Aunque la práctica totalidad (el 96% de los fuegos) son provocados, se insiste en vincular estos episodios al cambio climático.
La manipulación y el alarmismo que predomina en el debate sobre el cambio climático es cada vez más atosigante. Pero aún cobra más fuerza en la temporada de verano con los incendios habituales en la temporada estival. Estos calores sirven de excusa para transmitir miedo al supuesto «calentamiento global», de modo que no sorprende que se establezca un discurso que vincula directamente ambas circunstancias, esto es, fuego en verano y cambio climático.
El 96% de los incendios producidos en España son provocados
Sin embargo, la realidad es mucho más compleja. Hasta organizaciones como Greenpeace no dudan a la hora de dar por buenas las estimaciones de las autoridades forestales, que calculan que el 96% de los incendios producidos en España son provocados.
Es por tanto, que la inmensa mayoría de los fuegos no se explican por dinámicas climáticas, sino por la actividad criminal de los pirómanos o por desafortunados errores humanos que terminan generando los incendios. Y, en cuanto al alcance, lo cierto es que el impacto ecológico de un número muy importante de incendios se puede considerar bajo.
A nivel global
Lo vemos en el siguiente gráfico elaborado por el ecologista danés Bjorn Lomborg y publicado por el Wall Street Journal:
Manipulación mediática
Sin embargo, como apunta el propio Lomborg con el siguiente gráfico, la senda bajista que describen los incendios (ver recurso de la izquierda, línea descendiente de color naranja) contrasta con el incremento de la cobertura mediática dedicada a estos asuntos, que se ha disparado un 400% mientras se producía un descenso del 30% en este tipo de daños (ver recurso de la derecha, línea ascendente de color azul).
Queda claro, pues, que la cobertura mediática de estos asuntos tiene poco o nada que ver con la frecuencia con la que se producen los incendios y se explica, más bien, por el incremento del alarmismo climático. El enorme eco de este tipo de episodios en numerosos medios de comunicación contrasta con la evolución positiva que describen las estadísticas de superficie quemada por fuegos, lo que confirma que la clave en materia climática fue, es y seguirá siendo la adaptación, no la propaganda o el intervencionismo.
Hay, por tanto, razones de sobra para rebajar el alarmismo. ¡Que no ten engañen ni manipulen!.
(Con información de Libertad Digital)
