Catarsis social: los hogares con más personas son los que tienen menos perceptores de ingresos

hogares con más personas tienen menos ingresos

El espejismo socialista: hogares con más personas y menos ingresos

España atraviesa una catarsis social. Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) confirman una tendencia preocupante: los hogares con más personas tienen menos ingresos. Desde que Pedro Sánchez llegó a La Moncloa, los recursos de las familias numerosas se reducen drásticamente.

El Gobierno socialista presume de progreso y justicia social, pero la realidad muestra un país estancado y en declive. Las dificultades de los jóvenes para emanciparse, el aumento del pluriempleo y la dependencia de las pensiones están transformando la estructura familiar. El resultado: familias más dependientes y con menos capacidad económica.

Desde 2018, con el PSOE en el poder, el número de hogares con un solo ingreso —los más vulnerables— representan más del 42% del total.

El espejismo estadístico de Sánchez y el INE

El Ejecutivo ha manipulado la lectura estadística de los hogares. El Reglamento Europeo permite ahora contabilizar como “hogar” a cualquier grupo de personas que comparta gastos. Esto genera un aumento artificial del número de hogares y maquilla los efectos de la precariedad económica.

El Gobierno de Sánchez ha sustituido el empleo digno por subsidios, rentas mínimas y ayudas puntuales que no generan riqueza. La llamada “subsidiación salarial” solo infla las cifras oficiales, pero no mejora la vida real de los españoles.

España tiene 49,3 millones de habitantes y 19,7 millones de hogares. Sin embargo, el crecimiento real del número de viviendas ha sido solo del 1,5% en siete años. Es decir, hay más familias conviviendo en menos espacio y con menos ingresos.

Los hogares con tres o más perceptores apenas representan el 17% del total, mientras que los de uno o dos ingresos acumulan el 83%.

Radiografía de un país empobrecido

Los datos del INE confirman que los hogares con más personas tienen menos ingresos. En 2025, 530.000 familias no tienen ningún ingreso; 8,3 millones viven con uno solo y 8,1 millones con dos. Las familias con tres o más remuneraciones son una minoría. La supuesta “recuperación económica” del PSOE es un espejismo.

El problema es estructural. La reforma laboral del Gobierno ha fomentado el empleo parcial y los fijos discontinuos, inflando las cifras del empleo mientras las familias pierden poder adquisitivo.

Los jóvenes, incapaces de acceder a una vivienda o a un salario digno, siguen viviendo con sus padres o abuelos. Los pensionistas sostienen la economía familiar. Este modelo no es progreso; es dependencia programada.

Los hogares del sacrificio: familias grandes, ingresos pequeños

El informe del INE muestra la crudeza de esta catarsis social. En los hogares de una sola persona (5,7 millones), el 96% tiene ingresos, generalmente pensiones. En los de dos personas, solo el 68% logra mantener dos remuneraciones.

Cuando hay tres convivientes, solo el 19% dispone de tres ingresos. En los hogares de cuatro o más personas, la situación se agrava: apenas el 5,4% alcanza cuatro ingresos, y más del 50% sobrevive con dos.

El resultado es una familia española agotada, que combina sueldos bajos, ayudas estatales y pensiones para subsistir. La demagogia socialista convierte la solidaridad familiar en un refugio ante el fracaso del Estado.

Sánchez, el destructor de la clase media

El modelo del PSOE no fortalece a las familias; las somete. Mientras Pedro Sánchez presume de justicia social, su política destruye el tejido económico de la clase media.

La subvención constante desincentiva el trabajo estable. El pluriempleo, las rentas mínimas y la precariedad laboral convierten al ciudadano en rehén del sistema.

Los hogares con más personas tienen menos ingresos porque el Gobierno ha fomentado un sistema asistencialista que reparte migajas en lugar de crear oportunidades. Esta catarsis social no es casual; es una consecuencia directa del intervencionismo socialista.

La libertad económica, la familia y la propiedad privada han sido desplazadas por la burocracia y la dependencia del Estado.

El espejismo de los “ocupados” y la manipulación del dato

Según el Ministerio de Trabajo, España cuenta con 22,3 millones de ocupados. Sin embargo, muchos de esos trabajadores aparecen duplicados en las estadísticas por tener varios contratos o empleos parciales.

En paralelo, hay más de 10 millones de pensionistas, 1,8 millones de parados con subsidio y cientos de miles de beneficiarios de ayudas sociales. Este sistema no genera productividad, sino un gigantesco aparato de gasto público.

El resultado: más personas con ingresos mínimos, pero menos familias con independencia económica. Un país donde el esfuerzo y la meritocracia son castigados mientras se premia la dependencia.

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