Parece claro que el Pollo Doctor no tiene ninguna gana de extraditar al Pollo Carvajal, que seguramente sabe mucho de los chanchullos del Doctor con las narcotiranías latinoamericanas. Por eso se ha venido resistiendo hasta que las presiones de Usa al más alto nivel parecen haber tenido algún efecto y la Audiencia nacional ha exigido que se cumpla la ley al respecto. Veremos si funciona. El truco para retener a Carvajal en España eran sus “revelaciones” sobre la financiación venezolana a Podemos, hace ya bastantes años. Lo pongo entre comillas porque es dudoso que esa financiación sea delito, pues es sabido que el PSOE se montó con dinero alemán y de otros países, probablemente también de Venezuela. Y en caso de ser delito es probable que haya “caducado”. En todo caso, centrar la atención en la mafia podemita no hace ningún daño al Pollo Doctor, al contrario.
Y aquí entran en escena los reciente chanchullos judiciales entre entre el Pollo Doctor y el Pollo Máster, y entra en escena García Castellón, que había dado esperanzas de juez real en varios casos. Pero que a finales de julio pasado dictó varios autos sobre el asunto Villarejo sobreseyendo a los jefes de Repsol y Caixabank para derivar la responsabilidad a sus jefes de seguridad. Y ahora se centra en las supuestas revelaciones sobre Podemos, que podrían alargar indefinidamente la estancia de Carvajal en España, y a saber cuál sería la sentencia final. O quizá ocurra una muerte natural como la de otro que apareció “suicidado” en Madrid hace algún tiempo.
Todo esto incide en un desmán de fondo ya en la transición, cuando nuestros políricos querían que España “entrase en Europa”, de donde nunca había salido. En realidad han hecho entrar a España en Latinoamérica.