La eutanasia vuelve a la agenda francesa con el nuevo gobierno del masón Michel Barnier

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La Cultura de la Muerte en la agenda de Francia: Eutanasia y Masonería

La masonería opera de manera transversal entre partidos y gobiernos

Con el nuevo gobierno del masón Michel Barnier – es un político de los masones llamados republicanos de centroderecha- , la eutanasia ha vuelto a la agenda política en Francia, interrumpidos por la disolución de la Asamblea Nacional en junio. Y esta vez parece que su aprobación es casi inevitable. Lo que podría considerarse un tema de confrontación entre partidos políticos de espectros contrarios  ha encontrado una sorprendente convergencia en la escena política, unificando a la derecha y a la izquierda en el apoyo a una ley que legitimaría asesinato de personas con la eutanasia y el suicidio asistido.

Esta convergencia en los partidos políticos en temas tan vitales nos lleva a preguntarnos si en Francia nos gobiernan realmente los partidos políticos, o si, por el contrario, son otros poderes, entre ellos la masonería, que ejerce una influencia que trasciende las divisiones ideológicas.

En palabras de un diputado «de derechas», y recoge el diario The European Conservative, “la vida no es una causa que valga la pena defender”, una declaración que refleja la postura de algunos parlamentarios que, aunque tradicionalmente se oponen a estas medidas, ven en la eutanasia un punto de compromiso que están dispuestos a aceptar. ¿Por qué la derecha y la izquierda coinciden en este tema? ¿Es realmente una coincidencia o hay detrás de esta aparente unanimidad poderes ocultos como la masonería que son los que legislan de verdad?

La influencia de la Masonería en el Proyecto de Ley

Michel Barnier, el nuevo primer ministro de Francia, y miembro de la logia masónica, ha sido pieza clave en la reintroducción de la ley de eutanasia tras la disolución de la Asamblea Nacional en junio. En una entrevista reciente con France 2, Barnier, de acuerdo con la agenda masónica, expresó abiertamente su respaldo personal al proyecto, afirmando que el tema debe volver a la Asamblea antes de fin de año. Aunque el primer ministro se presenta como un político de derecha, sus decisiones sobre esta ley reflejan una alineación más cercana a las demandas sociales de la izquierda más radical y de la masonería. Y es que su postura parece responder no tanto a una ideología de partido, sino a las demandas de una fuerza política menos visible pero poderosa: la masonería.

Agenda masónica de Barnier

No es la primera vez que la masonería francesa ha influido en temas de impacto social. La aprobación de leyes de gran trascendencia moral, como el aborto, han seguido trayectorias similares en el pasado. En este sentido, el caso de la eutanasia es un ejemplo más de cómo la masonería opera de manera transversal entre partidos y gobiernos. Esta influencia permite comprender la aparente contradicción en la postura de un gobierno considerado de derecha, pero que impulsa políticas propias de la izquierda. Le Figaro recuerda que es la segunda vez desde su llegada al gobierno que el masón Barnier sigue las directrices de la izquierda masónica jacobina sobre cuestiones sociales, como cuando “aseguró” públicamente al ex primer ministro Gabriel Attal que era comprensivo con las reivindicaciones LGTB o sobre el aborto.

Eutanasia, Compromiso Político y el «Chantaje Ético» en la Derecha

Obviamente, no todos los diputados de derechas apoyan la eutanasia, y de hecho, ha revelado las fracturas internas de la llamada “base común” que sostiene a Macron y a la centroderecha en Francia. Según fuentes cercanas al primer ministro, la eutanasia es una “reivindicación fuerte de los diputados macronistas”, que Barnier no puede ignorar. De esta forma, la derecha se encuentra en una posición incómoda, atrapada entre sus propios ideales y el compromiso que le exige la agenda izquierdista.

El editorialista cristiano Erwan Le Morhedec ha señalado esta situación como un “chantaje malsano”, describiéndolo como un trueque entre el apoyo a la eutanasia y la aprobación de políticas de inmigración restrictivas. Para Le Morhedec, esta maniobra expone el nivel ético más bajo al que se puede llegar en la política: “¿Asumirá la derecha la responsabilidad de abandonar a los enfermos y a nuestros padres en aras de unas cuantas deportaciones? ¿Aceptará la izquierda el precio que se paga por la eutanasia? ¿Es esto lo que podemos esperar del gobierno Barnier, esta tan cacareada cultura del compromiso: el alineamiento mutuo con los estándares éticos más bajos?”

Esta declaración subraya cómo el debate sobre la eutanasia ha degenerado en una especie de “juego político” en el que la vida y la muerte se intercambian en la balanza política. Este tipo de compromisos representan una degradación de los valores y cuestionan el compromiso de la clase política francesa con la defensa de la vida.

Un Proyecto de Ley peligroso y con apoyo de los políticos

Aunque no se ha establecido un calendario preciso para la votación, se espera que el proyecto incluya muchas de las disposiciones presentadas en la propuesta original, promovida por el diputado Olivier Falorni. Este proyecto, discutido ya en la primavera, proponía la legalización de la eutanasia y el suicidio asistido, ampliando las condiciones para acceder a estas prácticas. La expectativa general es que la ley será aprobada, consolidando un avance de la “cultura de la muerte” en Francia.

No obstante, las críticas no solo vienen desde sectores conservadores. Philippe de Villiers, reconocido soberanista, publicó un artículo en Le Journal du Dimanche en el que denunció que Barnier, aunque se considere de derecha, está promoviendo una ley que representa los intereses y valores de la izquierda masónica. Según de Villiers, esta ley marca la victoria de la izquierda masónica en temas sociales, mientras que la derecha en el gobierno ha sido, una vez más, totalmente incapaz de oponerse de forma efectiva.

¿Es esta la última barrera de la sociedad francesa?

A medida que la presión del lobby pro eutanasia aumenta, la cultura de la muerte gana terreno. Bruno Retailleau, un firme opositor a esta ley, ya advertía cuando era senador que estos debates sobre la eutanasia son “muy peligrosos”. Hoy, al ver que su propio jefe de gobierno se muestra favorable a la ley, la resistencia de la derecha parece estar reducida a declaraciones sin impacto real.

Para quienes defienden la vida como valor fundamental, esta nueva ley representa la consolidación de una ideología que pone la muerte como respuesta a los problemas humanos. No es solo una cuestión de ética individual; se trata de un cambio profundo en los valores de la sociedad. La aprobación de la eutanasia no sería más que el síntoma de una cultura que ha dejado de proteger a los más vulnerables y que prioriza la muerte sobre la vida.

En conclusión, mientras que los partidos políticos en Francia parecen no tener líneas divisorias claras en temas de esta índole, el verdadero poder que impulsa la agenda de la eutanasia parece radicar en entidades como la masonería, cuyas influencias sobrepasan las ideologías y las fronteras partidarias. Así, la cultura de la muerte continúa avanzando en Europa y, con ella, el sacrificio de principios éticos que, hasta hace poco, constituían el núcleo de la civilización occidental.

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