Comunismo e islamismo juntos: Los talibanes se comprometen a defender «los intereses de China»

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Los terroristas talibanes y el régimen comunista chino han establecido una alianza de defensa común, Esto, y aunque a priori parezca una alianza contra natura – el comunismo y el islamismo nunca se han llevado bien- tiene consecuencias nefastas para Occidente.

El director adjunto de la oficina política de los talibanes en Qatar, Abdul Salam Hanafi, ha asegurado que su organización terrorista «nunca permitirá que nadie use Afganistán para amenazar los intereses de China» durante una llamada con el viceministro chino de Asuntos Exteriores, Wu Jianghao, informan medios chinos.

Hanafi aseguró que el grupo islamista está dispuesto a «continuar desarrollando relaciones amistosas con China», según un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores de la potencia asiática.

Un «amigo» en quien «confiar»

Por su parte, Wu dijo a Hanafi que China siempre «ha respetado la soberanía y la independencia» de Afganistán, cuyo pueblo ahora «tiene en sus manos su propio destino». Además de garantizar la seguridad de las instituciones y los ciudadanos chinos en el país centroasiático, Hanafi describió a China como «un amigo en quien Afganistán puede confiar«.

De hecho, previamente, otro portavoz de los talibán, Zabihulá Muyahid, incidió en una entrevista con el diario italiano ‘La Repubblica’ que China es «su principal socio» y representa «una oportunidad fundamental» por su disposición a «invertir y reconstruir el país».

China activa su Embajada en Kabul

Además, el portavoz de la oficina política de los talibán en Qatar, Mohamad Naim, ha asegurado que mantendrá activa su Embajada en Kabul y fortalecerá las relaciones con Afganistán, mientras Pekín ha aplaudido que se comprometan a proteger los intereses del gigante asiático en territorio afgano.

Naim ha confirmado una llamada entre Maulvi Abdul Salam Hanafi, miembro del equipo político talibán en Doha, con el viceministro de Relaciones Exteriores chino, Wu Jianghao, en la que ambos han discutido el futuro del país centroasiático.

Colaboración china-talibán 

A finales de julio, antes de la toma de Kabul por parte de los talibanes, una delegación de representantes del grupo se reunió en China con el canciller Wang Yi, quien describió a los talibanes como una «fuerza militar y política crucial» en Afganistán.

Más recientemente, después de la retirada estadounidense del país, la cancillería china expresó su esperanza de que los talibanes formen un Gobierno «islámico, pero abierto e inclusivo» —una palabra realmente sorprendente— y de «desempeñar un papel constructivo» en el país centroasiático, el cual habría entrado en un «nuevo punto de partida».

Gobierno inclusivo…representado a todas las etnias

Los talibanes prometieron que ese nuevo Gobierno sería «inclusivo«, esto es, representando a todas las etnias y tribus del país, pero en el caso de las mujeres los líderes fundamentalistas han pedido esperar para ver cuáles serán las nuevas directrices, y que, mientras tanto, a las funcionarias se les pagará a domicilio.

Mientras tanto los talibanes continúan dándole vueltas a su futuro Gobierno, sobre todo en lo que se refiere a su liderazgo,  con la única certeza por ahora de que estará basado en la ley islámica o sharía.

Existen rumores de que el mulá Abdul Ghani Baradar, cofundador de los talibanes y jefe de la oficina política de los insurgentes en Catar, pueda ser el próximo presidente de Afganistán, y que el actual líder de los talibanes, el mulá Hibatullah Akhundzada, estará por encima como una especie de líder espiritual supremo del país.

China y Afganistán comparten unos 60 kilómetros de frontera en la región noroccidental china de Xinjiang, habitada en parte por varias etnias de credo mahometano que sufren una violenta represión por parte del régimen comunista de Pekín.

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