El abucheado Sánchez como factor de desestabilización | Luis Losada

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La división interna del gobierno lastran los presupuestos y la negociación con Bruselas

Lo importante es la foto. Lo verbalizó Zapatero, pero Sánchez es un alumno aventajado. El nuevo axioma es: no hay otra cosa más allá de la foto. Por eso no importa asesorarse de expertos, sino ‘vender’ una comisión de expertos que justifique mis atropellos. Y tampoco importa la cohesión interna del gobierno sino el paseillo Yolanda-Nadia para tratar de despistar a la parroquia…

Lo que Sánchez no parece querer entender es que no se puede engañar a todo el mundo todo el tiempo. Una vez que tu palabra vale cero tu capacidad de engaño tiende a cero. Y por eso cada vez que sale a la calle recibe el abucheo del pueblo. Porque la gente está cansada de mentiras y de mensajes pomposos vaciados de contenidos.

Está cansada de escuchar que nadie quedará atrás cuando todavía hay 200.000 españoles en ERTEs y la pandemia ha destruido otros 200.000 empleos. Está cansada de escuchar hablar de “escudos sociales” cuando la inflación -el impuesto de los pobres- está disparada y la capacidad adquisitiva se va licuando. Está cansada de escuchar el paraíso terrenal cuando el abismo de la pobreza energética, el gran apagón y la crisis de abastecimiento está a la vuelta de la esquina.

Y por eso cada vez que ‘Su Sanchidad’ sale a la calle recibe el malestar ciudadano en forma de gritos, pitos y abucheos. Porque además, el engolamiento presidencial lastra la negociación presupuestaria. Porque obviamente soplar y sorber no puede ser. ‘O a setas o a rolex’, que decía el chiste vasco. O se concede a ERC y al PNV sus ‘tajadas’ o no hay visto bueno a las cuentas. O se rechaza derogar la reforma laboral como pide Bruselas o se deroga como exige Podemos. Y como Sánchez no es confiable, Bruselas prefiere guardar la faltriquera.

La equidistancia socialista exige un ejercicio de funambulismo que ni el mago de Sánchez consigue permanecer en la cuerda sin despeñarse. Por eso advierte que agotará legislatura. Porque sabe que hoy su crédito es negativo, que cada día que pasa es un día más de presidente y una nueva oportunidad para recuperar intención electoral con la chequera de todos los españoles. Y el último, que apague la luz

Luis Losada | Periodista

 

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