Corrupción en Bruselas: 130 millones de euros para silenciar a la prensa y manipular la opinión pública

La Unión Europea, que se presenta como baluarte de la democracia y la transparencia, ha quedado una vez más en entredicho. Recientes investigaciones han sacado a la luz prácticas corruptas en el corazón de Bruselas. Si hace unos días se descubrió la compra de organizaciones no gubernamentales (ONG) ecologistas para promover el controvertido Pacto Verde Europeo, ahora ha salido a la luz que se han destinado más de 130 millones de euros de fondos públicos para comprar la lealtad de medios de comunicación.

¿El objetivo?: evitar críticas a la gran coalición de populares y socialistas.

Fondos millonarios para medios afines

Según reveló el periódico italiano Il Fatto Quotidiano, y recoge La Gaceta, la Comisión Europea, bajo la supervisión de su presidenta, Ursula von der Leyen, y la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, distribuyó 132,8 millones de euros a medios de comunicación afines antes de las pasadas elecciones europeas. Esta maniobra buscaba silenciar cualquier crítica hacia la coalición dominante de socialistas y populares. Lo más alarmante es que estos fondos se canalizaron a través de la agencia Havas Media France, sin ofrecer información pública sobre los beneficiarios ni los criterios de adjudicación.

La falta de transparencia en el proceso de distribución de estos recursos es una afrenta directa a los principios democráticos que la Unión Europea dice defender. Además, se ha señalado que importantes periódicos, como La Repubblica en Italia, habrían recibido pagos directos a cambio de difundir contenidos favorables a Bruselas, sin informar a sus lectores sobre la financiación recibida. De confirmarse, estaríamos ante una manipulación informativa encubierta, pagada con el dinero de los contribuyentes europeos, y un grave atentado contra la independencia periodística.

Manipulación electoral y ataque a la soberanía nacional

Estas acciones no solo representan una corrupción flagrante, sino que también constituyen un ataque directo a la soberanía de los estados miembros y a la voluntad de sus ciudadanos. Antes de las elecciones europeas de junio de 2024, los sondeos anticipaban un avance significativo de los partidos soberanistas. Sin embargo, la campaña mediática financiada por Bruselas pudo haber sido clave para moldear la narrativa pública a favor del establishment europeo, asegurando que el statu quo permaneciera intacto. Esta manipulación de la opinión pública, utilizando el dinero de los contribuyentes, es una afrenta a la democracia y a la libre determinación de los pueblos de Europa.

Exigencia de rendición de cuentas

Ante estas revelaciones, es imperativo que las instituciones europeas rindan cuentas por sus acciones. La utilización de fondos públicos para comprar voluntades y manipular la opinión pública es inaceptable y debe ser investigada a fondo. Los ciudadanos europeos merecen transparencia y honestidad por parte de sus líderes, y no una maquinaria corrupta que utiliza su dinero para perpetuarse en el poder. Es hora de que Bruselas deje de actuar como una mafia corrupta y empiece a respetar los principios democráticos y la soberanía de sus estados miembros.

En conclusión, las recientes revelaciones sobre la corrupción en Bruselas demuestran una vez más cómo las élites europeas están dispuestas a utilizar cualquier medio para mantener su control, incluso si eso significa traicionar la confianza de los ciudadanos y socavar la democracia.