Cómo contaminan los que quieren descontaminar | José Antonio Ruiz de la Hermosa

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LA GUERRA ES LA PAZ

LA LIBERTAD ES LA ESCLAVITUD

LA IGNORANCIA ES LA FUERZA

Hace una semana comenzó la Cumbre Climática. Como era de esperar “el Sátrapa de España” acudió a la cita con el resto de sátrapas y representantes mundiales del “Globalismo”. Prácticamente todos los que pintan algo en “esta corte de los milagros” que es Bilderberg, Davos, etc…, estaban presentes haciendo el “randevu” a quien corresponda. O sea a quien verdaderamente manda en este Mundo y que no son precisamente ellos.

Tantos fueron que se produjo un atasco de tráfico, pero no de bicicletas, esos vehículos de dos ruedas que funcionan con tracción animal, sino de aviones modelo ejecutivo, esos aviones para entre 4 y 20 pasajeros aproximadamente que utilizan a modo de vehículo oficial para las ocasiones los Sátrapas de todo el Mundo. Fue curioso ver en la aplicación de “flightradar” en la pantalla de nuestro ordenador el lío monumental cuando todos y todas quisieron huir de la especial ciudad de Glasgow.

Yo personalmente me quedé impresionado viéndolo, pues aparte del desastre que en el control aéreo de Europa y de las principales rutas comerciales aéreas del Mundo, con ajustes y desajustes horarios, cancelaciones, retrasos, etc…, en los vuelos de la mayoría de los aeropuertos europeos; digo también que provocaron la generación de una gran cantidad de contaminantes en el aire que respiramos. De todo esto me surgió la confusión de cuál era el pretexto de la “Cumbre” si contaminar más o reducir la contaminación.

Todo este rollo y timo del “Cambio Climático” no es más que un apéndice más de la tan traída y llevada agenda que la ONU y sus funcionarios, que como los de Bruselas, no sabemos a quien obedecen o qué instrucciones malévolas siguen. Lo que sí es cierto y seguro es que esas instrucciones nos van a amargar la vida a los demás. Nadie ha elegido a esos funcionarios con sus votos, más bien han sido elegidos a dedo para ocupar puestos excelentemente pagados y con cero responsabilidad al desarrollar sus geniales instrucciones.

Me comentaba un político de hace muchos años y también hace casi ese tiempo, de que en los años cincuenta del siglo veinte, la mayoría de los países mandaron a los hijos «progres» de muchos gerifaltes políticos a la ONU, porque estaba claro que aquello era un cementerio de elefantes para jovencitos pijo progres de caviar. Pasó el tiempo y los mandarines del Globalismo se dieron cuenta de que disponían de una mano de obra cualificada en estupideces y que fácilmente sería manejable por ellos en los edificios de la gobernanza del Mundo, pero que hasta el momento habían estado simplemente divagando en sus ideologías neo-marxistas y poco propicias a mejorar la vida de los seres humanos.

Y entonces llegó ello…; Los gobiernos democráticos fueron asaltados por los siervos del Globalismo y los socios de Bilderberg, con lo que las ideas neo-marxistas de la ONU y Bruselas se pusieron en marcha. Y aquí paz y allí Gloria, pues situaciones como la Pandemia, que se ha tenido que ensayar y ajustar en los talleres de la OMS, la ideología de Género que se ha ensayado con gran éxito a costa de varios millones de españoles sacrificados en aras de su encumbramiento y ahora otra pata más del banco que es el clima, hacen que esto vaya adelante, con una Sociedad totalmente acorchada y mediatizada. El miedo funciona, y la pandemia lo ha demostrado.

Sin embargo, ese miedo que se utiliza favorablemente con temas como el del Volcán de la isla de La Palma, se reutiliza en forma contraria con la contaminación ambiental. A pesar del desastre del atasco de aviones en Escocia, la huella de carbono que deja es apenas visible si la comparamos con la del volcán de La Palma. En dos meses, los elementos contaminantes eliminados por el volcán, serán muy superiores a los que cree toda la Península Ibérica en un año, algo que no solo hace este volcán, sino que ha hecho a lo largo de la Historia del Mundo muchos otros volcanes.

Recuerdo la mal llamada crisis del petróleo de los años setenta del siglo veinte. Entonces empezó este cuento. De repente apareció en el mundo de los famosos una pléyade de personajes que eran importantísimos y eficientes sabios de la constelación científica que nos avisaron de que la destrucción del mundo estaba cerca. De hecho el problema fundamental era el aumento anual de la temperatura, que generaría que los polos se descongelarían y el agua del mar inundaría la tierra a razón de una subida anual de un centímetro o más de eso. Si tomamos como referencia el año 1960, en que yo oí por primera vez el apocalíptico futuro, ahora mismo habrían crecido los mares más de sesenta centímetros.

Por lo anterior, la Manga del Mar Menor estaría semidesaparecida y Venecia ya no estaría habitada. Pero curiosamente no ha pasado. De lo que deduzco que el timo coló con algunos, de hecho comenzaron a funcionar los grupos ecologistas a todo trapo. Pero no se produjo el triste final predicho. La tierra no se inunda, los casquetes polares siguen en su sitio, y, como siempre ha pasado con ellos, decrecen por un lado y crecen por otro, pero siempre nos enseñan la foto de donde decrecen y no la del otro lado. Aparte de que por ejemplo en el Polo Sur, siempre se les olvida el pequeño detalle del par de bombas atómicas, que los americanos hicieron estallar en los años cincuenta.

La contaminación es real, existe, pero se puede combatir y no precisamente con las recetas de la ONU, pues esas recetas no son para esa enfermedad, sino para introducir sus “Agendas” en la vida de los pueblos de Europa y los del resto del mundo económicamente más desarrollado, con el fin de convertir el mundo civilizado en un 1984. La idea es reducir la población con aborto,, eugenesia, eutanasia y demás formas de destrucción personal. Mientras se mezclan razas, pueblos, religiones, etc… de forma que los más avispados no puedan defenderse y el resto del rebaño sea eso, un rebaño; al que se vaya sacrificando según se necesite.

Lo más curioso es que el pueblo llano, los siervos de la Gleba, cada día más siervos y más Gleba están felices y muertos de miedo a la vez; o sea exactamente lo que pretende la Agenda que representan los sátrapas. Cómo será posible hacerle ver a la gente, al vulgo, al pueblo que les están tomando el pelo y de paso los están convirtiendo en esclavos. Difícil lo veo y por eso ahí lo dejo…

José Antonio Ruiz de la Hermosa | Escritor 

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