El misterioso caso de la estrella de Belén que vieron los Reyes Magos

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La estrella de Belén ha sido uno de los grandes misterios de la astronomía y hay varias teorías que intentan dar una respuesta a esta problemática.

El 6 de enero los Reyes Magos llegaron a Belén para obsequiar a Jesús con oro, incienso y mirra. A día de hoy es una de las fiestas más importantes del catolicismo y la más importante de la Navidad junto con el Nacimiento del niño-Dios. Los Magos que obsequiaron al Mesías fueron guiados por un cuerpo celeste que se elevó en el cielo y los condujo hasta donde se encontraba el hijo de Dios, lugar donde se detuvo. Hay muchas teorías para explicar este fenómeno.

Lo primero que hay que saber es que, según expertos, Jesús no nació exactamente en el año 0, nació entre los años 1 y 8 a.C. Con las leyes de Sir Isaac Newton se puede saber con una gran exactitud la posición de los astros en el cielo en cualquier momento. Lo malo es la falta de datos que rodean este fenómeno.

Supernovas

Las supernovas son gigantescas explosiones de estrellas masivas que expulsan el material que les queda en un impresionante juego de luces visible a altísimas distancias. El astrónomo Kepler vio una y pensó que podía ser una supernova lo que guió a los Reyes Magos hasta el pesebre dónde se encontraba Jesús con sus padres. Este es un fenómeno que no fue la estrella de Belén porque la primera constancia que se tiene de un evento así data del año 180 d.C. Este avistamiento lo hicieron los chino casi dos siglos después del nacimiento del Mesías.

Cometas

Las primeras teorías referentes a la estrella de Belén fueron cometas. En primer lugar, se pensó en el cometa más famoso: el Halley, pero es imposible que fuera debido a que pasó cerca de la Tierra en el año 12 antes de Cristo. Echándonosla la vista atrás y colocando los asteroides en sus respectivos lugares en aquellos años se destapa que no pudo ser un cometa lo que vieron los Reyes Magos para dirigirse a Belén. En aquella época, los cometas eran malos presagios.

Siro/Sirius

Esta es una estrella que está relativamente cerca del sistema solar, más concretamente a 8 años luz. Es una luminaria emite una luz azul, correspondiente a estrellas masivas y calientes. La ‘estrella Perro’ tiene el doble de tamaño que el Sol. Es el cuerpo celeste más brillante del cielo nocturno, de los que no se encuentran dentro del sistema solar. Se ve principalmente en el hemisferio norte. Esta estrella ha servido a diferentes civilizaciones como la egipcia para saber cuándo será la época de inundaciones y también a los navegantes para guiarse.

Sirius no puede ser la estrella de Belén por el simple hecho de que la regularidad del cielo nocturno no puede presagiar un acontecimiento único y extraordinario como es la llegada de un mesías. Las civilizaciones que la usaban lo hacían por su regularidad: llegada de unas inundaciones, rutas náuticas…

Johannes Kepler y las conjunciones

Una conjunción de planetas se da en el momento que dos o más cuerpos planetarios se encuentran en la misma latitud celeste. Los planetas se encuentran cerca unos de otros en perspectiva, pero no se ocultan entre ellos.

Kepler fue un astrónomo, matemático y astrólogo alemán que hizo otra teoría sobre la estrella de Belén, la más aceptada hasta la fecha. Teorías astrológicas dicen que un mesías llegaría al mundo en una conjunción de Saturno y Júpiter en la constelación de Piscis. Durante el año 7 antes de Cristo se dio una triple conjunción entre Marte, Saturno y Júpiter en dicha constelación. Una de las 3 conjunciones que se dio fue en la primera quincena de diciembre coincidiendo con el nacimiento de Jesús.

Este fenómeno se vio especialmente en la zona mediterránea y en dirección sur, como la que hay desde Jerusalén a Belén. Por estos motivos, esta teoría es la más aceptada en la actualidad pero se carece de muchos datos para poder afirmar categóricamente qué fue la estrella de Belén.

(Con información de Libertad digital)

 

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