Con el agua al cuello y de brazos cruzados | Alejandra Soto

Share on facebook
Share on twitter
Share on linkedin

Como viene siendo costumbre en los últimos Gobiernos socialistas, el vacacional mes de agosto se emplea para publicar en el BOE todas las subvenciones – innecesarias en los tiempos que corren – que necesitan ciertos votantes sin escrúpulos para sobrevivir a costa de las arcas públicas hasta las próximas elecciones.

De nuevo, el poder ejecutivo aprovecha los meses de verano para publicar en el BOE – por imperativo legal, por supuesto – todas las ayudas que los chiringuitos tan próximos al ideario socialista necesitan para su supervivencia. Esta vez han sido “solo” 895.000€ pero ¿y las anteriores? ¿y las que aun están por publicarse? ¿cuánto más tiene que “desaparecer” para que nos plantemos a sus caprichos?

 

 

Empeñado en mantenerse en el poder, nuestro Gobierno no mira por las necesidades actuales de la ciudadanía; tasa de desempleo, crisis de vivienda, población en riesgo de exclusión social, auge de los independentismos, quiebra del sistema de pensiones, subida de la energía eléctrica y los combustibles fósiles, etc, ni tampoco les sale de dentro esa generosidad que antaño caracterizó tanto a nuestra política exterior, para ayudar a países inmersos en desastres naturales, como el terremoto de Haití, o en crisis políticas, como la que actualmente se está viviendo en Afganistán.

Esta clase política, que le preocupa más salir bien en las fotos y mantener su sillón en las próximas elecciones, es ya una realidad tan patente como normalizada y es aquí donde reside el verdadero problema: Seguimos sin ser conscientes de cuán caro nos puede salir todo esto, y no hablo ya de dinero, sino de nuestro futuro. Están hipotecando el mañana de la nación que nunca venía ponerse el sol y nosotros seguimos viéndonos como héroes porque seguimos respetando el #QuedateEnCasa un año después del confinamiento. No señores, esto no es una llamada a la irresponsabilidad en mitad de la pandemia, pero si un toque de atención para que no caigamos en la pasividad que está permitiendo al Gobierno de Sánchez, hacer y deshacer a su antojo este país y todo por lo que nuestros abuelos lucharon.

España necesita de persona inquietas, personas dispuestas a invertir sus energías, su tiempo y sus aptitudes por un bien que les trascienda a si mismos, personas con ganas de formarse para ofrecer a la sociedad una versión en constante mejora, personas dispuestas a levantarse temprano para currar y marcar la diferencia en un país en el que sigue pareciéndonos graciosa la recurrente frase de “más español que ver a uno trabajar mientras el resto está mirando”.

Necesitamos gente que esté dispuesta a hacer frente a los abusos del Gobierno, de las instituciones internacionales y de los lobbies que viven a costa de nuestros impuestos, que mire el BOE hasta en agosto, que pida explicaciones a los representantes de la soberanía popular y que acuda al mismísimo Congreso a recabarlas, si sus peticiones no fueran oídas. Necesitamos personas responsables, íntegras, magnánimas y que estén dispuestas a gritar a los cuatro vientos las verdades que los medios de comunicación no quieren dar a conocer mientras sea el gobierno quien les alimente a base de subvenciones, porque señores, lo crean o no, solo la verdad nos hará libres.

Basta de lloros con los brazos cruzados, de quejas en patios de vecinos que nunca salen de ahí, de pedir, pedir y pedir, sin estar dispuesto a dar el callo, de usar la “picaresca española” como excusa para seguir viviendo del cuento y de tomar como referentes a los políticos actuales, que no saben lo que es el trabajo fuera del hemiciclo, en vez de aquellos que descubrieron un nuevo mundo y supieron permanecer hasta siete siglos en pie de guerra, por la libertad. Rompamos las cadenas del siglo XXI y volvamos a hacer historia.

(Alejandra Soto | Abogada)

Deja un comentario