Como viene siendo costumbre en los últimos Gobiernos socialistas, el vacacional mes de agosto se emplea para publicar en el BOE todas las subvenciones – innecesarias en los tiempos que corren – que necesitan ciertos votantes sin escrúpulos para sobrevivir a costa de las arcas públicas hasta las próximas elecciones.
De nuevo, el poder ejecutivo aprovecha los meses de verano para publicar en el BOE – por imperativo legal, por supuesto – todas las ayudas que los chiringuitos tan próximos al ideario socialista necesitan para su supervivencia. Esta vez han sido “solo” 895.000€ pero ¿y las anteriores? ¿y las que aun están por publicarse? ¿cuánto más tiene que “desaparecer” para que nos plantemos a sus caprichos?
Empeñado en mantenerse en el poder, nuestro Gobierno no mira por las necesidades actuales de la ciudadanía; tasa de desempleo, crisis de vivienda, población en riesgo de exclusión social, auge de los independentismos, quiebra del sistema de pensiones, subida de la energía eléctrica y los combustibles fósiles, etc, ni tampoco les sale de dentro esa generosidad que antaño caracterizó tanto a nuestra política exterior, para ayudar a países inmersos en desastres naturales, como el terremoto de Haití, o en crisis políticas, como la que actualmente se está viviendo en Afganistán.
Esta clase política, que le preocupa más salir bien en las fotos y mantener su sillón en las próximas elecciones, es ya una realidad tan patente como normalizada y es aquí donde reside el verdadero problema: Seguimos sin ser conscientes de cuán caro nos puede salir todo esto, y no hablo ya de dinero, sino de nuestro futuro. Están hipotecando el mañana de la nación que nunca venía ponerse el sol y nosotros seguimos viéndonos como héroes porque seguimos respetando el #QuedateEnCasa un año después del confinamiento. No señores, esto no es una llamada a la irresponsabilidad en mitad de la pandemia, pero si un toque de atención para que no caigamos en la pasividad que está permitiendo al Gobierno de Sánchez, hacer y deshacer a su antojo este país y todo por lo que nuestros abuelos lucharon.
España necesita de persona inquietas, personas dispuestas a invertir sus energías, su tiempo y sus aptitudes por un bien que les trascienda a si mismos, personas con ganas de formarse para ofrecer a la sociedad una versión en constante mejora, personas dispuestas a levantarse temprano para currar y marcar la diferencia en un país en el que sigue pareciéndonos graciosa la recurrente frase de “más español que ver a uno trabajar mientras el resto está mirando”.
Necesitamos gente que esté dispuesta a hacer frente a los abusos del Gobierno, de las instituciones internacionales y de los lobbies que viven a costa de nuestros impuestos, que mire el BOE hasta en agosto, que pida explicaciones a los representantes de la soberanía popular y que acuda al mismísimo Congreso a recabarlas, si sus peticiones no fueran oídas. Necesitamos personas responsables, íntegras, magnánimas y que estén dispuestas a gritar a los cuatro vientos las verdades que los medios de comunicación no quieren dar a conocer mientras sea el gobierno quien les alimente a base de subvenciones, porque señores, lo crean o no, solo la verdad nos hará libres.
Basta de lloros con los brazos cruzados, de quejas en patios de vecinos que nunca salen de ahí, de pedir, pedir y pedir, sin estar dispuesto a dar el callo, de usar la “picaresca española” como excusa para seguir viviendo del cuento y de tomar como referentes a los políticos actuales, que no saben lo que es el trabajo fuera del hemiciclo, en vez de aquellos que descubrieron un nuevo mundo y supieron permanecer hasta siete siglos en pie de guerra, por la libertad. Rompamos las cadenas del siglo XXI y volvamos a hacer historia.
(Alejandra Soto | Abogada)