Asimismo, el 12 por ciento de los encuestados ni aprueba ni desaprueba la gestión del presidente estadounidense y 48 estados suspenden el desempeño de Biden. Tan solo los estados de Hawai y Vermont le aprueban.
El peor índice de aprobación de Biden
Así, el índice de aprobación del 31 por ciento marca el peor índice de aprobación de Biden desde que se convirtió en presidente, por debajo del 32 por ciento y el 33 por ciento que obtuvo a principios de junio y el 34 por ciento que registró en mayo.
Además, los encuestados independientes suspenden a Biden, un grupo de votantes que cada vez tiene mayor influencia en los resultados electorales. Solo el 20 por ciento de los encuestados independientes aprueban a Joe Biden, mientras que el 67 por ciento le suspende, y el 13 por ciento no tiene opinión.
Mismos resultados en otra encuesta
Otra encuesta de mediados de junio realizada por Fox News reveló que el 57% de votantes en EEUU ve al presidente Biden negativamente, mientras que el 42% lo ve positivamente. “Este es un momento muy difícil para Biden. Si se mueve a la izquierda para estabilizar sus índices de audiencia, fácilmente podría conducir a una mayor erosión y perjudicar sus perspectivas de reelección. Pero si no aborda sus problemas con la izquierda, sus índices de audiencia realmente podrían derrumbarse«, declaró el mes pasado el encuestador demócrata Chris Anderson, quien realiza la encuesta de Fox News junto con el republicano Daron Shaw.
En momentos en que Estados Unidos se acerca a las elecciones de mitad de período presidencial, un asunto de particular preocupación para Biden es la aprobación que tiene entre los demócratas, que se sitúa en el 73%, una caída sustancial desde los niveles que gozaba en los primeros momentos de su presidencia. En las encuestas AP-NORC realizadas en 2021, el índice de aprobación de Biden entre los demócratas nunca cayó por debajo del 82%.
Este grado de desaprobación de la Administración de Joe Biden empieza a ser un lastre demasiado pesado para el Partido Demócrata, que el próximo 6 de noviembre puede verse abocado a una debacle sin precedentes en las elecciones legislativas que servirán para renovar un tercio del Senado, la totalidad de la Cámara de Representantes y, además, elegir 36 gobernadores y parlamentos estatales.