Recordemos la historia de España en Taiwán (antes de que China la invada) | Juan Hernández Hortigüela

            Las noticias que nos llegan desde la prensa, nacional e internacional, acerca de las provocaciones de la imperialista China contra Taiwán, nos alertan de una posible invasión de los chinos en esta isla del Pacífico, muy cercana a las Islas Filipinas.

            Hace dos años, tuvimos oportunidad de impartir una conferencia, en la Universidad Complutense de Madrid sobre la Historia española en esta isla, al objeto de poner en conocimiento del común este periodo histórico español, poco o nada conocido 

            Durante esta conferencia, tuvimos oportunidad, dada la presencia en la misma del Cónsul de Taiwán en Madrid (especialmente invitado al acto), de ofrecer a los asistentes unos datos acerca de la situación que se vivía en la isla relativa a las amenazas de invasión de China que se publicaban en la prensa. En la actualidad, existe un gran conflicto internacional debido a la posesión de archipiélagos del Mar de China.

            En la actualidad, el conflicto con Taiwán lo extiende China en los archipiélagos existentes en el Mar de China, como las islas Scarborough, Paracelso y Spratly, en el que figuran como litigantes a su propiedad, además de China, Vietnam, Filipinas, Japón, Brunei y Malasia. Todos se dicen propietarios de algunas o de todas las islas citadas aunque, en realidad, el único país al que la ONU ha reconocido la propiedad de alguna de estas islas, ha sido a Filipinas. Este conflicto internacional podría ser muy importante y trascendente en plazo medio.

¿A quién le corresponde la propiedad de la isla de Taiwán?

De una manera sucinta diremos que en el año 1912, la dinastía Qing fue sustituida por la República China. Derrotado Japón en el año 1945, la República China tomó el control de Taiwán en nombre de los aliados de la II Guerra Mundial. Después de 1945 la guerra civil entablada en China condujo a la victoria del Partido Comunista de China, frente a la República de China, cuyo principal dirigente, Chiang-Kai-Shek se vio obligado a huir a Taiwán en el año 1949, donde ejerció su gobierno hasta su muerte, el año 1975. Desde entontes, los sucesivos gobernantes de Taiwán han logrado conformar un sistema de gobierno democrático, de corte occidental, amparado por los Estados Unidos en los aspectos políticos, económicos y militares. Como es fácil comprender, China se opone a que Taiwán, cercana a las costas chinas a solo 130 kms.  sea independiente y democrática, reclamando con insistencia la anexión de la isla por todos los medios. En realidad, los taiwaneses se consideran chinos, pero ya no quieren perder su sistema de gobierno, su floreciente industria electrónica, única en el mundo de los componentes electrónicos, y la protección de Estados Unidos. No es miembro de la ONU, pero Taiwán es reconocida como país independiente por innumerables instituciones del mundo.

Pasados estos tiempos, podemos observar que cada día es más frecuente conocer las provocaciones chinas a la isla: aviones que sobrevuelan el espacio aéreo de Taiwán,   cercos a la isla mediante gran cantidad de barcos chinos, queriendo demostrar de esta manera a los taiwaneses su espectacular capacidad bélica, y una propaganda amenazadora de una inminente invasión de su país.

            Pensamos que esas amenazas, hasta ahora, no trascienden en mayores consecuencias bélicas, y si han parado esas demostraciones de fuerza, es debido a los acuerdos de defensa de Taiwán suscritos con los Estados Unidos de América. Sin embargo, según noticias de esta misma semana, ha aparecido en la prensa una noticia  en el sentido de que “China no invadirá Taiwán durante el mandato de Trump”; esta noticia, a fuer de diversas interpretaciones, parece indicar, según nuestro criterio, que la invasión está más que decidida, como venimos sospechando hace mucho tiempo

La historia de España en Taiwán

Pero, como profanos que somos en el conocimiento de la tortuosa política internacional, abandonamos este preámbulo del escrito para entrar en la Historia de España vivida en esta Isla, como una de las naciones que se establecieron allí para conquistarla y poblarla.

            Se debe a los portugueses el descubrimiento casual de esta isla en el año 1542, con motivo de un naufragio en sus costas, donde un jesuita portugués describió por primera vez las bellezas del lugar, por lo que fue llamada la isla Fermosa. Es decir, fueron los portugueses los primeros europeos en visitar la isla, pero nunca se decidieron a poblarla, a pesar de la cercanía de su establecimiento en Macao, que tenían alquilado a los chinos de la dinastía Ming, desde el año 1553.

            La presencia de la Corona española en Taiwán, se debió a tres motivos principales: uno religioso, por la decisión de los frailes dominicos, establecidos en las cercanas Islas Filipinas desde 1587 (Siempre pensando en evangelizar China), de llevar el evangelio a los habitantes de la isla Fermosa, auspiciado por el dominico Fr. Bartolomé Martínez. Otro motivo era el político-militar, en defensa frente al peligro de la presencia de holandeses en la isla, la protección del Galeón de Manila, y la posible conquista de China, partiendo de Filipinas, que pretendió el rey Felipe II y que nunca pudo organizar debido a su fallecimiento. El tercer motivo, puramente económico, correspondía a la posibilidad de extender nuestro comercio con China y Japón e incrementar el comercio del Galeón de Manila.

            Holandeses e ingleses han sido nuestros fieles enemigos y ladrones habituales (en calidad de corsarios de sus respectivos gobiernos, o simplemente piratas), en nuestras provincias de ultramar. En el Pacífico, llamado entonces el Lago Español, el comercio del Galeón de Manila dominaba el océano, mientras los barcos ingleses y holandeses se dedicaban a atacar esa ruta comercial española, para robar los barcos y apropiarse de sus cuantiosas y extraordinarias mercancías que inundaban los mercados europeos. Nunca se resignaron  esos ladrones enemigos a soportar el éxito comercial del Galeón de Manila, y reconocer la grandeza del imperio español en el Pacífico.

            La llegada de los españoles a Filipinas, en el año 1565, y teniendo en cuenta la época de exploraciones, conquistas y poblaciones de nuestros inquietos compatriotas, dio lugar a que, durante el mandato del Gobernador de Filipinas, Luis Pérez Dasmariñas, en el año 1593 comenzaran las navegaciones españolas, con ánimos de conquista en los territorios de Camboya, China y Siam, sin alguna consecuencia reseñable. El primer documento que se conoce acerca de la invasión de Taiwán (entonces llamada por los españoles la Isla Hermosa) por parte española se debe a la carta del sucesor del gobernador Dasmariñas, Francisco Tello y Guzmán, dirigida al virrey de Nueva España, Gaspar de Zúñiga Acevedo, en el año 1597, en la que entre otros asuntos, apuntaba la posible conquista de la isla Hermosa, y la posterior conquista de China, solicitando medios para la posible operación de conquista de la isla. La respuesta fue positiva y se organizó una pequeña expedición, autorizada por el mismo rey Felipe II. La expedición fracasó, antes de salir de Filipinas, debido al desastre provocado por una tormenta.

Hemos de señalar que todas las órdenes religiosas establecidas en Filipinas, tenían, en principio, el objetivo final de evangelizar China y Japón (Catay y Cipango) donde el “apóstol de indias”, el hoy santo, Francisco Javier, ya evangelizaba esas tierras.

Ocurrió que, en el año 1622, España descubrió la presencia de los pìratas holandeses en unas islas cercanas a Taiwán (islas de los Pescadores) y se sospechó que sus intenciones eran atacar desde allí al Galeón de Manila. El Gobernador de Filipinas, Fernando Silva y Silva, contactó con el dominico Fr. Bartolomé Martínez, quien ya había hecho alguna incursión religiosa a la isla Hermosa y se pusieron de acuerdo en intentar una aproximación seria y organizada a la isla, sin perder la intención final de evangelizar el continente chino. Para esta nueva expedición contó Fr. Bartolomé con seis compañeros de religión, y con el capitán de la expedición, Antonio Carreño Valdés, al mando de 200 hombres, quienes desembarcaron en el norte de la Isla Hermosa el 7 de mayo de 1626, fundando una ciudad que llamaron Santiago (en la actualidad Samtiu) Desde su llegada a la isla debieron de sufrir diversos ataques y comprobar que los naturales eran dados al canibalismo, la borrachera y al robo.

Los españoles ampliaron su asentamiento en la bahía de Tamsui que estaba frecuentada por los chinos, donde levantaron un pequeño baluarte de defensa, con una pequeña capilla, que llamaron San Domingo y que, posteriormente, en su cercanía construyeron la iglesia de Nuestra señora del Rosario, lugar desde donde comenzó la evangelización de los padres dominicos, cuyo líder de la misma fue Fr. Jacinto Esquivel. Durante una navegación, en una embarcación muy endeble, donde se trasladaba el Provincial Fr. Bartolomé Martínez, naufragó y murió ahogado este buen dominico artífice principal de la conquista y evangelización de Taiwán. Otra muerte violenta sucedió a Fr. Luis Muro a quien atacaron los naturales con multitud de flechas, muriendo en la refriega junto a un grupo de soldados que le protegían; después de muerto los taiwaneses le cortaron la cabeza, los pies y las manos, como era habitual entre estos habitantes de la isla.

En el año 1641 los religiosos españoles tenían muchas dificultades en la evangelización, que fue menos provechosa de lo que se esperaba; los problemas se veían acentuados por la escasez de medios que, a pesar de sus frecuentes reclamaciones, no llegaban desde Filipinas; en aquella época los esfuerzos de los gobernantes españoles de Filipinas se centraban, de una manera prioritaria, en la lucha contra los moros del sur de Mindanao, establecidos en las islas del mar de Joló.

Con motivo de un violento ataque al baluarte de Santo Domingo, establecido en Tamsui, murieron 30 españoles de los 60 que le defendían. Siendo gobernador de Filipinas, D. Sebastián Hurtado de Corcuera, pensó en la necesidad de abandonar Formosa, siempre aceptando la negativa influencia de los padres jesuitas; comenzó entonces una política de desmantelamiento paulatino de todos los reductos  y posesiones españolas. En el mes de agosto del año 1642 una fuerte armada holandesa se presentó ante el fuerte de San Salvador, que atacaron desde una colina próxima con gran fuego de artillería, imposible de resistir por los defensores españoles. Al no poder contar con los refuerzos solicitados a Manila, el comandante militar de la plaza, Gonzalo Portillo, para evitar muchas muertes, capituló con los holandeses.

Edificio actualmente restaurado del baluarte español de Santo Domingo donde se puede ver ondear la bandera española

Aunque la permanencia de España en la isla Hermosa fue muy corta, la huella española permanece imborrable. En el año 2011 el gobierno de Taiwán comenzó una excavación arqueológica en las ruinas de la iglesia dominica de Todos los Santos, donde se encontraron seis sepulcros cercanos al altar, y una veintena de enterramientos españoles, u holandeses, en el cementerio vecino a esta iglesia. Las pruebas de ADN han descubierto que se trata de enterramientos de gente europea, por lo que se acerca la hipótesis de que estos restos corresponderían a religiosos españoles.

La Historia española considera responsable de la pérdida de la Isla Hermosa al Gobernador Sebastián Hurtado de Corcuera, por no atender las peticiones que le llegaron, (en diferentes cartas y mediante salvoconductos personales), de alimentos y soldados para la defensa; nunca fueron atendidas estas reclamaciones empeñado este gobernador en combatir a los sublevados moros del sur de Filipinas, aunque, a pesar de sus esfuerzos y pérdidas de vidas humanas, tuvo que volver a Manila derrotado. Esperó su juicio de residencia recluido en la cárcel durante cinco años.

En Taiwán se estima mucho la presencia histórica española en la isla, habiendo procedido a realizar trabajos arqueológicos, dirigidos por la Universidad de Taipei, y consiguiendo encontrar diversas huellas de construcciones españolas del siglo XVII que se exhiben con gran orgullo de sus habitantes.

Esta breve permanencia de España en Taiwán, debería ser suficiente para que los españoles conocieran esta Historia, una más de las conquistas repartidas por todo el mundo y que, desgraciadamente, la mayoría ignora, cuando en estos meses se está produciendo un acecho constante de la imperialista China que, si no cambian las circunstancias actuales, seremos testigos de su próxima invasión.

Madrid, días de graves conflictos nacionales e internacionales, agosto de 2025

Juan Hernández Hortigüela | escritor

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2 comentarios en «Recordemos la historia de España en Taiwán (antes de que China la invada) | Juan Hernández Hortigüela»

  1. Muy buena síntesis. Gracias.
    Y muy de agradecer sus certeras palabras: «Holandeses e ingleses han sido nuestros fieles enemigos y ladrones habituales (en calidad de corsarios de sus respectivos gobiernos, o simplemente piratas)», porque lo siguen siendo, ellos y sus descendientes.

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