Un juez obliga a readmitir a Gonzalo Abad, edil en Cartagena. Es la segunda sentencia condenatoria que recibe la formación verde en Murcia este año
La sentencia exige a Vox «reconocer al demandante su condición de afiliado de pleno derecho» y deja sin efecto las tres resoluciones dictadas por el partido. El juez señala que Abad no tuvo un procedimiento interno imparcial y que el propio Comité de Garantías, que no designó ponente ni instructor, «habría actuado como denunciante» y «habría sido al mismo tiempo juez y parte vulnerando el principio de imparcialidad».
El magistrado sostiene que el proceso que defenestró a Abad no contó con las garantías procesales suficientes. Abad admite que le habría gustado que el juez hubiese entrado de lleno en el fondo de la cuestión porque, en su opinión, hay un déficit de democracia interna en Vox. Sin embargo, el juez se limitó al condenar el procedimiento.
Militancia de Abad
Abad, de 59 años, es ingeniero de caminos y funcionario del Estado. Llegó a la formación verde en sus orígenes. Decidió afiliarse en marzo de 2014, después de que Mariano Rajoy rechazara derogar la ley del aborto. «Votaba casi siempre al PP, pero vi que luego no cumplía, así que quise apoyar un nuevo proyecto», reconoce años más tarde. Y así fue como comenzó a trabajar en el reducido grupo de personas que componía Vox en Cartagena.
Aquel proyecto en el que se aventuró creció rápido. Él se convirtió en coordinador local entre 2019 y 2020. Como eran pocos, tuvo que ir de número dos en la candidatura a las elecciones municipales. Apenas tres días antes de los comicios, la candidata a la alcaldía decidió apearse y Abad se quedó al frente del barco.
Vox obtuvo dos concejales en Cartagena. «Al principio todo fue muy bien. Las cosas se torcieron cuando entró la gestora nombrada por Madrid», explica Abad. Meses más tarde, en octubre de 2020, Antelo logró convertirse en presidente provincial de pleno derecho. Su candidatura fue la única que logró los avales necesarios para concurrir al proceso, lo que supuso que la votación no se efectuara.
Anulan las primarias en Murcia
El proceso estuvo salpicado por audios comprometidos y tratos de favor, según una sentencia judicial que anuló las primarias de Vox en enero. El fallo obligaba a la formación verde a readmitir a tres diputados regionales que fueron expulsados por revocar los poderes que habían firmado a diversos dirigentes nacionales, entre ellos Abascal. Los parlamentarios también decidieron despedir a cuatro trabajadores que habían sido contratados por la dirección nacional.
Un proceso al que se sumó Abad, que decidió prescindir de su asesor municipal por falta de confianza. Sospechaba que estaba compinchado con gente de fuera «para destrozarme desde dentro». Una especie de quintacolumnista. «En febrero de 2020 me avisó de que Antelo iba a hacer cambios. No habló de purgas, pero lo dejó caer: había que estar con él o contra él».
El concejal de Cartagena sostiene que desde que el exjugador de baloncesto tomó las riendas del partido en la región empezaron a ocurrir «cosas raras». Él mismo comenzó a recibir presiones para que dejara la portavocía del grupo municipal en favor de su compañera, que gozaba del favor de Antelo. «Las pretensiones no me parecían lícitas», revela con tristeza. Abad afirma que el partido no tiene potestad para cambiar el nombramiento y que hacerlo iba contra la normativa.
«Fue la excusa para abrirme el expediente de expulsión», lamenta. Sostiene que, como ahora ha reconocido el juez, no contó con un proceso limpio. «No se nombró ponente ni instructor y todo se hizo por correo electrónico». Abad revela que se sintió desprotegido por su partido porque «todo lo que se hizo contra mí estaba amparado por la propia dirección provincial. Nunca pude defenderme». Y concluye: «Querían quitarme de en medio».
Sin portavocía municipal
Lo consiguieron temporalmente ya que, tras su expulsión en enero de 2021, tuvo que abandonar el grupo municipal de Vox. Pasó a ser concejal no adscrito en Cartagena y perdió la portavocía. Como un único edil no puede formar grupo propio, su compañera Pilar García Sánchez, tuvo que pasar al grupo mixto, donde sí ostenta la portavocía, lo que equivale a un salario mayor.
Reconoce que todo lo ocurrido no va a acabar con sus ganas de trabajar y que está deseando volver a ser un afiliado más porque antepone la defensa de sus ideas a las luchas internas. «Va a ser difícil entenderse con algunas personas, pero lo intentaré. Yo siempre he sido de Vox».
(Con información de The Objective)