El animalismo destruye nuestra dignidad humana | Alicia Beatriz Montes Ferrer

El otro día entré en una clase y vi escrita en la pizarra la siguiente pregunta:

¿Y sí yo fuese una mascota?

Con el pretexto de enseñar a los alumnos a cuidar a los animales, se muestra el ecologismo en su máxima expresión y en este ejemplo de la pizarra, aparece el animalismo que está atacando radicalmente a nuestra antropología humana.  Y aunque es generalizado en todas las asignaturas, se hace más hincapié en Valores sociales y cívicos, la alternativa para los alumnos que no eligen religión.

Esto es lo que están induciendo a creer a los menores en las aulas, que los animales sienten en igual condición que nosotros, las personas y por ende, hemos de ponernos a su nivel. Tenemos para este fin, por ejemplo, el Día Mundial de los Animales el 4 de Octubre[1], e incluso asignaturas dirigidas a concienciar sobre el cuidado de las mascotas, como es el caso de “Respeto a los animales[2], en la que se les enseña también a respetar su derecho. Pues sí, así estamos, hablando de derechos de animales a los niños.

El 5 de Octubre se les machaquea durante ese y los día previos con motivo del Día del Medio Ambiente[3], con las ideas del maltrato a la tierra y a los animales por la acción humana. Los alumnos, inocentes y vulnerables a todo lo que se les enseña, se creen que son los culpables de la contaminación y las catástrofes naturales, mientras que los que elaboran estos principios ecologistas que quieren que aceptemos sin más, van en aviones privados, comen buenos trozos de carne en restaurantes de lujo y son dueños de empresas, cuyas fábricas, contaminan más que toda la población de cualquier ciudad mediana.

De esta manera, mediante cuentos, actividades, canciones, juegos o noticias e imágenes de desastres ecológicos, de animalitos en peligro de extinción o de sequias, van tocando su parte sensible y emocional y se les van introducen nuevas actitudes y valores para que sean unos acérrimos defensores de esta ideología.

Querido lector, para hablar de ecologismo necesitaría elaborar todo un manual. Es un pensamiento inducido desde hace muchas décadas con un propósito: controlar la población, manejar nuestros pensamientos y gobernarnos como vasallos obedientes.

Estamos presenciando un verdadero ataque a la dignidad humana y pocos están alzando la voz contra esto, pero, especialmente preocupante, es que se está haciendo desde los propios centros escolares.

La educación en las emociones es una rutina diaria y bien programada en los colegios. Es bueno que los alumnos sepan distinguir lo que sienten, el problema se viene encima cuando se les da un valor cuasi supremo a esos sentimientos.  Y como estoy exponiendo, dentro de este lote no podían faltar las emociones sentidas hacia los animales. Hay que tener en cuenta el contexto adecuado para ello en el que los niños están creciendo: sociedades en las que hay más mascotas que hijos y en las que a las mascotas se les considera, y, por tanto, cuidan, como si de un hijo, o hermanito, se tratara. De hecho, si les preguntas a los alumnos de un colegio que te digan los miembros de su familia, raro es el que no te incluye a su perro o gato.

Esta enseñanza, más bien diría yo, adoctrinamiento, se encuadra dentro del pack de valores que se enseñan y que ya venía incluido en la Ley educativa Lomloe. De esta manera, el valor de la empatía se desarrolla más hacia los animales, que hacia el pobre que tienen en la puerta del supermercado y que ven cada día; hacia los que están en peligro de extinción, más que hacia los niños con síndrome de Down casi inexistentes porque son abortados, o hacia los perros vagabundos, más que hacia los niños huérfanos. Pues sí, querido lector, estos son los tipos de valores que presumen de enseñar a los alumnos.

Los animales son criaturas de Dios y, evidentemente, como tales, es nuestro deber cuidarlos. Pero lo que nunca se ha de enseñar a un niño es que el amor a un animal se iguale o anteponga al de las personas. Nosotros somos superiores, con una dignidad inigualable, estamos en la cima de la jerarquía de las cosas creadas y nunca hemos de permitir que se invierta porque caeremos en el animalismo olvidando nuestra más absoluta dignidad.

Querido lector, cuando se pierde de vista el sentido de la existencia, somos capaces de creer cualquier cosa. Cuando se pierde el sentido transcendental tenemos como resultado sociedades que van a la deriva de las corrientes ideológicas.

Finalizo con estas sabias palabras de Benedicto XVI pronunciadas en el año 2005 que nos pueden ayudar a comprender donde está la raíz de este ataque a la dignidad humana:

“…Pero cuando Dios desaparece, el hombre no llega a ser más grande; al contrario, pierde la dignidad divina, pierde el esplendor de Dios en su rostro. Al final se convierte sólo en el producto de una evolución ciega, del que se puede usar y abusar…”

Tengamos siempre presente ese esplendor divino que guía nuestros pasos hacia la Verdad.

Un saludo y hasta la próxima cita:

Alicia Beatriz Montes_ colaboradora AE Alicia Beatriz Montes Ferrer | Casada, madre de 6 hijos, máster en Ciencias de la Familia, maestra de religión católica

 

 

[1] https://www.educaciontrespuntocero.com/recursos/dia-mundial-de-los-animales-recursos/#google_vignette

[2] https://culturainquieta.com/estimulante/respeto-a-los-animales-la-nueva-asignatura-que-ensenaran-algunos-colegios-de-espana/

[3] https://www.unicef.es/educa/dias-mundiales/dia-mundial-del-medio-ambiente

Comparte en Redes Sociales
Evita la censura de Internet suscribiéndose directamente a nuestro canal de TelegramNewsletter
Síguenos en Telegram: https://t.me/AdelanteEP
Twitter (X) : https://twitter.com/adelante_esp
Web: https://adelanteespana.com/
Facebook: https://www.facebook.com/AdelanteEspana/
Comparte con tus contactos:

Deja un comentario