La falta de relevo generacional se intensifica
La agricultura murciana en crisis: un modelo al borde del colapso
La agricultura murciana en crisis se ha convertido en el reflejo del fracaso del modelo político impuesto por el bipartidismo PP-PSOE y las exigencias de Bruselas a través del Pacto Verde. Un informe de Cocampo confirma que el 33,2% de la superficie agrícola de la Región de Murcia está abandonada, cuadruplicando la media nacional. Una de cada tres hectáreas, que debería producir alimentos, hoy permanece improductiva.
El abandono agrícola no es casual. Es el resultado de una estrategia política basada en el Pacto Verde y la Agenda 2030, que imponen trabas burocráticas y costes imposibles de asumir para los pequeños y medianos agricultores. Mientras tanto, las élites venden un discurso verde, pero la realidad es un campo devastado, sin relevo generacional y en manos de corporaciones extranjeras.
El Pacto Verde: un golpe letal para la agricultura murciana
La agricultura murciana en crisis se explica, en gran medida, por la presión del Pacto Verde europeo. Bajo la excusa de la sostenibilidad, se han aprobado normas que asfixian a quienes trabajan la tierra. Se exige reducir el uso de fitosanitarios, se imponen limitaciones de agua y se multiplican las inspecciones y sanciones.
El resultado es demoledor: explotaciones inviables, agricultores abandonando el oficio y una producción cada vez más reducida. El bipartidismo, lejos de defender al campo murciano, se ha convertido en cómplice de esta política. Mientras el PSOE diseña las leyes de ingeniería social y ecológica, el PP se limita a protestar tímidamente y a consolidar después esas mismas leyes cuando gobierna.
La Región de Murcia, que debería ser la huerta de Europa, está condenada a la desertificación económica y demográfica. El discurso oficial de Bruselas habla de modernización, pero en la práctica solo se traduce en más dependencia exterior y en menos soberanía alimentaria para España.
El drama del relevo generacional en la agricultura murciana
Uno de los factores más graves en la agricultura murciana en crisis es la falta de jóvenes dispuestos a trabajar en el campo. Los datos del informe Cocampo son demoledores: la edad media de los jefes de explotaciones agrarias supera los 61 años. Casi la mitad tiene más de 65, mientras que solo el 3,9% son menores de 35.
La portavoz nacional de SOS Rural, Natalia Corbalán, lo explica con claridad: «Los jóvenes murcianos no encuentran atractivo por un sector demonizado, cargado de trabas burocráticas estériles e inútiles y con escasa rentabilidad. Resultado: fincas abandonadas, explotaciones sin continuidad y una creciente concentración de tierras en manos de inversores o grandes corporaciones».
Este diagnóstico muestra que el futuro está hipotecado. Sin jóvenes en el campo, el relevo generacional se convierte en un imposible. El resultado es que la agricultura murciana se encamina a una extinción lenta, favorecida por las políticas socialistas y consolidada por la pasividad del Partido Popular.
El abandono agrícola y el riesgo de despoblación
La agricultura murciana en crisis no solo afecta a la producción de alimentos, sino también a la demografía y la cohesión social. El informe Cocampo advierte de que el 48,3% de los municipios españoles está en riesgo de despoblación. Esto significa que más de un tercio de la superficie del país podría perder su tejido social.
La voz de alarma la vuelve a dar Natalia Corbalán: «Cada hectárea abandonada no sólo deja de producir alimentos: arrastra consigo actividad económica, empleo y arraigo social. La ecuación es insostenible: más dependencia exterior y menos producción propia».
En el caso de Murcia, el abandono de tierras se traduce en pueblos que pierden población, familias que emigran y una economía local que se hunde. No hablamos solo de la pérdida de alimentos, sino del vaciamiento de la España rural, sustituida por grandes inversiones extranjeras que no buscan tradición ni sostenibilidad, sino beneficio inmediato.
El bipartidismo PP-PSOE: responsables de la crisis agrícola
La agricultura murciana en crisis no puede entenderse sin señalar al bipartidismo como principal culpable. Durante décadas, PP y PSOE han jugado un doble papel: mientras los socialistas elaboraban leyes de ingeniería social y ecológica, los populares aparentaban oposición. Sin embargo, cuando llegaban al poder, en lugar de derogar esas normas, las consolidaban.
Así se ha construido un modelo que margina al agricultor, destruye la producción nacional y somete a España a la Agenda 2030. No se trata de errores puntuales, sino de una estrategia coordinada para vaciar el campo, debilitar la soberanía alimentaria y entregar el futuro agrícola a las élites globalistas.
En este contexto, la Región de Murcia, con un tercio de su superficie agrícola abandonada, se convierte en el ejemplo perfecto del fracaso del bipartidismo y de la traición a los agricultores españoles.