‘The Guardian’ en un artículo argumenta que la Casa Blanca necesita un plan B basado en la realidad, tras el fracaso de la contraofensiva de verano de Ucrania y la creciente pérdida de apoyo en Washington para seguir financiando la escalada bélica de Volodímir Zelenski.
El Senado estadounidense rechaza un paquete de nuevas ayudas económicas a Ucrania
«El presidente Joe Biden pronunció un discurso desde la Casa Blanca pidiendo que se aprobara ayuda para Ucrania. Intentó todos los trucos del libro: señalar los beneficios económicos internos del gasto militar, resaltar las implicaciones de la ayuda para la seguridad nacional. Horas más tarde, todos los senadores republicanos votaron en contra del proyecto de ley que habría otorgado más ayuda a Ucrania», recuerda la publicación.
En efecto, los miembros del Senado han rechazado la aprobación de un nuevo paquete por valor de 110.000 millones de dólares de ayuda militar a Ucrania, Israel y Taiwán, además de ayuda humanitaria para los palestinos en la Franja de Gaza, alegando que se necesita incluir más gasto para la seguridad fronteriza estadounidense.
La votación se ha saldado con 51 votos a favor y 49 en contra, frente a los 60 requeridos para que la medida salga adelante en un contexto de bloqueo político promovido por los republicanos.
Tanto el presidente estadounidense, Joe Biden, como otros miembros demócratas han instado durante meses a los republicanos a votar a favor de este paquete, cuya aprobación es cada vez más urgente para Washington, que ha admitido recientemente que los fondos de ayuda para Ucrania están prácticamente agotados. De hecho, el Senado iniciará su receso el 15 de diciembre.
Para The Guardian, mantener la ayuda al país europeo desde Washington era algo que hasta hace sólo unos meses se consideraba casi inevitable, pero que se ha vuelto altamente incierto, afirman.
El rechazo del Senado llega en el peor momento
El rechazo de los congresistas ante la posibilidad de mantener la política de cheque en blanco de la Administración del presidente Joe Biden no podría haber llegado en un peor momento para Ucrania, señalan, dado el fracaso de la contraofensiva y la pérdida de apoyo a Zelenski desde Occidente. «La guerra en Gaza está quitando atención y recursos a Ucrania, y las recriminaciones sobre la fallida ofensiva —junto con señales de discordia entre los líderes ucranianos— han comenzado a aparecer en filtraciones», agregan, pintando un sombrío futuro para Kiev y sus ambiciones bélicas.
The Guardian apunta que muchos de estos problemas eran previsibles hace meses, incluso antes de que se consumara el fracaso de la ofensiva ucraniana. La ciudadanía estadounidense, cansada de dos décadas de guerra en Irak y Afganistán, nunca iba a apoyar un conflicto estancado en Ucrania, argumenta el artículo, especialmente cuando ya le ha costado al contribuyente estadounidense más de 75.000 millones de dólares.
También es difícil imaginar que los aliados occidentales, apunta el medio británico, den prioridad a la inversión en defensa y satisfagan las necesidades de municiones y equipos de Kiev en una época de desaceleración económica.
Fracaso de la contraofensiva ucraniana
«Las fuerzas ucranianas no cumplieron ni siquiera con el estándar mínimo para tener éxito en esa campaña. Las tropas se vieron obstaculizadas por un desajuste entre los puntos de vista estratégicos de Estados Unidos y Ucrania, algunas malas decisiones tácticas por parte de los líderes ucranianos y las fortificaciones defensivas rusas, que resultaron mucho más sólidas y efectivas de lo esperado», observan.
Sin embargo, The Guardian afirma que las cosas están cambiando. Después de 18 meses de retórica triunfalista occidental, la realidad está empezando a imponerse.
«Ahora los responsables políticos de Kiev y sus socios occidentales deben responder algunas preguntas desafiantes: ¿hasta cuándo la opinión pública occidental seguirá apoyando la financiación de Kiev?», se pregunta el diario.
Necesidad de un Plan B
Y añade: «La gran pregunta a largo plazo para el Gobierno de Biden es cuál será la política estadounidense hacia el futuro. Hasta ahora, curiosamente, la Administración se ha mostrado reacia a considerar si era sostenible (…) Pero dadas las circunstancias actuales, necesita formular un plan B plausible sobre cómo proceder, independientemente de que el Congreso apruebe o no financiación adicional».
Por eso, The Guardian opina que Washington, el principal impulsor y patrocinador del conflicto en Ucrania, debería dejar de respaldar que su aliado en Europa oriental busque invadir territorio gobernado por Rusia y abrir líneas de comunicación con Moscú.
El diario británico concluye llamando al presidente demócrata a tener una «conversación franca» con el Gobierno de Zelenski para abogar por el fin del enfrentamiento. «No será una idea popular en Kiev o entre los aliados europeos, pero de esta manera se prevendrán más pérdidas».