En la actualidad, las milicias son un rasgo definidor de conflictos en todo el mundo. En Siria, los rebeldes contrarios al Gobierno estaban integrados por una mezcolanza de insurgentes y presos liberados que luchaban en paralelo al grupo extremista y violento del Estado Islámico (ISIS). Incluso la mayor facción rebelde de los primeros tiempos de la guerra en Siria, el Ejército Libre Sirio, era una amalgama de centenares de pequeños grupos dispersos, y no una organización con una dirección central. La guerra del Dombás que se desarrollaba en Ucrania hasta 2022 estaba siendo librada por bandidos, señores de la guerra, empresas militares privadas, mercenarios extranjeros e insurgentes habituales. Y lo mismo ocurre en Afganistán y Yemen. La época de una única fuerza combatiente regimentada, con una estructura jerárquica, vestida con un uniforme militar oficial y luchando con armas convencionales ha pasado a la historia. Este es el punto de partida de «Cómo empieza una guerra civil. Y cómo evitar que ocurra» (How Civil Wars Start: And How to Stop Them, 2022), un ensayo que acaba de ser editado en español de Barbara F. Walter, catedrática Rohr de Asuntos Internacionales en la School of Global Policy and Strategy de la Universidad de California en San Diego.
Como explica, en la actualidad, los grupos rebeldes recurren a la guerra de guerrillas y al terror organizado intentando asesinar a líderes de la oposición, periodistas o reclutas de policía, en lugar de a soldados del Gobierno. Irak fue escenario de atentados suicidas destinados a matar a cualquiera que colaborara con el Gobierno. Luego se pasó al uso de atentados a gran escala con coches bomba para atacar a ese mismo Gobierno. La táctica principal empleada por Hamás contra Israel ha sido arremeter contra ciudadanos israelíes corrientes durante sus quehaceres cotidianos.
Walter aborda la realidad de Estados Unidos, desde la perspectiva de la polarización política y el riesgo de que se transforme en una rivalidad violenta. La mayoría de los estadounidenses no conciben siquiera que se produzca otra guerra civil en su país. Dan por supuesto que su democracia es demasiado resistente, demasiado robusta para degenerar en un conflicto así. O bien presuponen que su país es demasiado rico y avanzado para volverse en contra de sí mismo. O que cualquier rebelión sería aplastada enseguida por el Gobierno nacional y los rebeldes no tendrían ninguna posibilidad de éxito. Pero, desde su punto de vista, eso es porque no saben cómo empiezan las guerras civiles.
Para entender lo cerca que está Estados Unidos en la actualidad de que se desencadene un conflicto hay que conocer las condiciones que originan y definen las guerras civiles modernas. Y ese es precisamente el objetivo de este libro. Las guerras civiles estallan y se intensifican de modos previsibles; siguen un guión. Es posible detectar los mismos patrones en todas partes, sea Bosnia, Ucrania, Irak, Siria, Irlanda del Norte o Israel. En este trabajo se exploran dichos patrones y se examinan dónde acostumbran a iniciarse las guerras civiles, quién suele comenzarlas y cuáles suelen ser los detonantes.
También se analiza cómo pueden detenerse (capítulo 8). Para que un conflicto haga erupción se requiere una acumulación previa de una serie de variables, como los vientos que acaban provocando una tormenta. A medida que su preocupación por una posible segunda guerra civil en Estados Unidos ha ido acrecentándose, establece qué puede aprender la ciudadanía de los expertos acerca de cómo desactivar esos vendavales y tempestades. «Estos incidentes nos han dado una lección: hemos confiado, quizá durante demasiado tiempo, en que la paz prevalecerá por siempre. Creemos que nuestras instituciones son inquebrantables, que Estados Unidos es un país excepcional. Hemos entendido que no podemos dar la democracia por supuesta y que debemos comprender el poder que tenemos como ciudadanos«.
Para la autora, Estados Unidos afronta un desafío monumental: crear una democracia verdaderamente multiétnica capaz de sobrevivir y prosperar a medida que la migración global continúa dando forma a la demografía y la identidad del país.
Cabe señalar que, en algunos aspectos, el sesgo político del ensayo distorsiona el enfoque de los análisis, especialmente en el contexto de la rivalidad electoral que ha marcado la actualidad política norteamericana. Walter centra su actividad académica en guerras civiles, violencia política y terrorismo.
En 2012 fundó el blog «Political Violence«, cuya actividad informativa cesó hace dos años. Es miembro permanente del Consejo de Relaciones Exteriores y cuenta con experiencia en el Banco Mundial, las Naciones Unidas y los Departamentos de Defensa y Estado.
(Autor: Gabriel Cortina)
Ficha técnica:
Cómo empieza una guerra civil (y cómo evitar que ocurra)
Barbara F. Walter
Editorial Península
364 páginas