Ángel Víctor Torres y su elogio a la masonería: el Gobierno blanquea una secta anticatólica

Ángel Víctor Torres masonería

Desde siempre socialismo y la masonería han ido de la mano. Y hoy se repite. Por ejemplo, el actual líder de la masonería española es Txema Oleaga, quien también es senador del PSOE. Fue elegido Gran Maestro de la Gran Logia de España en marzo de 2022. 

El Gobierno blanquea la masonería con dinero público

El martes se inauguró el templo masónico de Santa Cruz de Tenerife, uno de los más importantes de Europa. Al acto asistieron el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, el filomasón Ángel Víctor Torres, el presidente canario Fernando Clavijo y el alcalde José Manuel Bermúdez. La rehabilitación costó tres millones de euros sufragados por el Gobierno de Pedro Sánchez.

El edificio, de estilo egipcio y símbolo del anticatolicismo histórico de la masonería, llevaba décadas abandonado. Hoy el Ejecutivo socialista de Pedro Sánchez lo convierte en museo masónico, con visitas guiadas financiadas con fondos públicos.

Según el propio Ángel Víctor Torres, se trata de “un ejemplo de colaboración entre administraciones, con tres millones de financiación por parte del Gobierno de España, para recuperar no sólo un edificio precioso, sino la Memoria de la Masonería y su defensa de la igualdad, la democracia y la educación laica”.

Este mensaje resume la intención ideológica del Gobierno: blanquear una organización históricamente en contra a la fe católica y de los valores tradicionales de España.

Una relación estrecha entre el socialismo y la masonería

El ministro Torres no oculta su amplia simpatía por la masonería. Durante su etapa como presidente de Canarias y ahora como ministro, promovió su difusión. En 2023 llegó a afirmar que era necesario “dar a conocer” la masonería en los colegios tras haber sido “demonizada durante 40 años”.

Este intento de normalizar y adoctrinar en favor de una secta laicista confirma la deriva ideológica del socialismo español. El PSOE repite una historia conocida: desde Largo Caballero e Indalecio Prieto, pasando por José Bono, la masonería siempre ha encontrado aliados dentro del partido.

El propio Bono, exministro de Defensa de José Luis Rodríguez Zapatero, reconoció que siente “cariño especial” por una logia masónica en Albacete y que los masones son “buena gente”. Este elogio confirma que el socialismo actual continúa abrazando las ideas que minan los fundamentos cristianos de España.

La masonería, enemiga de la fe y la tradición cristiana

La masonería se presenta como defensora de la libertad, pero en realidad impulsa una visión materialista y anticristiana del mundo. Desde sus orígenes en el siglo XVIII, combatió la Iglesia, la monarquía y la familia natural.

No es casual que el templo masónico de Tenerife sea un edificio cargado de simbología pagana y anticatólica. Su reapertura, impulsada por el Gobierno, simboliza el triunfo de la ideología laicista sobre la tradición religiosa.

El acto del filomasón Ángel Víctor Torres y la inversión millonaria no responden a un interés cultural, sino a un proyecto político de desarraigo moral. Rehabilitar un templo masónico con dinero público mientras se abandonan templos cristianos y se ridiculiza la fe católica refleja la inversión de valores promovida por la izquierda.

Txema Oleaga, el líder masón del PSOE

La conexión entre socialismo y masonería no es simbólica: es real y visible. El actual Gran Maestro de la Gran Logia de España, Txema Oleaga, es senador del PSOE. Fue elegido en marzo de 2022 y desde entonces promueve activamente la expansión masónica en el ámbito institucional.

Que un alto cargo socialista lidere la principal organización masónica del país demuestra hasta qué punto el partido ha asumido el discurso laicista y anticristiano.

El Gobierno de Sánchez, con su ministro Ángel Víctor Torres, actúa como pilar institucional del blanqueamiento masónico, destinando millones de euros al rescate de sus símbolos y templos.

Una estrategia contra la identidad cristiana de España

La defensa de la masonería por parte de Ángel Víctor Torres forma parte de una estrategia ideológica más amplia: desmantelar la identidad cristiana y nacional de España. El Ejecutivo de Sánchez impulsa una “memoria democrática” selectiva, mientras reinterpreta la historia para legitimar proyectos anticristianos y globalistas.

El Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, utilizado para financiar la restauración del templo, se convierte así en una herramienta ideológica, no cultural. Mientras el Gobierno destruye símbolos católicos y elimina cruces, financia la reaparición de logias masónicas.

Este proceso refleja una intención clara: sustituir los valores espirituales por un humanismo laicista, vacío de verdad trascendente.

El caso de Ángel Víctor Torres y su apoyo público a la masonería no es un hecho aislado. Representa una política deliberada del socialismo español por debilitar los fundamentos espirituales del país. Mientras la Iglesia sufre ataques, los masones reciben honores y subvenciones.

La masonería no representa progreso ni libertad. Representa la negación de Dios y de nuestra identidad.
Y ningún Gobierno debería financiar, con dinero de todos, la destrucción espiritual de España.

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