El ‘exprópiese’ se hace realidad en el campo andaluz con el Gobierno de Pedro Sánchez

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Cien agricultores de Córdoba y Jaén verán sus tierras expropiadas y sus 100.000 olivos talados para hacer una planta fotovoltaica

Expropiaciones y Agenda 2030: La Sombra del Globalismo sobre los agricultores de Andalucía

En los últimos años, la implementación de la Agenda 2030 ha sido uno de los temas principales de la agenda del gobierno de Pedro Sánchez. Sánchez es uno de los alumno aventajado de la élite globalista que cumple como un títere todo lo que le mandan. En un nuevo capítulo de esta política, el gobierno de Sánchez ha ordenado la expropiación de terrenos en el campo andaluz, afectando a cientos de agricultores de Córdoba y Jaén.

¿Y para qué? Muy simple. Esta medida, permitirá construir una planta fotovoltaica de proporciones masivas, que ha generado una fuerte crítica y rechazo, especialmente entre los afectados, quienes ven en ella un claro ejemplo de que el gobierno está ejecutando las directrices globalistas de la Agenda 2030 a costa de su bienestar y el del campo español.

Expropiaciones para Megaproyectos de la agenda 2030: El ‘Exprópiese’ en España

La reciente decisión del gobierno de Sánchez evoca el recordado “exprópiese” del líder venezolano Hugo Chávez, quien en su momento ordenó nacionalizar numerosas propiedades privadas en nombre del “bien común”. En esta ocasión, como ha denunciado la revista Jara y Sedal, y recoge el diario La Bandera, la expropiación afectará a aproximadamente cien agricultores en Andalucía, quienes perderán sus tierras y alrededor de 100.000 olivos que, por generaciones, han representado su sustento en pos del la creación de una gran planta fotovoltaica en terrenos de Jaén y Córdoba.  Muchos ven en esta medida una señal de que la Agenda 2030 impone medidas en favor de intereses globales y sin tomar en cuenta las necesidades locales.

Renovables Sí, Pero No Así’: La lucha de los agricultores

Para los agricultores, la creación de esta planta fotovoltaica no significa progreso, sino más bien un atentado a su medio de vida y una amenaza a la sostenibilidad del campo andaluz. Bajo el lema “Renovables sí, pero no así”, los trabajadores del campo se han unido para protestar contra este tipo de megaproyectos, que no solo conllevan la expropiación de sus tierras, sino también la destrucción de olivares que forman parte de la identidad cultural y económica de Andalucía.

Este megaproyecto afectará la región de la Campiña Norte, en Jaén y Córdoba, donde se prevé la expropiación de sus tierras y la tala de más de 100.000 olivos, una superficie equivalente a unos 100 campos de fútbol. Además, estos olivares forman parte de una zona que en su momento fue propuesta para ser declarada Patrimonio Mundial de la Unesco por su riqueza cultural y natural. Además, en la zona se han encontrado restos arqueológicos, aunque esto no ha sido suficiente para detener el proyecto. Aun con el apoyo de los afectados, este reconocimiento sigue en riesgo mientras el megaproyecto avanza, poniendo en peligro el medio de subsistencia de las familias que dependen de la recolección de aceitunas y la agricultura.

Sánchez y la Agenda 2030 a costa del campo español

La Agenda 2030 con sus objetivos de eliminar el sector primario va en contra de los intereses de las comunidades rurales, comportándose como un vehículo para beneficiar a las grandes multinacionales extranjeras en detrimento del sector primario local. Los agricultores argumentan que estos proyectos están acelerando la desaparición de la agricultura tradicional en España. La construcción de megaplantas fotovoltaicas, como la que se proyecta en Andalucía, sirve como constatación, una vez más, de que las decisiones se toman desde la distancia, obedeciendo a una agenda marcada por intereses globalistas y en perjuicio y detrimento de los intereses locales..

Pero para el gobierno de Sánchez, estos megaproyectos suponen cumplir con los objetivos de la Agenda 2030 y las directrices globalistas. En este contexto, los agricultores y la Plataforma de la Campiña Norte argumentan que estos proyectos solo benefician a unas pocas empresas de las élites globalistas, mientras destruyen el sustento de decenas de familias que dependen de la agricultura y que son quienes más contribuyen a la economía y la cultura de la región.

Consecuencias de los Megaproyectos de Energía Renovable

La empresa Greenalia Solar es la promotora del megaproyecto.Para los agricultores, la instalación de estas plantas significa una catástrofe ambiental y social. La tala de olivos a gran escala no solo implica una pérdida de biodiversidad y de patrimonio cultural, sino que también elimina puestos de trabajo locales y afecta el equilibrio ecológico de la región.

“Estos proyectos no crearán empleos, sino que acabarán con el sustento de muchas familias y contribuirán activamente a la destrucción de puestos de trabajo locales”, denuncia la plataforma Campiña Norte. A diferencia de los beneficios prometidos por las empresas, la realidad es que estos megaproyectos dejan al campo sin alternativas de empleo sostenible, perjudicando el tejido económico local y convirtiendo el campo en un mero paisaje para el beneficio de las empresas de energías renovables.

¿Qué pueden hacer los agricultores afectados?

Pero nada importa ya que el 7 de noviembre, los propietarios afectados han sido citados para iniciar los trámites de expropiación de sus tierras.

Para aquellos afectados por el proceso de expropiación, las opciones son limitadas. Según explica la revista Jara y Sedal, los agricultores tienen solo 15 días para presentar alegaciones al acto administrativo de expropiación una vez que la lista de propiedades afectadas ha sido publicada. Aunque existen etapas en el proceso en las que se puede intentar revertir la expropiación, la realidad es que este proceso es difícil y requiere de un gran esfuerzo.

Los agricultores pueden apelar errores en el procedimiento administrativo o impugnar el proyecto si logran demostrar que no cumple con criterios de “utilidad pública”. Sin embargo, estos recursos tienen plazos limitados, lo que deja a los agricultores en una situación de vulnerabilidad. Frente a esto, muchos están optando por el activismo, organizándose para visibilizar su lucha y obtener el apoyo de la opinión pública y de los gobiernos locales.

Un futuro incierto para el campo español

La situación en Andalucía plantea una cuestión crucial: ¿qué futuro tiene el campo español frente a políticas que favorecen intereses globalistas por encima de las economías locales? Para los agricultores afectados, la expropiación representa no solo la pérdida de sus tierras, sino también de su identidad y su cultura.

Mientras Sánchez avanza con la Agenda 2030, los agricultores de Jaén y Córdoba observan cómo el campo español se enfrenta a un desafío sin precedentes, que requiere de la defensa activa de su modo de vida y de su papel en la economía nacional.

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