La sombra de los crímenes perpetrados por Francisco Largo Caballero es alargada. El que fuera líder del PSOE alentó el primer golpe de Estado contra la Segunda República (1934), la revuelta comunista de los mineros asturianos, que se saldó con cientos de muertos. Durante su mandato como presidente del Gobierno de la República se establecieron las checas y se produjo la matanza de Paracuellos, en la que miles de españoles fueron fusilados. Pese a su historial, el actual Gobierno del PSOE no tiene intención de renegar de una de las figuras históricas de su partido, y el Ministerio de Presidencia de Félix Bolaños ha destinado 100.000 euros a conmemorar al llamado ‘Lenin español’.

Elogios de Iceta a Largo Caballero

Uno de los miembros del Gobierno que se deshizo en elogios recientemente sobre Largo Caballero es el ministro de Cultura, Miquel Iceta. En julio visitó la susodicha exposición y afirmó que Largo Caballero “era un hombre de una sola pieza. Dicen que le llamaban ‘El Lenin español’, pero yo creo que tenía pocas cosas que ver con él, salvo el liderazgo y la capacidad para interpretar los intereses de la clase trabajadora”.

Para el ministro de Cultura de España, Largo Caballero fue “el líder obrero y sindical más importante de la primera parte del siglo XX”.

¿Quién fue Largo Caballero?

Da un poco de vergüenza tener que recordarle a Bolaños el pasado criminal de Francisco Largo Caballero. El conocido como ‘Lenin español’ era en realidad el hombre de confianza de otro genocida comunista, Joseph Stalin, – el asesino de millones de personas en Rusia- con el que mantuvo hilo directo durante toda la Segunda República.

El fanatismo sectario del jefe del Gobierno de la República durante la Guerra Civil era tal que hasta el propio Stalin tuvo que pedirle por carta «moderación» a Largo Caballero sugiriéndole la vía parlamentaria al socialismo y no la revolucionaria, de la que era partidario el líder socialista.

Ni la retórica meliflua del PSOE puede disimular la sed de sangre del sanguinario estalinista. «Habrá soviet en España en cuanto caiga Azaña», afirmó en una entrevista al diario La Prensa de Nueva York en febrero de 1936. Responsable de la bolchevización del PSOE y de la UGT, Largo dejó afirmaciones en las que demostraba que su única aspiración era aniquilar a la derecha sacrificando la República si hiciera falta: “El socialismo exige ahora una dictadura proletaria: antes de cinco años España será soviética”.

El mito del líder socialista —construido a base de un ‘Himalaya de mentiras’ parafraseando a otro socialista más decente, Julián Besteiro— oculta que fue el instigador de la revolución de octubre de 1934 en venganza por la victoria de la derechista CEDA. Aquella asonada macabra, que rompió con la legalidad republicana, dejó un reguero de muerte de 1.325 víctimas. El socialista, líder de la insurrección, fue absuelto por «falta de pruebas» tras un juicio esperpéntico.

El PSOE se implicó a fondo en la persecución y asesinato de sus adversarios. Al socialista Indalecio Prieto hay que atribuirle la creación del siniestro Servicio de Investigación Militar en agosto de 1937, órgano bajo el cual funcionaban las ‘checas’, centros de tortura, secuestro y muerte en el que se cometían todo tipo de atrocidades bajo la supervisión del entonces presidente del Consejo de Ministros, que no era otro que Largo Caballero.

Según ha documentado Julius Ruiz, uno de los mayores expertos en el Terror Rojo, el Gobierno de Largo Caballero tuvo total responsabilidad y conocimiento de las sacas de Paracuellos. La matanza tuvo como responsable al comunista Santiago Carrillo, pero las órdenes venían del Comité de Defensa y del Gobierno de Largo Caballero.

Tampoco es creíble la versión que indulta al Frente Popular culpando a los soviéticos de la crueldad esgrimida en Paracuellos, una invención posterior a la guerra. La masacre, en la que se calcula que fueron asesinadas 6.000 personas incluyendo a centenares de mujeres y 276 niños, fue organizada por directores de las prisiones que trasladaban a reclusos bajo su custodia gracias a falsas órdenes de salida firmadas por el director general de Seguridad, el comunista Segundo Serrano Poncela. Una masacre made in Frente Popular.

(Con información de VozPopuli/ OK Diario)