El nuevo objetivo de Bildu y Podemos en San Sebastián: la destrucción del Sagrado Corazón del monte Urgull

Sagrado Corazón del monte Urgull

La amenaza contra el Sagrado Corazón: odio anticatólico y cristianofobia institucionalizada

El odio anticatólico no se detiene y vuelve a asomar con fuerza en Vascongadas. Esta vez, el blanco es el emblemático monumento del Sagrado Corazón de Jesús situado en el monte Urgull de San Sebastián. La ofensiva proviene del denominado Grupo de Trabajo de Simbología del Consejo de Memoria Histórica del Ayuntamiento, donde están integrados partidos como los proetarras de EH Bildu y los comunistas Elkarrekin Donostia (marca local de Podemos e Izquierda Unida).

La propuesta que han elevado al Gobierno municipal exige que el monumento sea incluido en el catálogo de «símbolos y elementos contrarios a la memoria democrática». Según ellos, el monumento exalta el nacional-catolicismo y la dictadura franquista. Pero la realidad histórica desmiente tal afirmación. La iniciativa de levantar la estatua comenzó en 1928, mucho antes del régimen de Franco. Es un monumento religioso que los comunistas quieren destruir. El odio anticatólico no es nuevo.

EH Bildu y Podemos: entre el resentimiento y la iconoclastia

Los concejales Markel Ormazabal (EH Bildu) y Arantza González (Elkarrein) han defendido estas medidas asegurando que el monumento constituye un «elemento contrario a la memoria democrática». En su rueda de prensa, exigieron también que se suspendan todos los actos de conmemoración por el 75 aniversario del Sagrado Corazón y que se cancelen las labores de mantenimiento.

La estrategia es clara: dejar que el monumento se deteriore lentamente hasta justificar su retirada. Pero esta acción va más allá del olvido: es una forma activa de cristianofobia institucionalizada. Creen que, derribando una imagen religiosa, podrán destruir la fe que representa.

El odio anticatólico se manifiesta aquí con una virulencia que raya en el resentimiento, la venganza y, por qué no decirlo, en el satanismo ideológico.

La reacción ciudadana: firmeza frente a la barbarie

Frente a esta ofensiva, la sociedad civil no ha permanecido callada. El portal «Peticiones Católicas» ha lanzado una recogida de firmas que ya suma miles de apoyos. El objetivo es claro: impedir la eliminación de un monumento que, durante más de setenta años, ha formado parte del paisaje, la historia y la fe de San Sebastián.

Como señala uno de los mensajes más compartidos: «¿Vamos a permitir que se pisotee nuestra fe y nuestra historia sin oponer resistencia?». La pregunta es contundente y la respuesta, para miles de ciudadanos, es un rotundo no.

La defensa del Sagrado Corazón de Jesús no es solo una cuestión religiosa, sino también de respeto a la identidad cultural, a la libertad de culto y a la verdad histórica. Dejar que lo borren es aceptar que unos pocos de extrema izquierda dicten la memoria colectiva a base de mentiras.

Las leyes de la memoria como instrumentos de persecución

El pretexto legal utilizado por EH Bildu y Podemos son los artículos 35, 36 y 37 de la Ley 20/2022 y el artículo 31 de la Ley 9/2024 del País Vasco. Estas normativas, duramente criticadas por historiadores y juristas, permiten eliminar símbolos sin un debate riguroso. Se impone así una versión única de la historia, al servicio de intereses ideológicos.

El informe del Consejo de Memoria Histórica considera que el Sagrado Corazón debe retirarse por su supuesta vinculación al franquismo. Pero ignoran que su construcción fue posible gracias a las donaciones de los vecinos creyentes de San Sebastián en los años 20.

El propio alcalde, Eneko Goia, ha manifestado su desacuerdo con la propuesta: «Forma parte del ‘skyline’ de la ciudad y hay ciudadanos muy diversos que dan una diversa interpretación de este símbolo». Aun así, su oposición ha sido tibia, sin incidir en la relevancia religiosa del monumento.

El odio anticatólico se disfraza de memoria histórica, pero no es más que censura y venganza ideológica.

Borrado religioso: una estrategia continuada en Vascongadas

La amenaza al Sagrado Corazón no es un caso aislado. Un estudio del Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos del Gobierno Vasco en 2019 reveló que ya se habían eliminado 1.523 placas y monumentos del espacio público. Entre ellos, cruces y símbolos religiosos como la cruz de los caídos en Lantarón, la cruz de Ergileta en Bilbao o la del Crucero Baleares en Ondarroa.

El odio anticatólico se convierte así en una política sistemática de iconoclastia y cancelación de la identidad cristiana. No se trata de memoria, sino de persecución al catolicismo.

La consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús en 1919, renovada en 1969 y en 2019, es parte del alma de la nación. Quienes atacan este monumento no solo atacan una estatua: atacan la fe, la historia y el corazón espiritual de España.

Frente al odio anticatólico, firmeza y unidad

La ofensiva contra el Sagrado Corazón del monte Urgull es una muestra más del avance del odio anticatólico en España. Es una cuestión imposición ideológica, de sectarismo ideológico, de odio. La reacción ciudadana ha demostrado que no todo está perdido.

Es hora de defender nuestros símbolos, nuestra historia y nuestra fe. No dejemos que el silencio nos convierta en cómplices de quienes quieren destruir lo que somos, lo que amamos y en lo que creemos.

Comparte con tus contactos:

1 comentario en «El nuevo objetivo de Bildu y Podemos en San Sebastián: la destrucción del Sagrado Corazón del monte Urgull»

  1. Se llenaran los espacios de artículos de opiniones,y quejas, todo muy bonito pero al final, bla bla bla…nadie o muy pocos acuden a los actos de traslado o destrucción de estos monumentos y se esfumó la estatua o la Cruz,y ellos siempre ganan y los buenos Catolicos callan y rezan, !Que bonito!

    Responder

Deja un comentario