Es la crónica de un fracaso anunciado: las feministas volverán a marchar separadas y con cada vez menos asistencia, por segundo año consecutivo, en el Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo, debido a sus diferencias en temas como la prostitución, la Ley Trans o la Ley del ‘solo sí es sí’.
La Comisión 8M y el Movimiento feminista de Madrid han hecho públicas esta semana las reivindicaciones que el 8M protagonizarán sus marchas.
Ambas manifestaciones, en claro signo de división, tienen en la capital el mismo punto de salida, la glorieta de Atocha, con solo media hora de diferencia. Son, además, recorridos diferentes por segundo año consecutivo.
Grandes discrepancias
Con respecto a la ley Trans, las representantes del Movimiento Feminista de Madrid han sido muy críticas con la Ley Trans y han anunciado iniciativas en busca de su derogación. Además, durante el 8M reclamarán la dimisión de la ministra de Igualdad, Irene Montero, impulsora de este texto.
Las críticas a Montero también llegan desde el Movimiento Feminista de Madrid por su «chapuzas» legislativas –por las que también llaman a la reprobación del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez– entre las que incluyen la Ley del ‘solo sí es sí’.
Por el contrario, la Comisión 8M, promovida por Podemos, tiene entre sus reclamaciones poner fin a los discursos de odio contra el colectivo de los Trans y se ha reivindicado como la manifestación que es «un espacio seguro para todas y todes».
