En estos días veraniegos, y también en primavera, vemos, tanto a hombres como mujeres, lucir prendas de ese tipo, los pequeños también. Bastante normal es ver las camisetas de equipos de fútbol portadas por personas con la propaganda del club incluida, también en el cuello la bandera de la Comunidad Autónoma o incluso la española que llevan varios equipos, sin hablar de camisa, polos con la marca comercial que lucimos, etc. Nadie dice nada y lo ve normal, como tampoco lo hace cuando están estampadas frases o banderas e incluso nombres de los países, Alemania, EEUU, Francia, Italia, Reino Unido, Suecia, Suiza… Si lleva la española constitucional ya es otra cosa, sólo está permitido en acontecimientos deportivos, en especial fútbol, de nuestras selecciones nacionales. Nadie dice nada si la que lleva es la de la Segunda República. Si lo hacen y llevan en forma de pulsera, ya se les llama ultraderecha o extrema derecha, en otras palabras, los fascistas, y más directamente, los nostálgicos del antiguo régimen.
Los extranjeros no lo comprenden, sus símbolos nacionales son intocables. Recuerdo ahora el proceso que tuvieron unos españoles hace unos años por quemar la bandera polaca. Muy cierto que ellos también llevan esas camisetas con bandera, marca y frases; la diferencia es que no rechazan un símbolo común y constitucional. Hay que decir, como el eslogan turístico de los 60 del siglo pasado, “Spain it’s different” (España es diferente). No creo que haya que echar la culpa a unos por usar los símbolos constitucionales y otros por no hacerlo y recriminándoles a los otros su utilización partidista. Quiero pensar que ha sido la evolución de la democracia la que nos ha conducido a esto, algunos quieren llamarlo “guerracivilismo”; otros, la recuperación de hechos sucedidos, por lo que se recurre a la conocida “memoria democrática”. La situación es parecida al famoso poema de “Las dos Españas”, de Antonio Machado: “Ya hay un español que quiere/ vivir y a vivir empieza,/ entre una España que muere/ y otra España que bosteza./ Españolito que vienes/ al mundo, te guarde Dios./ Una de las dos Españas/ ha de helarte el corazón”. Deseo y creo que con lo que está pasando seamos capaces de volvernos a reconciliar bajo la Constitución de 1978. O cámbiese si es el deseo de la mayoría.
Jacinto Seara |Científico y escritor