La Ley de Memoria Democrática de Sánchez: una herramienta contra los símbolos religiosos en España
Desde su implementación, la Ley de Memoria Democrática de 2022, impulsada por el gobierno de Pedro Sánchez, ha desatado una serie de acciones que tiene como objetivo encubierto debilitar los símbolos religiosos de España. Utilizando como pretexto la lucha contra el franquismo, el gobierno de Sánchez ha ordenado la eliminación de monumentos, en su mayoría cruces. Este proceso ha generado una creciente preocupación en la sociedad española, que ve en esta política un ataque contra la libertad religiosa y la memoria cristiana.
La Ley de Memoria Democrática: Represión religiosa
La Ley de Memoria Democrática se presenta como una continuación de la Ley de Memoria Histórica aprobada en tiempos de Zapatero, y ha ampliado los objetivos de esta última con la finalidad de «erradicar vestigios franquistas». Sin embargo, la aplicación de esta normativa ha tenido un impacto notable en monumentos de carácter cristiano. La basílica y cruz del Valle de los Caídos, el Arco de la Victoria en Madrid, y el Monumento a los Caídos en Pamplona son solo algunos de los emblemas en el punto de mira de la ley.
En palabras de un portavoz del gobierno, la ley busca «erradicar símbolos que perpetúan la ideología franquista y que son ofensivos para la democracia». Sin embargo, el fin de estas acciones están dirigidas a eliminar la memoria religiosa de España bajo el pretexto de «justicia histórica».
El objetivo: Ir contra la religión católica a través del derribo de sus cruces
Para ello el Gobierno de Sánchez ordenó incluir una explicación en los expedientes de aplicación de la Ley de Memoria Histórica: un párrafo en el que se aclaraba que las “cruces de los caídos”, tengan o no tengan inscripciones en favor del franquismo, deben ser consideradas vestigios de la dictadura. Resultado: toda cruz construida en aquella época en honor a los «caídos» debe ser tumbada. Aunque nada en ella recuerde ya a Franco ni aunque se realicen inscripciones en la piedra para reseñar que la cruz rinde homenaje a los caídos de ambos bandos.
Como ejemplo de esta actuación claramente cristofóbica el diario el Debate señala varias actuaciones contra la religión católica:
La Cruz de Aguilar de la Frontera: un símbolo religioso derribado
Uno de los casos más polémicos ha sido el derribo de la Cruz de las Descalzas de Aguilar de la Frontera, en Córdoba. Situada junto al conjunto Histórico Artístico del Monasterio de San José de la localidad cordobesa de Aguilar de la Frontera, la Cruz de los Caídos se alzó junto a la iglesia de las Descalzas en memoria de los fieles católicos que murieron durante la persecución religiosa emprendido por las izquierdas en la Segunda República y la Guerra Civil.
Esta cruz fue derribada bajo la dirección del ayuntamiento local, dirigido por Izquierda Unida. La justificación fue que el monumento era un símbolo de «victoria franquista» que «humillaba» a las víctimas del régimen.
Sin embargo, el sentido original de esta cruz era exclusivamente religioso, y no tenía connotaciones políticas. La población de Aguilar de la Frontera protestó intensamente contra esta acción, logrando finalmente erigir una cruz en piedra y hierro forjado sin que el alcalde pudiera esgrimir ningún argumento político para eliminar un símbolo religioso de la vía pública. Un residente local describió el acto como «una victoria de la fe sobre la persecución política». Aunque la cruz se reinstaló, el caso subraya la tensión creciente entre las autoridades y la comunidad religiosa.
Derribo del escudo de San Juan en Vitoria: otro símbolo en la mira
En septiembre de 2023, el último escudo de San Juan en Vitoria, que databa de los años del régimen de Franco, fue eliminado de la fachada del antiguo Palacio de Justicia. Según Marisol Garmendia, delegada del gobierno en el País Vasco, el escudo era «anticonstitucional y antidemocrático». Sin embargo, Garmendia desconoce que este escudo aparece incluso en la primera página de la Constitución Española de 1978.
Derribo de La Cruz de los Caídos en Castellón
Otro caso de polémica surgió en enero de 2023 en Castellón, donde el ayuntamiento, bajo una coalición de partidos de izquierda y extrema izquierda formada entre el PSOE, los nacionalistas de Compromís y Podemos, ordenó la retirada de la Cruz de los Caídos en el Parque de Ribalta. Argumentaron que era un «vestigio franquista» y que su presencia era «incompatible» con los valores democráticos. La acción desató una fuerte reacción en la comunidad local, que expresó su indignación por lo que consideraban un ataque innecesario contra un símbolo de fe y memoria.
Cruz de Puerto del Pico en Ávila: un derribo inexplicado
La Cruz del Puerto del Pico (Ávila), dedicada a los caídos en la Guerra Civil, era objeto de continuos actos vandálicos, bajo la inacción de las administraciones, por motivos políticos, hasta que una mañana amaneció convertida en un montón de escombros.
El monumento, una bonita cruz sobre un obelisco y un arco, no fue desmantelada por las administraciones públicas bajo el paraguas de ninguna ley. Las causas del derribo siguen siendo objeto de especulaciones.
En palabras de un historiador local, «Este acto representa la pérdida de un fragmento significativo de nuestra historia religiosa, y constituye un claro atentado contra el patrimonio cristiano de España».
Cruz de Neda: la desaparición de la memoria religiosa
Otro incidente reciente ocurrió en Neda, La Coruña, donde la Cruz de los Caídos fue demolida el 16 de octubre de 2023. Según el ayuntamiento, su eliminación respondía a las demandas de «memoria democrática». En este caso, el derribo contó con el voto a favor de los concejales del Partido Popular. El ayuntamiento se felicitó por la eliminación de «un vestigio franquista», aunque lo que realmente eliminaron fue un pedazo de la memoria histórica del pueblo.
No obstante, la cruz de Neda era un símbolo para muchos habitantes que veían en ella un recordatorio de su historia religiosa y cultural, más allá de la Guerra Civil.
La reacción de la sociedad: Hacia una «persecución religiosa» en España
La creciente eliminación de cruces y otros símbolos religiosos ha motivado una respuesta firme de diversos grupos sociales que defienden la libertad de culto y el respeto al patrimonio histórico. Para estos sectores, la Ley de Memoria Democrática está siendo utilizada como herramienta para erradicar la presencia cristiana en espacios públicos.
«La ley, en lugar de fomentar la reconciliación, alimenta la división social y la eliminación de símbolos religiosos», declaró un portavoz de la Asociación en Defensa de la Cruz, agregando que «esto es un atentado contra la libertad religiosa y una señal preocupante para el futuro de la fe en nuestro país».
En conclusión, el gobierno de Sánchez ha utilizado la Ley de Memoria Democrática para justificar una serie de acciones que representan un ataque directo contra la religión en España. La destrucción de cruces y otros símbolos cristianos, bajo la excusa de eliminar «vestigios franquistas», constata el nulo respeto de este gobierno a la libertad religiosa y al patrimonio histórico del país.
Los ciudadanos, junto a diversas organizaciones, continúan luchando por proteger estos símbolos y preservar la identidad cultural y espiritual de España contra esta verdadera «persecución religiosa».
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