Ataques de la aviación republicana sobre objetivos civiles: el bombardeo de Cabra

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El 7 de noviembre de 1938 tres aviones soviéticos con tripulación española bombardearon, de manera imprevisible, la pequeña población cordobesa.

Hace mas de diez años, el profesor Rob Stradling, catedrático emérito de la Universidad de Gales, intervino en un congreso en Madrid sobre los bombardeos aéreos y matanzas de niños por la aviación roja sobre poblaciones de la zona rebelde. En ella habló de la “barbarie del otro” como una de las mejores armas de la propaganda de guerra: “Todo el mundo cree en las atrocidades del enemigo y en absoluto las de su propio bando, y siempre sin molestarse en examinar los datos”.

En la actualidad existe un pensamiento oficial, oficialmente unánime, de que solo los nacionales emplearon los bombardeos sobre ciudades y población civil como arma de guerra. Pero esto, no solo no fue así -escribe Stardling- sino que, en realidad, fueron los republicanos los que emplearon de forma masiva este instrumento de guerra, los mayores culpables de tales crímenes.

Poblaciones como Oviedo, Granada, Zaragoza, y Sevilla padecieron más de 400 ataques, a los que tenemos que sumar los ataques a Pamplona, Huesca, Toledo, Teruel, Talavera, Córdoba, Cáceres, Salamanca, Segovia, Burgos… y un intento fallido sobre Vitoria. Oviedo sufrió 208 ataques durante el asedio.

En febrero de 1938 el cardenal católico británico Hinsley afirmaba sobre los bombardeos republicanos: “A lo largo de diez y ocho meses, poblaciones de las zonas nacionales han sufrido bombardeos frecuentes a manos de las fuerzas aéreas gubernamentales. La fuente que cito para ello es el periódico oficial barcelonés ‘La Vanguardia’, desde el 20 de julio de 1936 hasta el 26 de enero de 1938. Se trata de un elenco de lugares a160 kilómetros en la retaguardia, por ejemplo Sevilla y Salamanca el pasado mes (…) Hay más casos iguales como Algeciras, Tetuán, Granada, Valladolid, etcétera”

Bombardeo de Cabra
Bombardeo de Cabra

No hubo ninguna gran ciudad en la España nacional libre de los ataques de “la Gloriosa”. Fue la aviación del Frente Popular la que inauguró el bombardeo de ciudades abiertas de la retaguardia enemigas que no eran objetivos militares. Señala Stardling que, después de Guernica, “todo quedó excusado por el eufemismo de ‘represalia’ ante las llamas ‘atrocidades’ del enemigo”.

En el verano de 1938 la Sociedad de Naciones pidió a ambos bandos informes oficiales sobre ataques sueltos. Ambos bandos enviaron informes cargando las tintas sobre los bombardeos enemigos. Burgos, sede del gobierno de Franco, sufrió 2.100 ataques aislados que produjeron 19.000 bajas, entre muertos y heridos, en la población no combatientes, una cifra exagerada, pero que cuenta parcialmente una realidad. La propaganda de guerra republicana, incuestionablemente mejor y más eficiente que la de los nacionales, trasmitió las exageradas cifras dadas por Negrín de 25.000 niños muertos en 1.054 ataques nacionales.

De todos los bombardeos realizados por uno y otro bando en la Guerra de España es, sin lugar a dudas, el más conocido el de Guernica. Si para arremeter contra la aviación nacional siempre se cita Guernica, resulta obligado recordar el bombardeo de Cabra, patria chica de la vicepresidenta Carmen Calvo.

En 1938 Cabra tenía una población cercana a los veinte mil habitantes. El día 7 de noviembre, hacia las 7:31 horas de la mañana, tres aviones soviéticos Katiuska SB-2 con tripulación española, que habían despegado del campo de aviación de Los Guerreros en Fuente Álamo de Murcia, bombardearon, de manera imprevisible, la pequeña población de Cabra. Un pueblo que carecía de todo interés militar pues estaba lejos del frente, situado muy atrás en la retaguardia enemiga. Atacar Cabra facilitaba el regreso sin problemas a sus bases de los aviones republicanos pues la aviación rebelde de caza operaba en el frente. En estas fechas la aviación nacional ya era la dueña casi absoluta del campo de batalla del aire.

Casa destrozada por una bomba en el barrio de La Villa, en Cabra
Casa destrozada por una bomba en el barrio de La Villa, en Cabra

Los Katiuska bombardearon Cabra, una población rural, dentro de la estrategia de la aviación republicana de arrasar pueblos de retaguardia de la zona nacional de forma inesperada, dentro del objetivo de aterrorizar a la población civil enemiga. El ataque causó 86 muertos y 117 heridos, en su totalidad personas civiles. Entre ellos gran número mujeres, niños y ancianos, pues los hombres en edad militar estaba en el frente.

Los autores del bombardeo, en su parte de guerra del 7 de noviembre, indicaban, únicamente, que “se batió el objetivo”, omitiendo cualquier referencia al objetivo o a las consecuencias del ataque: “A las 7,27 despegaron tres B. K. para efectuar un servicio de reconocimiento y bombardeo de Cabra. Se batió el objetivo eficazmente observándose las explosiones en el centro del pueblo. Se obtuvieron fotografías del frente reconocido. No se observó caza enemiga ni se les hostilizó con fuego antiaéreo, tomando tierra todos los aparatos sin novedad” (AHEA. Sig. A 168, documento 54. Parte de operaciones del 7 de noviembre de 1938). El gobierno republicano nunca reconoció el “error” de sus aviadores que bombardearon Cabra, pues era una práctica habitual el bombardeo de ciudades y pueblos, ni pidieron lógicamente disculpas por las consecuencias del ataque. Por su parte, los nacionales, recogían con las siguientes palabras el ataque a Cabra: “La aviación roja, huyendo de los encuentros aéreos que tantas pérdidas le cuesta y alejándose de todo objetivo militar, lleva varios días dedicada a batir pueblos civiles de la zona nacional, lo más alejados posible de las actividades militares y desde los que les es fácil la huida”. ¡La guerra es así!

Placa conmemorativa del bombardeo
Placa conmemorativa del bombardeo

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