Los ataques a la libertad religiosa no solo no se han frenado por la firma del acuerdo entre China y la Santa Sede, renovado el 22 de octubre de 2020, y ampliado por otros dos años, hasta el 22 de octubre de 2022, sino que se han recrudecido los ataques con la persecución y la detención de Obispos y sacerdotes, laicos y monjas como se muestran aquí en este breve resumen:
- 11 ataques a miembros ordenados de la Iglesia católica, incluyendo 5 Obispos, detenidos o con movimientos restringidos, que se ven privados de la necesaria libertad no solo para ejercer su Ministerio sino para la ida cotidiana.
- 13 ataques a lugares de culto, con medidas generales arbitrarias que tratan de limitar la participación en los actos litúrgicos, y con acciones concretas de destrucción de cruces, cierre de locales, etc.
- 6 ataques a fieles sencillos a los que se les retiran las ayudas públicas necesarias para su subsistencia por el mero hecho de permanecer en la Iglesia y no renegar de su fe.
- 27 ataques de adoctrinamiento a la población o que pretenden dificultar la práctica de la propia fe.
Ante este panorama, el presidente de Enraizados, José Castro Velarde, ha denunciado que no se alce la voz con lo que está pasando en China, por parte de los países occidentales: “La violación de los derechos humanos en China, ejecutados y maniobrados por el partido comunista son tan aberrantes y vergonzosos que sorprende que Occidente, cimentado en valores “judeocristianos”, los acepte”.
Además, ha alertado del caso paradigmático de China, y la pérdida de libertades civiles progresiva, pese a la mejora de las perspectivas económicas de la población, que debería haber conllevado un aperturismo de la sociedad: “El caso chino es interesante puesto que a pesar de que el comunismo se mantiene como la ideología oficial, a raíz de la bonanza económica, ha surgido una sólida clase media y cientos de empresarios millonarios. Pero ese desarrollo económico no ha ido de la mano de una mayor libertad ideológica, de pensamiento y religiosa”.
El gobierno también continuó demoliendo edificios y cruces de iglesias católicas y protestantes en el marco de su campaña de “sinización de la religión”.
Se informa que China implementó la nueva ley religiosa «Medidas administrativas para el clero religioso» en mayo. El contenido incluye «El clero debe declarar lealtad al Partido Comunista». Sin embargo, la nueva ley no tiene nada que ver con la cuestión de la autorización del Papa que ha atraído la mayor atención del mundo exterior Según el análisis, el contenido del acuerdo Vaticano-China es obviamente violado. (Fuente Fang Dehao)