Elena Ramallo, doctora en Derecho, ha denunciado que las penas dirigidas a los padres son «terribles», ya que «se les está usurpando derechos»
El Estado amenaza con cárcel por negarte a que tu hijo se hormone
El Congreso aprueba una ley que penaliza con prisión a los padres que se opongan a la hormonación de sus hijos. Cárcel por negarte a que tu hijo se hormone ya no es una distopía: es la cruda realidad que el PSOE y el PP han decidido impulsar en España.
Una ley totalitaria apoyada por el PSOE y el PP
El pasado 24 de junio, el Congreso de los Diputados aprobó la toma en consideración de una propuesta de ley que plantea penas de prisión de entre seis meses y dos años para quienes promuevan o realicen «terapias de conversión». Esta moción, impulsada por el PSOE, fue apoyada por el Partido Popular, dejando claro que ambas fuerzas comparten una visión ideológica que atenta contra la libertad familiar.
Cárcel por negarte a que tu hijo se hormone es ahora una posibilidad tangible para cualquier padre que decida ejercer su responsabilidad y sentido común. La ley castiga incluso a padres, tutores o curadores que, con conocimiento de la finalidad terapéutica, consientan o favorezcan estas llamadas terapias.
«Los hijos son del Estado»: la denuncia de Elena Ramallo
La doctora en Derecho Elena Ramallo, experta en políticas de Igualdad, ha sido contundente al denunciar esta amenaza a la patria potestad. En declaraciones a El Debate, afirma: «Se está usurpando el derecho y el deber de los padres de ejercer la patria potestad sobre sus hijos».
Según Ramallo, la ley representa una ofensiva brutal del Estado contra la familia natural: «Me parece que caminamos hacia la idea de que los hijos son del Estado, como en los países comunistas». Una afirmación que retrata con precisión el rumbo totalitario que está tomando la legislación española.
Criminalizar la preocupación parental
Ramallo pone el foco en la amenaza real que representa la ley: «Que los padres velen por la salud de sus hijos supone la amenaza del Estado de meterlos en la cárcel«. Se criminaliza a los padres por ejercer su rol natural de protección, sobre todo ante intervenciones médicas irreversibles como tratamientos hormonales que afectan el desarrollo, la fertilidad y la salud mental.
El mensaje es claro: el Estado decide, los padres obedecen. Cárcel por negarte a que tu hijo se hormone es una advertencia directa a todo aquel que se oponga al dogma ideológico de género.
El PP, traidor a la familia
No sorprende que el PSOE, con su agenda ideológica, impulse esta ley. Pero lo que indigna es la complicidad del Partido Popular. Para Elena Ramallo, el PP se ha convertido en cómplice del ataque a la familia. «Que el Partido Popular apoye y blanquee una ley como la ley trans… yo no lo entiendo. Es un ataque directo a la familia», denuncia.
Cárcel por negarte a que tu hijo se hormone se convierte así en el fruto envenenado de una alianza entre la izquierda y la supuesta «derecha» que traiciona a sus votantes.
El inicio de una escalada liberticida
La ofensiva no es nueva. Ramallo recuerda que el proceso comenzó con Zapatero, quien modificó el Código Civil para restringir la autoridad de los padres en el hogar. Desde entonces, la patria potestad ha sido objeto de un vaciado constante. «Ha sido una cascada: quitar, quitar, quitar… hasta esto, hasta que si te metes en la salud de tu hijo, puedes ir a la cárcel«, denuncia.
Cada paso legislativo va en una misma dirección: desarmar a la familia, debilitar su capacidad de educar y proteger, y sustituirla por el poder del Estado. Cárcel por negarte a que tu hijo se hormone ya no es una exageración retórica, sino una amenaza concreta.
Reflexión final: resistencia o sometimiento
Estamos ante un punto de inflexión. O defendemos con firmeza la patria potestad, la libertad educativa y la responsabilidad familiar, o aceptamos ser meros espectadores de la imposición ideológica. El Estado no tiene derecho a decidir sobre los cuerpos y las almas de nuestros hijos.
Cárcel por negarte a que tu hijo se hormone es la prueba definitiva de hacia dónde se dirige España si no se planta cara.
