España es el tercer país de Europa con más familias con problemas para pagar la vivienda, el doble de la media de la UE.
La vivienda, como espacio físico de la crianza, juega un papel esencial en el crecimiento y desarrollo físico, intelectual y emocional de las familias en general y la infancia en particular. Sin embargo, a pesar de esta importancia fundamental, sufragar el coste de la vivienda o asegurar unas condiciones dignas de habitabilidad supone hoy día un quebradero de cabeza para muchas familias en España, cuando no un factor de empobrecimiento. En este sentido, la vivienda representa un factor determinante para la exclusión social en nuestro país, que han redescubierto las carencias, con hogares cada vez más pequeños, y del todo inadecuados para la dignidad de muchas familias y de sus hijos.
Según el estudio «Aquí no hay quien viva: un análisis de las dificultades de las familias para pagar la vivienda en España», en España, el 8,4% de las familias con niños tiene problemas para pagar a tiempo su hipoteca o alquiler en España, el doble de la media de la Unión Europea (4,3%).
En el actual contexto de inflación, España es el tercer país de la Unión Europea (UE) con el mayor porcentaje de hogares que han experimentado retrasos en el pago del alquiler o la hipoteca (un 6,5%), sólo por detrás de Grecia e Irlanda, y por encima de la media europea (3,2%).
El alza de los precios de las viviendas, especialmente del alquiler, que no han ido acompañados de un aumento de los ingresos de las familias, les están provocando enormes dificultades de pago. Esta sobrecarga afecta a 4 de cada 10 hogares con hijos o hijas a cargo que viven de alquiler. Son aquellos que tienen que destinar al menos el 30% de sus ingresos al pago de la vivienda, lo que supone disponer de menos presupuesto para otras necesidades de la crianza.
La crisis de la vivienda en España ha adquirido una dimensión insoportable y genera exclusión a distintos niveles que, en algunos casos, se solapan: territorial, generacional, social o de renta, entre otros. Según denuncia este informe, «Dos de cada 10 niños y adolescentes (el 21,4%) viven en casas insalubres, que presentan goteras en el techo, humedad en las paredes, el suelo o los cimientos, o podredumbre en los marcos de las ventanas o el suelo. Esta situación repercute en su salud física y mental».
Vivienda social escasa
España tiene uno de los parques de vivienda social más pequeños de Europa, ya que apenas alcanza el 2,5% del total, lo que supone una cuarta parte de la media europea (9,3% del parque). Esta situación se explica fundamentalmente por el bajo presupuesto destinado a la provisión pública de vivienda. En este contexto, «se necesitarían un millón y medio más de viviendas protegidas para atender las necesidades sociales».
(Con información de la Razón)