UNIT: la divisa de los BRICS contra el dólar

UNIT divisa BRICS

UNIT es una herramienta geopolítica pensada para que los países BRICS comercien entre ellos sin pasar por el dólar.

UNIT, la divisa de los BRICS emerge como una herramienta geopolítica que desafía el dominio del dólar y puede afectar de forma directa a la economía europea y al bolsillo de las familias.

Qué es UNIT y por qué los BRICS la impulsan

UNIT, la divisa de los BRICS aparece en un contexto de tensiones globales, sanciones financieras y desconfianza hacia el sistema monetario dominado por Estados Unidos. El bloque BRICS, formado principalmente por China, Rusia, India, Brasil y Sudáfrica, lleva años buscando alternativas al dólar.

No se trata de una moneda tradicional para ciudadanos. UNIT funciona como una unidad de cuenta digital pensada para el comercio internacional y, en un futuro, como posible activo de reserva entre Estados. Su diseño combina oro físico y una cesta de divisas de los propios países BRICS.

Este planteamiento persigue dos objetivos claros. El oro aporta estabilidad y reduce el riesgo político. La cesta de monedas evita la dependencia de una sola economía. Así, UNIT permitiría cerrar contratos y liquidar operaciones sin pasar por el dólar.

Conviene aclarar un punto clave. Ningún país ha anunciado un lanzamiento inmediato de una moneda común plenamente operativa. UNIT debe entenderse como una herramienta técnica en fase inicial. Sin embargo, en economía, las señales importan. El solo debate ya genera efectos.

UNIT lanza un mensaje político claro. Los países emergentes buscan mayor soberanía monetaria frente a un sistema que usan las grandes potencias occidentales como instrumento de presión.

El regreso del oro y el desafío al sistema financiero

Uno de los aspectos más relevantes de UNIT es el papel central del oro. Durante décadas, las monedas fiduciarias dominaron el sistema global. Hoy, ese modelo muestra grietas evidentes y parece ser un sistema agotado.

Las sanciones a Rusia y la congelación de reservas internacionales despertaron alarmas en muchos países. El oro vuelve a verse como un activo sin riesgo político directo. No depende de decisiones unilaterales ni de bancos centrales extranjeros.

UNIT no supone un regreso al patrón oro clásico. Sí refleja una tendencia clara. Muchos bancos centrales aumentan sus reservas de oro mientras reducen exposición al dólar. UNIT encaja en esa estrategia de diversificación.

Este movimiento no rompe el sistema actual de forma inmediata. Lo erosiona de manera gradual. Cada contrato que evita el dólar debilita su papel como intermediario obligatorio en el comercio global.

Para las economías occidentales, este proceso añade complejidad. Menos centralización implica más incertidumbre, más costes de cobertura y mayor volatilidad en los mercados internacionales.

Cómo puede afectar UNIT a Europa y a las familias

UNIT no representa una amenaza abstracta. Europa depende de importaciones energéticas y de materias primas procedentes de países BRICS o aliados. Si estos intercambios comienzan a fijarse en UNIT, el impacto será real.

El euro es la segunda moneda de reserva mundial. Cualquier erosión del sistema dólar-euro debilita la posición europea. UNIT podría encarecer las importaciones energéticas y presionar al alza los precios internos.

Este escenario alimentaría la inflación. Las familias europeas ya sufren una pérdida continuada de poder adquisitivo. Un aumento de costes energéticos agravaría la situación.

Los expertos advierten que el cambio no sería inmediato ni homogéneo. Afectaría primero a sectores estratégicos como energía, materias primas y determinados bienes industriales. Las empresas reducirían dependencia del dólar, pero asumirían nuevos riesgos.

Para Europa, el problema no es solo económico. También es político. La Unión Europea carece de una estrategia monetaria soberana clara. Depende de decisiones ajenas mientras avanza el globalismo financiero.

UNIT refleja un mundo fragmentado. Más bloques, más acuerdos bilaterales y menos reglas comunes. Para algunos países supone autonomía. Para Europa, sin soberanía real, implica debilidad.

UNIT no sustituirá al dólar a corto plazo. Sí acelera un cambio profundo en el orden económico mundial. Ignorar esta realidad sería irresponsable.

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