apoya a Marruecos. Esa es la frase clave, y también la realidad política que hoy sufrimos. Las ayudas públicas que deberían proteger a nuestros ciudadanos se usan para financiar a comunidades extranjeras. Y quienes lo permiten, desde el Gobierno regional de Castilla y León hasta Génova, son cómplices.