Vecinos de Madrid se rebelan contra el globalista del PP, Almeida, y su política de cerrar los parques en pleno verano: campaña de recogida de firmas

cierres de parques en Madrid

Las políticas globalistas del alcalde del PP en Madrid, José Luis Martínez-Almeida, han provocado que los parques de Madrid se hayan cerrado 25 días en lo que va de año, la mayoría de veces, en temporada de calor.

Los cierres de parques en Madrid han encendido el malestar ciudadano. Vecinos exigen al alcalde del PP en Madrid, Almeida. reabrir espacios verdes, esenciales para salud y turismo.

Campaña vecinal contra Almeida por los cierres de parques

Los vecinos de varios barrios madrileños han iniciado una rebelión cívica contra el alcalde José Luis Martínez-Almeida y su política de cerrar parques en plena temporada de calor. Esta medida responde visión globalista de la agenda 2030 que antepone la naturaleza como fetiche ideológico por encima de las necesidades reales de las personas.

La Asociación Vecinal Retiro Norte anunció el 3 de agosto, a través de la red social X, el inicio de una campaña de recogida de firmas. El objetivo es claro: forzar una consulta ciudadana vinculante que impida el cierre indiscriminado de parques durante el verano.

Según datos del propio Ayuntamiento, hasta el 8 de julio ya se habían registrado 25 días de cierres totales de parques madrileños en lo que va de año, la mayoría en plena temporada de calor. La medida afecta de forma directa al bienestar ciudadano y a la economía local.

«Los cierres en parques tan prolongados y frecuentes en temporada de verano provocan daños a la salud pública y numerosos perjuicios», denunció el colectivo.

El Retiro, símbolo histórico y pulmón verde de Madrid

Entre los espacios más afectados está el Parque del Buen Retiro, joya histórica de 125 hectáreas creada en el siglo XVII por orden del Conde-Duque de Olivares para disfrute del rey Felipe IV. Este lugar no solo representa un pulmón verde, sino también un símbolo cultural y turístico de Madrid.

En los días de calor extremo, el Retiro se convierte en un refugio para trabajadores, personas mayores, familias, estudiantes y turistas. Su cierre forzoso no solo priva a miles de personas de un entorno saludable, sino que también golpea duramente a la hostelería y al turismo.

Plataformas de reservas hoteleras han tenido que informar a clientes que «El parque está cerrado hoy». Esto, según la Asociación Vecinal, daña la imagen internacional de la ciudad.

Perjuicios para economía, cultura y turismo

Los cierres de parques en Madrid no solo suponen un problema de ocio y para las personas. También provocan pérdidas en actividades culturales y económicas. Eventos como la Feria del Libro, ciclos de teatro, exposiciones o espectáculos al aire libre han sufrido cancelaciones y reducciones de público.

Los vecinos alertan de un deterioro de la imagen de Madrid ante sus visitantes. El cierre de espacios emblemáticos debilita el atractivo turístico y reduce ingresos en sectores que dependen de la afluencia de visitantes.

Un protocolo cuestionado por su desconexión con la realidad

El protocolo municipal que ordena el cierre de parques ante posibles riesgos climáticos se aplica, según denuncian los vecinos, de forma desproporcionada. Siempre la excusa de la agenda 2030 del cambio climático

La frecuencia y duración de los cierres indican una política más basada en la obsesión reguladora y de fanatismo climatológico que en el equilibrio entre seguridad y disfrute ciudadano.

«El número tan grande de cierres, tan continuados y prolongados, hace que los parques pierdan las principales utilidades sociales para las que fueron creados», lamenta el colectivo vecinal.

Los vecinos exigen una revisión urgente de estos protocolos, reclamando que se concilié la seguridad con la libertad de uso de los espacios públicos.

La naturaleza al servicio del hombre, no al revés

Esta situación refleja la mentalidad de ciertos dirigentes globalistas como el alcalde del PP en Madrid: priorizar una imagen de “protección medioambiental” aunque sea a costa de restringir libertades y dañar a la comunidad.

El globalismo verde utiliza la naturaleza como excusa para imponer normas arbitrarias, mientras ignora los perjuicios reales sobre las personas.

El caso de los cierres de parques en Madrid es un ejemplo de cómo una política desconectada de la realidad puede perjudicar la vida diaria, la salud y la economía.

Los cierres de parques en Madrid en pleno verano representan una medida desproporcionada que castiga a quienes más necesitan estos espacios: familias, deportistas, turistas y trabajadores.

La ciudad no puede permitirse el lujo de cerrar sus pulmones verdes bajo criterios excesivamente restrictivos del globalismo climático de la agenda 2030.

Los vecinos ya han demostrado que no se resignarán. La recogida de firmas y la presión social pueden obligar al Ayuntamiento a rectificar y devolver los parques a su función original: ser lugares de ocio, cultura, salud y encuentro.

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