Los hogares unipersonales en España han crecido un 19% desde 2011 a 2021 y ya son más de 5 millones de hogares
Estancamiento de la población española
La población residente en España se situó en 47.400.798 habitantes a 1 de enero de 2021, señala el último censo de Población y Vivienda del Instituto Nacional de Estadística (INE), un 1,2% más respecto a las 46.815.916 personas que vivían en nuestro país en 2011, año del anterior censo. De 2011 a 2021, el incremento de la población española ha sido casi invariable, después de registrar un aumento del 14,6% entre los censos de 2001, cuando la población residente en España era de 40.847.371 personas, a 2011 cuando se llegó a los 46,8 millones de habitantes.
Incremento vertiginoso del número de hogares solitarios: 5 millones
Por otra parte, el número de hogares alcanzó los 18.539.223 en el Censo de Población y Viviendas 2021, lo que supuso 455.531 más que en 2011, esto es, un 2,5% más.
El número de hogares donde vive una sola persona se sitúa en 5.001.166 en 2021, un aumento de 807.847 respecto a 10 años antes, lo que supuso un 19,3% más de personas que viven solas en España. De estos más de 5 millones de hogares unipersonales, en 2.089.175 hogares vivía una persona sola de 65 años o más, un 41,7% de la gente que no comparte con nadie su vivienda habitual.
Vaciamiento de los hogares
El tamaño medio de los hogares en España se ha ido reduciendo desde 1970, cuando de media vivían 3,82 personas por casa. En 1981, el INE registra 3,59 personas por hogar, 3,26 en 1991, 2,86 en 2001, 2,58 en 2011 y 2,54 en este último censo de Población y Vivienda 2021 del INE.
España es el segundo país europeo con la población más envejecida
La población europea y española envejecen a pasos agigantados. En esta última década, España se convirtió en el segundo país que ve como su población envejece con mayor rapidez (4,3 años), tan sólo superada por Portugal, con 4,7. Grecia y Eslovaquia llegan al 4,1, mientras que Italia se sitúa en 4.
La baja natalidad y el aumento de la esperanza de vida hacen que el Viejo Continente se enfrente a un acuciante desafío demográfico que va a volverse especialmente preocupante en los próximos años, cuando la denominada generación del baby-boom, que nació tras el fin de la II Guerra Mundial, vaya alcanzando la edad de jubilación.
(Con información de la Razón)