¿Conciliación familiar o conciliación laboral? | María Menéndez

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Estos días se está difundiendo por parte del partido popular (PP) una propuesta de ley de conciliación, que quieren registrar en el Congreso de los diputados.

Entendemos que están avanzando en lo que podrían llegar a ser unas medidas legislativas que de alguna manera favorezcan a la familia.

Pero …

Teniendo conciencia de la realidad de que en España no existe una legislación sobre familia, y menos aún unos presupuestos dignos dedicados a política familiar, ni tampoco algunas medidas encuadradas en una ley que la proteja, defienda y promueva, como algo anterior al Estado. Es decir, que no se recibe como herencia la institución de la familia. Ni se acoge ni se incentiva. Se intenta transformar, modificar, inventar tipos de familia.

Sin embargo, no hay que inventarse nada. No hay que modificar lo que es anterior. No solo porque ya existía antes de formarse un estado o un gobierno, sino porque es precisamente la familia la que ha dado forma a la sociedad y es esa sociedad la que se ha organizado con un gobierno que gestione lo público, el bien común.

La familia es la célula básica de la sociedad. Es la formadora de la sociedad. Y es un bien precioso que se debe proteger. Es un bien de primera necesidad.

Debería estar colocada en el primer puesto de nuestra escala de valores.

Si así fuera, la vida se organizaría en torno a la familia. Para nacer, crecer, formarse y aprender en el seno de una familia. Y a construir una familia propia. Ese sería el mejor trabajo, no solo para realizarse como persona, sino como aportación a la sociedad, al bien común.

La familia construye el futuro y atesora la libertad. Porque es el hábitat natural de la persona. Donde encontrará todo lo que necesite para su bienestar, para su felicidad. Y para hacer mejor a la sociedad.

En cambio, lo que nos proponen es que prime el bienestar personal, el deseo personal. Aprender en una familia e independizarse, desvincularse para buscar el yo personal. Hacerse uno mismo. Construirse uno solo. Sin depender de nadie. Y luego ya, si eso, y si lo creo oportuno, si me apetece, pues puedo tener un hijo o puedo compartir con otro mi vida o puedo dedicarme a disfrutar sin tener una conciencia clara de trascendencia.

Así, los políticos actuales nos incentivan para profesionalizarnos, prepararnos para el mundo laboral, ser productivos, o sea cotizar, pagar impuestos. Esa sería nuestra aportación al bien común. ¡Y al bien de los bolsillos de los dirigentes!

Y si tenemos tiempo y ganas, podemos tener hijos. Pero sin que preocupe a las arcas del estado. Bueno, si es para llenarlas, sí.

Y si tenemos algún hijo, el estado que piensa por nosotros, considera que puedes estar un tiempo criando al hijo para volver corriendo al mundo laboral, ¡que es el paraíso de las personas!

Por ello han redactado un proyecto de ley de conciliación, de conciliación laboral. Trabaja y si tienes hijos te dejamos que hagas un paréntesis para luego volver al trabajo. Este proyecto de ley de conciliación hará posible ese paréntesis. Legislarán un tiempo para que estés con tu hijo y te organizarán la vida para que tengas un lugar donde lo puedas dejar después de ese paréntesis. Será una escuela infantil pública y gratuita desde los 0 a los 3 años. Y luego ya empezará el colegio y tu sabrás organizarte con las infinitas actividades extraescolares que te proponen para que puedas seguir trabajando y el hijo cuidado por otros. Y ya luego será mayor para llevar las llaves de casa colgando del cuello, casi como una soga. Ya solo le hará falta el padre y la madre para cubrir gastos.

No se promueve la familia como un lugar de interdependencia, de vinculación de unos con otros.

El vínculo entre padres e hijos, entre marido y mujer, entre hermanos, es tan fuerte que es capaz de superar todos los obstáculos. Son vínculos que tejen una red imbatible que se llama Familia.

Si se eliminan esos vínculos. Si lo que más importa y lo que más se valora es la proyección profesional y laboral y no la familia, se acabará por deshacer esta sociedad porque se hará débil.

Volviendo a la ley de conciliación. ¿Se trata de recuperar el espacio que tenía hace unos pocos años la familia, de restaurar su valor social? ¿O se trata de que la mujer, aunque sea madre, trabaje fuera de casa y cotice?

La dedicación al cuidado del hogar y de los hijos es el trabajo más preciado, más valioso, más valiente, más necesario, más esforzado, … Y ahora que lo hemos arrinconado y abandonado para que haya conciliación laboral, vemos las consecuencias negativas de no cuidar con esmero y dedicación a la familia y a los hijos: fracaso escolar, soledad, adicciones, divorcios, violencia y abusos, hijos contra padres, padres contra madres, hermanos contra … ¡No! Ya ni hermanos hay. ¡Uf! Pues sí que estamos mal.

Volviendo de nuevo a la ley de conciliación. ¿es aceptable que una medida como la gratuidad de escuelas infantiles (desde 0 a 3 años) sea la alternativa a un “Proyecto de Ley de protección, amparo y promoción de la familia y de impulso demográfico en España” que se podría registrar en lugar de la PL de familias del gobierno de Sánchez con el ministro comunista Bustinduy cuya idea es liquidar a la familia numerosa y trocear a la familia en interminables tipos de familias?

Lo dicho, estamos mal, muy mal. Sobre todo, porque estamos dejando que nos cuelen la idea de que el concepto y la esencia de la familia se puede transformar.

Creo que un hijo es un nuevo comienzo. Es la esperanza de libertad y futuro. Solo así, trayendo hijos al mundo, podremos transformar verdaderamente la sociedad para hacerla mejor.

O mejor aún, el hijo renueva el mundo, lo hace nuevo, es un nuevo comenzar.

Siendo un bien enorme ser padres, tener hijos, ¿no creen que la paternidad debería ser lo más valioso que hiciéramos y el cuidado de los hijos el mejor trabajo?

Dejen de organizar la vida de las familias. La conciliación no es que la madre se reincorpore al mundo laboral, sino que con medidas que impulsen y faciliten formar familias y tener hijos, nos allanen el camino para que podamos realizar el mejor trabajo del mundo: cuidar a los hijos y administrar nuestra familia.

María Menéndez | Presidente Asociación Familias Numerosas de Madrid 

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