Gato

El problema no es solo el derroche del dinero público que hacen,  sino la aberración de la medida en si, propia de una política radical animalista, y que, como consecuencia de ello, prefieren apoyar y promover políticas animalistas antes que políticas destinadas a las personas, en este caso, a los niños.

Galicia, con una tasa de fecundidad de 1 hijo por mujer -en lugar de 2,1 que es el número de hijos por mujer necesarios para asegurar el nivel de reemplazo generacional- prefiere hacer política de adopción de animales en vez de natalidad de personas. Es el fracaso de una sociedad. Es su ocaso.

fuente: Virginia Gutiérrez | Hispanidad

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