Los populares anuncian que recurrirán la cesión ante los tribunales
Dijeron que era mentira, un ‘fake’ de la derecha mediática para torpedear la investidura. Que la condonación de la deuda catalana no estaba en agenda. Voilá. 15.000 millones de euros de vellón. Un 20% de la deuda catalana. Súmenle los 1300 millones de euros anuales de intereses. ‘Porque yo lo valgo’. Con este PSOE hay que aplicar la ‘verdad inversa’.
¿Y qué pasa con la deuda del resto de CCAA? Dice Bolaños que se irá ampliando poco a poco. Traducción: mala suerte, haber sido independentistas y haber tenido los votos necesarios para la investidura. En todo caso, aunque hubiera café con leche para todos, no habrá café con leche para los buenos gestores que redujeron deuda o que tienen sus cuentas saneadas. ¿Y el riesgo moral? El último que apague la luz.
Y obvio, no están satisfechos. Así que llevarán el asunto a los tribunales. Unos tribunales que ya están calientes con la desautorización que supone la amnistía, un verdadero obús a la independencia judicial. Así lo señalan los ocho vocales del CGPJ que convocaron pleno extraordinario y la Asociación Profesional de la Magistratura. Así que cabe esperar conflicto.
El pacto con ERC lo incluye todo: investigación, Mossos. Y lo que más les interesa: Cercanías. Otro de los temas que según el PSOE era fake y que no harían nunca. Voilá. Renfe segrega Cercanías en Cataluña contra el criterio de los maquinistas y de los sindicatos. ¿Gobierno de los trabajadores?
El PSOE somete el acuerdo a la militancia. Pero a la búlgara. Así que está llamando a todo el mundo para advertirles que el que se mueva, no sale en la foto y que votar ‘no’ es estar con la derecha. Esa a la que hay que aplicar cordones sanitarios. Aún así ya comienzan a aparecer los rebeldes. Los de verdad, no como Page que actúa en permanente amago.
Con todo, tras la humillación máxima del PSOE de Sánchez, todavía es posible que no haya investidura. Puigdemont todavía no dio el plácet. Y eso que consiguió hasta el compromiso con un relator internacional y un reconocimiento de la nación catalana. Quiere más. Huele debilidad y sabe que es su momento. Y sabe además que es su oportunidad para diferenciarse de ERC y presentarse como el purista en las próximas elecciones catalanas, que es lo que les importa.
Así que el ‘cambiacolchones’ empieza a sudar y ha dado orden de tener una nueva reunión de urgencia. “Está enrocado”. ¿Cabe más placer que humillar hasta la extenuación a un chulo mayúsculo como Sánchez, el españolazo?, debe pensar Puigdemont. Es difícil pensar en un peor escenario.
Luis Losada Pescador | Periodista